Von Volk es un capitán de la Orden de Caballería de los Caballeros Pantera. Von Volk es un hombre alto, delgado y feroz, con ojos brillantes de movimiento rápido, que destellan tras la parrilla dorada de su visera. Como muchos miembros de su orden, sentía cierta rivalidad y desdén hacia los Caballeros del Lobo Blanco, pero tras una serie de eventos, estas opiniones cambiaron hacia mejor, respetándolos como guerreros y aliados.
Historia[]
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Este artículo puede contener spoilers de Los Martillos de Ulric
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Von Volk fue enviado junto a todo un escuadrón de Caballeros Pantera a la Marca de Linz para dar caza a un grupo de jinetes oscuros. Esperaron en el lugar hasta la llegada de Ganz, comandante de la Compañía Blanca de la orden de los Lobos Blancos, a quienes les encargaron la escolta del margrave de Linz y su séquito a la ciudad de Middenheim. A su llegada, informo a Ganz de la situación y le entrego el relevo antes de partir de caza.
Desafortunamente para Von Volk y sus Caballeros Pantera, la gloria se la llevaron los Lobos Blancos. Los jinetes de ultratumba buscaban algo que viajaba en la caravana que escoltaban, atacándola varias veces. Ganz y sus caballeros descubrieron que iban tras un amuleto de naturaleza blasfema que estaba en posesión de un miembro del séquito, así que lo destruyeron para dejar de verse acosados, cumplieron su misión sin más incidentes.
Meses más tarde, Von Volk volvería reencontrarse con la Compañia Blanca, aunque en circunstancias muy diferentes. En una calurosa noche de verano, alguien se infiltro el santuario de regimiento de los Caballeros Pantera, situado en el palacio, y robó un brazalete de garras de pantera con cuentas y perlas. Se trataba de un objeto de gran valor simbólico para la orden, así que Von Volk y tres de sus caballeros se vistieron de paisanos y salieron en buscas de pistas que permitiera su recuperación.
Durante la búsqueda, se encontraron con un grupo de picaros que hacían preguntas y buscaban información sobre objetos robados. Les pareció que sabían algo acerca de lo que les habían robado, así que trataron de seguirlos sigilosamente para interceptarlos… solo para ser ellos mismos lo que cayeran en una emboscada. Se produjo una trifulca en la que Von Volk y sus hombres se llevaron unos cuantos mamporros antes de darse cuenta de que se trataban de caballeros de la Compañía Blanca.
Von Volk se reunió con Ganz, quien le explicó que no solo a ellos también les habían robado las Mandíbulas del Lobo, un objeto sagrado de su orden, si no que a prácticamente a todas las instituciones importantes de Middenheim les habían robado sus reliquias mas importantes. Afortunadamente, sus investigaciones le permitieron dar con el lugar donde se encontraban los perpetradores, así que Von Volk hizo llamar a otros diez hombres de las barracas reales.
El grupo de Caballeros Pantera y Lobos Blancos llegaron hasta una amplia gruta subterránea debajo de la ciudad, donde un oscuro ritual estaba siendo llevado a cabo por un aquelarre que adoraban a un ser no muerto llamado Barakos. No solo eso, si que ademas estaban relacionada con los jinetes oscuros de meses atrás. Los guerreros de ambas ordenes atacaron aquella congregación antinatural, matando a un gran numero de acólitos, aunque varios caballeros de Von Volk murieron el enfrentamiento. Al final pudieron prevalecer cuando Einholt destruyó las Mandíbulas del Lobo, desmantelando la impía ceremonia y obligando al ser no muerto y a sus servidores supervivientes a huir.
Von Volk recuperó el brazalete de garras de pantera, agradeciendo profundamente a los Caballeros del Lobo Blanco su ayuda y su colaboración, asegurándose de que su sacrificio fuera conocido por todos los miembros de su orden, y enviando cartas de recomendación donde elogiaba el acto de Einholt. Tras toda esta peripecia, la opinión y la relación de Von Volk con los Caballeros del Lobo Blanco mejoró considerablemente.
Los meses pasaron y el invierno llegó a Middenheim. Debido a una serie de incidentes, las tensiones entre Bretonia y la ciudad de Middenheim habían crecido, así que el reino vecino envió a un embajador para tratar de buscar una solución pacífica a la situación. Debido a que los Caballeros Pantera son la guardia del Graf, su función principal es la de proteger el palacio. Sin embargo, una nueva y desconocida enfermedad empezó a asolar Middenheim y varios de sus caballeros habían caído enfermos.
Ante esta situación, Von Volk contactó con Ganz para pedirle asistencia, y el envió a varios de sus compañeros de la Compañía Blanca. Por desgracia, en medio de la velada, Barakos volvió actuar, haciendo que los enfermos fueran presa de una locura homicida y atacaran a todo el mundo. Con gran dolor y pesar en su corazón, Von Volk se vio obligado a matar a los que habían sido sus camaradas para salvar la vida del embajador y del Gaf y su familia. Tras poner a salvo el palacio, Von Volk reunió a varios Panteras supervivientes para aliarse de nuevo con los miembros de la Compañía Blanca para destruir al nigromante de una vez y para para siempre, ardiendo en deseos de venganza por lo que se había obligado hacer.
A ellos se le unieron un Sacerdote de Morr llamado Dieter Brossmann, y un ladrón de nombre Kruza, dos personas que ya habían tenido sus encuentros con los seguidores del ser No Muerto anteriormente. Brossmann había descubierto que Barakos se proponía potenciar su control y poder sobre el Shyish causando la mayor cantidad de muertes. Por su parte, Kruza sabía donde estaba la guarida principal de Barakos y sus seguidores, en el distrito de Nordgarten.
Siguiendo las indicaciones del ladrón, llegaron al lugar donde se encontraba el nigromante y sus inmundo seguidores. La batalla consecuente dejó en ridículo la vivida la anterior vez, y muchos fueron los aliados que murieron durante la confrontación, pero gracias a los esfuerzos de todos, Barakos pudo ser finalmente destruido, y la locura que había desatado su enfermedad finalizó.
El capitán Von Volk fue el único Caballero Pantera que sobrevivió a la batalla de Nordgarten. Mientras estaba postrado en cama, les preguntó a los sacerdotes de Sigmar que lo curaban si, con su perdón, podía atenderlo también un sacerdote de Ulric, como muestra de respeto y deferencia hacia los Caballeros del Lobo Blanco.
Fuente[]
- Novela: Los Martillos de Ulric, por Dan Abnett, Nick Vingent y James Wallace.
- Cap. 4: Un lobo entre corderos.
- Cap. 7: Estandarte de Lobo.
- Cap. 10: Los martillos de Ulric.