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Von Kleit, el más joven de los siete hijos nobles, escapó de la universidad teológica para formar los Fogonazos Destructores de Von Kleit, un regimiento de herreruelos reclutados entre sus temerarios amigos. Vanidoso, extravagante y famoso por el esplendor de sus uniformes, sus ataques relámpago contra los flancos enemigos le dieron muchas victorias.
Marius Leitdorf, Conde Elector de Averland, llevó a cabo una campaña contra los Reinos Fronterizos en represalia por el robo de ganado del barón ladrón Heraclius Gasco. Los Fogonazos Destructores de Von Kleit se unieron a la expedición, y Von Kleit prometió a sus hombres que el primero en "atrapar al lobo en su guarida" ganaría la elección del botín. Las barbas exuberantes del barón Gasco eran infames, así que, armados con pistolas en una mano y tijeras de peluquero en la otra, los pistoleros desataron un ataque contra las líneas enemigas, conocida como La carga de la Brigada de Von Kleit.
Los cañones rugieron y el valle entre los ejércitos se llenó de humo. Los vítores de los herreruelos murieron en la neblina oscura. Cuando los ecos de los cañonazos se extinguieron, un solo rugido victorioso sonó desde la dirección de las líneas enemigas. Von Kleit emergió del humo acre, con su uniforme hecho jirones, y su caballo llevándolo hacia el atónito barón. Con un movimiento rápido, cortó la barba de Gasco, y con un disparo de despedida, le plantó una bola de plomo en el cráneo.
Con la muerte de su líder, el ejército enemigo se retiró, pero no antes de que un tirador le disparara a Von Kleit cuando regresaba a las animadas líneas imperiales. Cayó agarrando su trofeo, con una sonrisa de triunfo aún en su rostro.