Lo que sigue es la traducción de las respuestas de Josh Reynolds, autor de parte de la pentalogía de El Fin de los Tiempos, a los fans interesados en saber qué ocurrió con las regiones y facciones que no fueron mencionadas más que de pasada en esos libros. No se consideran material oficial por no haber sido publicadas por Games Workshop, pero consideramos interesante para los fans de Warhammer tener acceso a ellas de todas formas. Disfrutad de la lectura. |
Grimgor no comenzó su guerra contra los Enanos del Caos hasta después de haber conseguido el Viento de las Bestias y los Ogros a su lado. Entonces comenzó el saqueo de las fortalezas... atacando cada ciudadela y ciudad-templo entre Catai y las Tierras Yermas. Aislados, arrogantes y paranoicos como eran, los Dawi Zharr no se tomaron la amenaza en serio hasta que fue demasiado tarde, y con parte de su ejército unido al ataque del Caos al Gran Bastión de Catai, su destino estaba en peligro. Con cada victoria de las fuerzas de Grimgor, hubo más revueltas de esclavos, más ataques de las tribus orcas de las Tierras Yermas y más luchas internas entre los Enanos del Caos, mientras sus rivales se aprovechaban del trastorno para arreglar cuentas antiguas o mejorar su posición.
Hashut, aunque era poderoso, tenía las manos llenas con Gorko y Morko. Por primera vez en mucho tiempo el dúo estaba totalmente unido y eso les hacía ser un poder a tomar en cuenta - lo que explicaría por qué los dioses del Caos mantuvieron la distancia. Se convertiría rápidamente en un estancamiento, dejando que la guerra fuese resuelta sólo por brazos mortales.
Para ese momento Grimgor ya tenía los efectivos, así como el peso del destino. Con Wurrzag a su lado, predicando el único y futuro Kafre Eterno, los Dawi Zharr perdieron rápidamente el control de sus esclavos y posiblemente de sus maestros de esclavos; si los hobgoblins se habían cambiado de bando una vez, podían hacerlo de nuevo.
Uzguz y Nazgob se unieron a Grimgor voluntariamente después de la muerte de Grotfang. Uzguz y sus Jinetez de Jabalí estuvieron a la vanguardia de cada batalla, hasta la invasión de las Tierras Oscuras, cuando cargaron contra la enorme artillería de la Fortaleza Negra y fueron volados en pedazos. Nazgob cayó en la misma batalla, cuando sus magias no demostraron ser iguales a las de Drazhoath el Ceniciento.
Drazoath y su legión estuvieron entre los primeros Enanos del Caos en sentir la furia de Grimgor, mientras los Waaagh cruzaban las montañas. Mientras el Ceniciento defendía ferozmente a la Fortaleza Negra, todo fue inútil cuando Grimgor desató el Viento de las Bestias y derribó la ciudadela, enterrando a sus defensores entre los escombros. Drazoath fue arrojado desde su montura cuando Grimgor separó el cráneo de Cinderbreath, y el hechicero-profeta pronto fue abrumado por la marea verde.
Al final, Zharr-Naggrund fue el escenario de la batalla final, donde millones de liberados esclavos pielesverdes y ogros asaltaron el centro del imperio de sus amos. Mientras que las armas y los demonios de estos últimos les daban una ventaja, no fue suficiente. Grimgor y sus allegados asaltaron el Gran Zigurat de Hashut, bañando sus escalones de obsidiana en sangre. Los señores brujos, privados de la ayuda de Hashut, cayeron ante el poder puro del Viento de las Bestias y su monstruoso portador.
Gorduz el Traicionero se volvió contra sus maestros en la Batalla de la Mandíbula de Hashut, cuando él y sus silenciosos compañeros abrieron la gran puerta oriental y permitieron que sus primos del este entraran en Zharr-Naggrund. Junto a Ghazak Khan, Gorduz lideró a los hobgoblins de la ciudad-templo para atacar a sus antiguos amos. Sin embargo, Gorduz pagó por su traición, ya que Zhatan el Negro aplastó su vida fuera en los escalones del templo de Hashut.
Ghorth el Cruel estuvo entre los defensores del Templo de Hashut durante el asedio de Grimgor de Zharr-Naggrund. Fue él quien tomó el mando de las defensas de la Torre de Zharr cuando su siervo, Zhatan el Negro cayó en la batalla con Bragg "El Que Desolla" en el Ziggurat de los Novecientos Dolores. A Ghorth le fue más tarde aplastado el cerebro por Borgut Machakajetoz en el estrado de la gran estatua de Hashut, y su cuerpo fue arrojado a lo largo de un mar de esclavos recién liberados por Golgfag Comehombres.
Astragoth fue traicionado por Ghorth el Cruel, con el fin de usurpar su posición, mientras la guerra contra Grimgor continuaba. El traje motorizado de Astragoth fue saboteado, y el sumo sacerdote dejó una estatua viviente, incapaz de actuar o hablar mientras Ghorth tomaba su lugar. Durante la destrucción del templo de Hashut, la forma pedregosa de Astragoth fue destrozada por regimientos desconocidos.
Oglah Khan estaba entre los khans hobgoblin (incluyendo Ghazak) que lucharon por Grimgor. Oglah estuvo presente en la caída de Zharr-Naggrund.
Badruk se unió al Waaagh de Grimgor en el este, y luchó su camino alrededor del mundo con Piel'ierro. Fue uno de los campeones orcos asesinados por Zhatan el Negro en Zharr Naggrund, antes de Bragg "El Que Desolla" terminase con la vida del Enano del Caos.
Rykarth, el Inquebrantable, lideró las fuerzas enanas del Caos en el Gran Bastión. Fue él quien barrió de defensores una sección entera de la vasta muralla, y más tarde cazó al último de los monjes guerreros que custodiaban las cámaras internas del Bastión. Rykarth fue asesinado en batalla por Grimgor Piel'ierro, después de un duelo que duró horas. Cuando el sol se puso sobre la ruina ardiente del Bastión, Grimgor colgó la forma rota de Rykarth de los parapetos con las mismas cadenas que el Enano del Caos había utilizado para atar a sus esclavos ogros.
Oglok se unió al Waaagh de Grimgor, después de la muerte de Morglum. Oglok estaba entre los campeones orcos que cayeron bajo el hacha del Enano del Caos, Rykarth el Inquebrantable, en el Gran Bastión.
Hothgar fue abrazado por los Dawi Zharr, y tenía nominalmente a sus órdenes las vastas máquinas de asedio usadas para romper el Gran Bastión de Catai. Después de la invasión de Grimgor, su destino y su paradero actual son desconocidos, aunque un solo Demonio de Hierro, maltratado y parcialmente en llamas, fue visto traqueteando hacia el norte, lejos del Bastión mientras los orcos se derramaban a través de él.
Hubo supervivientes, pero el imperio de los Enanos del Caos fue pisoteado bajo los pies de sus antiguos esclavos.