
Ungrim Puñohierro es el actual Rey Matador de Karak-Kadrin. Hay muy pocas razas de monstruo a las que Ungrim Puñohierro no haya dado muerte en combate. Armado con la enorme Hacha de Dargo, Ungrim siembra la muerte, abriendo un camino de destrucción roja ante sí mientras canta viejas canciones con voz retumbante. La cresta naranja de su cabeza se eleva sobre su recio casco cornudo con corona de oro, pues Ungrim es tanto un Matador como un Rey. Muy probablemente, el último del linaje de Reyes Matadores de Karak-Kadrin.
El Rey Matador[]

Hace mucho siglos, Baragor, Rey de Karak-Kadrin y distante antepasado de Ungrim Puñohierro, sufrió una terrible pérdida que le llevó a tomar el juramento de los Matadores, adoptando el nombre de Ungrim. A pesar de verse atrapado entre los juramentos de buscar una muerte heroica y el de velar por su gente y reino, su buen juicio prevaleció, y fundó el templo de los matadores, donde ayudó a otros enanos a encontrar su fin. Baragor murió en el derrumbe de un túnel sin poder cumplir su voto, y desde entonces sus descendientes han heredado su juramento de matador. Su descendiente actual es el Rey Ungrim Puñohierro, el actual Rey Matador de Karak-Kadrin.
Ungrim lleva la carga de los votos de sus antepasados. Su propio nombre, Ungrim, significa "ligado por la promesa" o "rompedor de promesas" y es el recordatorio de su doble responsabilidad. Como Baragor antes que él, Ungrim es el portador del sentimiento Enano posee un gran sentido común, un brazo fuerte y la completa lealtad hacia los Reyes Enanos como quizás sólo un Rey Enano puede entender. Es un gran guerrero y se le conoce incluso entre los grandes Reyes como el mejor líder en las batallas y el mejor de los generales.

Gracias a Ungrim Puñohierro y a los Enanos de Karak-Kadrin, finalmente se venció y capturó al Kaudillo Orco Gnashrak, en la Batalla del Barranco de la Pierna Rota. En esta batalla se conjuró el peligro que pesaba sobre Karaz-a-Karak y se salvó el reino del Gran Rey de los Enanos. Ungrim se ganó aquel día la eterna gratitud de su pueblo. El Gran Rey, Thorgrim Custodio de Agravios, dio a Ungrim una poderosa reliquia de familia en reconocimiento de sus actos. Esta reliquia era la capa confeccionada con la piel del legendario dragón Fyrskar por el Herrero Rúnico Heganbor para el Gran Rey Finn Ceñoamargo.
Aunque Ungrim no puede buscar la muerte del mismo modo que los Matadores, cada vez está más inquieto y lidera a los clanes de Karak-Kadrin en incontables batallas. Inspirado por su Gran Rey, Ungrim va a la guerra a la mínima provocación. Fue él quien mató al Dragón del Pico Negro y quien rompió el cerco del Coleccionista de Cabezas, Queek, en la ciudadela del Rey Belegar Martillo de Hierro en Karak-Ocho-Picos. El Rey Matador capturó al Mercenario Ogro Golgfag Comehombres y rechazó a un ejército del Caos en la Batalla del Paso Elevado. La mayoría de Enanos están atónitos de que Ungrim haya vivido tantos años y nadie cree que le quede mucho para hallar una muerte gloriosa en batalla.
Contradicción[]
- En el libro de rol "Dwarfs: Stone and Steel" dice que pertenece al Clan Angrulok, en el libro de ejercito de la 8ª edición dice que es del Clan Barbadraco.
El Fin de los Tiempos[]
El trasfondo de esta sección o artículo se basa en la campaña de El Fin de los Tiempos, que ha sustituido la línea argumental de La Tormenta del Caos.
|

