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Gracias a FANDOM y a Koch Media he tenido la oportunidad estos días de probar el nuevo DLC Norsca para Total War: Warhammer, y ahora la tengo de ofreceros mis impresiones como jugador. En primer lugar; donde el Imperio es orden, Norsca es caos. Para mí, como jugador imperial, difícilmente ha podido ser más drástico el cambio. Gracias a la genial ambientación de este Total War, que siempre ha sido uno de sus aspectos más destacados, uno nota que su papel como jugador cambia. Durante tu campaña con el Imperio tienes la sensación no ya de ser “los buenos”, pero sí de estar tratando de establecer un espacio seguro en el corazón del Viejo Mundo mientras toda clase de oscuras amenazas están ahí fuera conspirando contra ti y buscando tu desgracia. No es muy difícil ir formando una confederación, y congraciarte con Bretonia y la mayoría de reyes Enanos, para hacer frente juntos a las malvadas amenazas comunes.

Con Norsca no es así y tú lo comprendes pronto. Las tierras del Imperio son tenebrosas pero verdes, relativamente amables; mientras que las tuyas están llenas de montañas como dientes, nieve incesante y volcanes que casi parece que escupen sangre. No parece ni el mismo escenario. En Norsca no hay reglas. Es salvaje. Solo prima la ley del más fuerte. Hasta tú mismo, como jugador, le das mucha menos importancia a la diplomacia. No luchas por deber u honor, luchas porque lo exigen los Dioses Oscuros. Y también por venganza; porque aunque muchos no lo sepan, los Norses antiguamente vivían en las tierras del Imperio y fueron obligados por Sigmar, el fundador del Imperio, a vivir como ratas en ese páramo helado. Y ya es hora de devolverles el golpe ¿no?

Wulfrik Warhammer Total War por Sandra Duchiewicz

Es en este ambiente donde empezamos a manejar a nuestro amigo Wulfric El Errante. El diseño 3D del personaje es espléndido y muy fiel al trasfondo. Basta ver lo que lleva grapado al escudo el bueno de Wulfric para saber que no es un tipo muy amable cuando se cabrea. Si una de las pegas que se le pueden poner a este Total War es que las habilidades a desarrollar de cada Señor son demasiado parecidas, y que al final lo que más renta es convertirlo en una máquina de matar; Wulfric es que directamente te pide eso a voces. Teniendo el rasgo “duelista”, difícilmente se le va a resistir ningún otro Señor en un cuerpo a cuerpo a poco que lo mejores. La otra opción es Throgg, un troll particularmente inteligente al mando de toda clase de bestias.

  Una de las cosas más interesantes de hacer a Norsca jugable es que hasta ahora toda esa península norteña era prácticamente inútil en campaña. No podías ocupar sus emplazamientos y tus tropas sufrían desgaste allí. Manejando cualquier otra raza, lo único que sabías es que estaba allí, que había bárbaros molestos, y que todos venían de golpe cuando Archaón los convocaba. De hecho, ni siquiera en el trasfondo tenía Norsca un papel importante. Ahora uno puede irla explorando, conquistando y… masacrando. Una manera de aprovechar más el gran trabajo de Creative Assembly en el mapa.

Otra novedad interesante es el hecho de poder arrasar una población enemiga en honor al Mastín, el Águila, el Cuervo o la Serpiente; que como todos sabemos no son otros que los dioses clásicos del Caos: Khorne, Tzeentch, Nurgle y Slaanesh. De esta manera ganaremos su favor y sus bendiciones. Y, como puedes suponer, tener un ejército de bárbaros sedientos de sangre mientras Khorne te bendice puede darte mucho juego. La mayor parte de las veces, tu decisión radicará entre ocupar un poblado, o primero saquearlo y después pasarlo por la espada. Es decir, o te quedas la ciudad o te quedas el dinero y el favor divino. ¡Nadie dijo que los bárbaros no tuvieran que pensar!

Respecto a los saqueos, son fundamentalmente tu manera de ganarte la vida. Norsca es un páramo, no crecen ni los cardos. Y tampoco tienes muchos socios comerciales cerca, precisamente. De modo que si quieres ser algo más que un bárbaro molesto tendrás que jugar de manera parecida a como lo hiciste con los Orcos, e ir arramblando con lo que pilles. Esta es otra de las razones por las que tu campaña será mucho más ofensiva que con el Imperio o los Enanos, por ejemplo.

Un añadido muy importante son las cacerías de monstruos. Irás desbloqueando tecnologías que te permitirán acceder a cacerías de monstruos nuevos en el Monstrous Arcanum. Si los matas (suerte con ello, por cierto) recibirás un botín enorme y objetos más que útiles. Esto le da un punto rolero al juego muy interesante. Y sí, a diferencia de lo que pasaba en Altdorf, aquí vas a conocer monstruos de toda clase y condición. Y lo mejor, se los vas a presentar a los enemigos. Hay que reconocer que, por muy genial que sea cargar con la Reiksguard, no produce el mismo entusiasmo infantil que tirarle encima al enemigo un Mamut de Guerra acorazado.

En definitiva, el DLC de Norsca solo tiene un “pero”: Es un DLC. Un sector de la comunidad de Total War: Warhammer considera que ya hay suficientes, y aquí viene uno más. No obstante, si eres un jugador veterano y quieres sacarle más partido al juego, te gustan las razas ofensivas y belicosas, o simplemente te gusta desde siempre el trasfondo de Norsca, lo vas a disfrutar. Y también se agradece un poco de fresco en este mes de agosto.

EQUIPO DE CONTENIDO - DIVISIÓN EDITORIAL
Lord Eledan participa en FANDOM desde 2011. Apasionado del trasfondo de Warhammer, administra Wikihammer 40k y Biblioteca del Viejo Mundo además de ayudar a wikis en inglés sobre el mismo tema. Actualmente colabora con la comunidad de FANDOM en español como Moderador Global de Discusiones, Council y redactando entradas de blog.