Zarekten es una ciudad árabe, conformándose como una de las últimas fronteras entre las ciudades-estado de la próspera costa norte de Arabia y las tribus árabes nómadas que habitan el desierto al sur. Zarekten custodia el paso al Gran Erg, una planicie caliente de arena blanca que se puede ver en el sur a través de la boca del valle, siendo así que las ricas rutas comerciales que pasan por ella.
Descripción[]
Zarekten se encuentra en un valle, una zanja poco profunda, cortada a través de la roca ocre por un río largo tiempo seco, que se agolpa contra la base de las imponentes fortificaciones de la muralla. Torres cuadradas se elevan a lo largo de toda la longitud de las estructuras defensivas que se extienden desde un extremo del valle y hacia atrás como una punta de lanza. En su parte superior se ubica la puerta principal: una amplia puerta abovedada enmarcada por dos torres. La ciudad miraba fijamente al mundo a través de miles de agujeros mortales. Patrullas de soldados recorren los muros, largas lanzas colgadas de los hombros, cotas de malla plateadas que reflejaban la luz del sol y brillaban en muchos tonos de azul. Detrás de la muralla, alzándose como un muro que asciende hasta la superficie de roca, se levantaba la ciudad misma. Las fortificaciones y baluartes interiores están iluminados por el sol: las paredes brillan con una luz cegadora, y las ventanas, puertas, aspilleras y arcos son agujeros negros en la sombra. Cuanto más alto, menos estructuras defensivas se aprecian, reemplazadas estas por pequeñas casas cuadradas con techos abovedados. Callejones, avenidas, pasarelas, carriles y caminos cerrados rodean estos edificios densamente poblados.
Historia[]
Durante las Cruzadas de Arabia, el Emir de la ciudad se enfrentó a los viejomundanos durante su invasión, Este emir era un hombre cruel, dado a los lujos y el exceso, y reclutó a la fuerza a los hombres de las aldeas y tribus circundantes a su servicio para defenderse del ataque de los cruzados, liderados por el Príncipe Friedrich Weiss de Wissenburgo. La ciudad sufrió una revuelta de esclavos en la víspera de la invasión, liberando estos a las bestias del zoológico privado del emir, entre ellas un dragón de arena, causando el caos en la guarnición. Cuando los esclavos abrieron la puerta, llegaron los cruzados. La matanza resultante duró tres noches y dos días.
Después de la masacre los esclavos fueron liberados, y el príncipe Weiss estableció una guarnición en Zarekten y luego condujo a sus caballeros al propio Gran Erg, en busca de la legendaria ciudad de Jabal Sinjar.
Fuente[]
- Relato: "Sangre y Arena", por Matt Ralphs.