Como todos los reyes matadores de Karak-Kadrin que habían estado antes que él, Ungrim Puñohierro caminaba sobre una delgada línea. El cumplimiento del juramento de matador requería que se enfrentara a una muerte gloriosa en batalla. Sin embargo, hacerlo con intención deliberada sería como abandonar su otro igualmente vinculante juramento de gobernar sobre su pueblo. Ciertamente, de acuerdo con las fuertes tradiciones marciales de los enanos Ungrim podía liderar a su ejército en la guerra desde el frente, sin embargo, siempre se veía obligado a frenar su imprudencia a fin de no encontrar una muerte indigna o demasiado deliberada.
Anteriormente, esto había forzado al Rey Matador a un peligroso acto de equilibrio. Ahora, sin embargo, los reyes guerreros eran más necesarios que nunca. Los reinos de los enanos no habían sido tan asaltados por enemigos desde las Guerras Goblins. En tiempos tan difíciles, Ungrim era él mismo.
Sin embargo, no importaba cuántas veces Ungrim marchara a la guerra y regresara victorioso, pronto nuevos peligros lo reclamaban. Muchos de Karak-Kadrin se maravillaban de que su rey estuviera vivo, lanzándose al frente tan a menudo y tan vigorosamente.
A la batalla le seguía otra batalla, pero Ungrim siempre regresaba. En su última estancia hacia el oeste, Ungrim trató de llevar ayuda al Imperio, ya que los vampiros estaban inquietos una vez más. Tras el regreso del Rey Matador, encontró Karak-Kadrin como una isla en un mar de enemigos. Los ejércitos Skaven habían irrumpido en las minas inferiores y los goblins nocturnos de Karak-Ungor habían viajado hacia el sur para sitiar los pasos altos.
La situación sólo empeoró. Reforzados por nuevos ejércitos de jinetes de lobo y ogros que viajaban desde el este, el enemigo crecía en número diariamente. Los ataques skaven aumentaron hasta que Karak-Kadrin estaba bajo un asedio completo. Nunca dejando que el enemigo tomara la iniciativa, Ungrim Puñohierro hizo salidas una y otra vez para atacar a sus enemigos. A veces el Rey Matador reunía a un ejército para conducirlo a la batalla, y en otras ocasiones simplemente reunía a todos los matadores del Santuario de Grimnir. Destruyó equipos de tunelación, irrumpió en madrigueras y aniquiló a manadas de skaven, sin embargo, el enemigo siempre regresaba - a veces en cuestión de días.
Las noticias del resto de los reinos enanos eran peores. El Rey Belegar necesitaba ayuda urgentemente, el Rey Kazador informaba que los pielesverdes se agrupaban en el sur e incluso Karaz-a-Karak pedía ayuda - una rara decisión del orgulloso Alto Rey. Con cada entrega de sombrías noticias, Ungrim reunía un ejército y trataba de romper el cerco. Aunque ganaba cada batalla y despejaba un camino para salir, no podía hacerlo con buena conciencia. Los efectivos del enemigo eran demasiado grandes para desperdiciar incluso a un solo enano.
Ungrim sentía el tirón del matador, el impulso de marchar hacia la gloria o la muerte. Sin embargo esto estaba en desacuerdo con sus deberes como rey - proteger su reino y a su gente por encima de todo. La tensión empezó a caer sobre Ungrim. Una furia volcánica se estaba acumulando dentro del Rey Matador. Y entonces los skaven se atrevieron a comenzar la construcción de una enorme máquina de asedio en medio del Paso de los Picos, a sólo unos kilómetros de la puerta principal de Karak-Kadrin.
Para Ungrim, era un alivio marchar a la batalla, porque sólo en medio del combate cuerpo a cuerpo el Rey Matador podía calmar su creciente frustración.
El ejército que Ungrim Puñohierro lideró fuera de las puertas frontales hizo un buen trabajo en el sitio de construcción skaven - sólo para luego presenciar la destrucción de Karak-Kadrin. Fue conseguido por métodos rastreros, a través de la crueldad del gas venenoso. Había sido Ungrim quien lideró los restos de su ejército para abrirse camino fuera del Paso de los Picos, incluso mientras las nubes de vapores tóxicos se desplazaban a través de los valles. Ninguno sabía entonces cuán mortal había sido el ataque. Ungrim, y todos los que presenciaron el ataque, asumieron que después de que la nube mortal se disipase volverían a encontrar reparaciones ya en marcha.

Tomó varios días para que el Paso de los Picos quedase completamente libre del gas, durante los cuales Ungrim y su ejército lucharon por sus vidas a lo largo de los senderos poco conocidos de la ladera de la montaña. Sólo cuando regresaron para expulsar a los carroñeros que usaban máscaras de gas se dieron cuenta de la escala de la tragedia que había ocurrido.
Durante días y días, el rey recorrió los pasillos saqueados, presenciando los horrores que habían caído sobre los que estaban bajo su protección.
Solo, en el profanado Santuario de Grimnir, Ungrim tropezó con una extraña fortuna o se reunió con su destino predestinado. Mientras pasaba las manos por las sagradas runas talladas en aquel santuario de acero y hierro, un ritual realizado por todos los matadores antes de embarcarse en su búsqueda de la muerte, algo fue ligado a Ungrim. Hinchándose de rabia y furia, el Rey Matador estaba seguro de que los espíritus de sus antepasados habían entrado en su cuerpo, otorgándole poder divino.
Lo que Ungrim sentía era el Aqshy - el Viento de Fuego. Liberado cuando Teclis desató el Gran Vórtice, el Aqshy se había desencadenado en todo el mundo. Quizás sintiendo el ardiente espíritu de Grimnir, o simplemente detectando la consumidora sed de venganza que ardía en Ungrim, el Viento de Fuego se estableció - por lo menos durante un tiempo - dentro del propio Rey Matador.
Las llamas danzaban alrededor de Ungrim, saltando de su ardiente cresta de pelo. De su cuerpo y su armadura se elevaba un cálido resplandor, y el Hacha de Dargo resplandecía como las brasas. Cuando salió de Karak-Kadrin, Ungrim era más que un mortal.
Los seguidores de Ungrim - los matadores y guerreros de Karak-Kadrin - quedaron atónitos por la destrucción de su fortaleza. Sin embargo, estaban asombrados, y un poco intimidados, por la transformación de su rey. Su ira lanzaba ondas de fuego, y su grito de guerra era un torrente de llamas vivas. Cuando Ungrim balanceó el Hacha de Dargo, arrastró la luz y el calor como un cometa, y su golpe era un trueno ardiente. Ya no tenía el deber de proteger a un pueblo que estaba dispersado y destruido, se había convertido en la propia venganza. Ahora el mundo vería a Ungrim el Matador, y su venganza no podría ser negada.
Batallas Fin de los Tiempos[]

Desastre en Karak-Kadrin[]
Nunca hubo un enano más dividido entre sus deberes que Ungrim Puñohierro. Como Rey de Karak-Kadrin, estaba atado por juramentos para proteger su reino y su pueblo. Como padre de todo el Clan Barbadraco, tenía que asegurarse de que su línea de sangre continuaba, y como actual matador que había tomado el juramento, Ungrim también estaba obligado a buscar su muerte contra el enemigo más poderoso que pudiera encontrar. Nunca se había contentado con sentarse en su trono y esperar, Ungrim buscaba cualquier oportunidad de dirigir sus ejércitos a la guerra.
Batalla por Karaz-a-Karak[]
Desde la destrucción de Karak-Kadrin, Ungrim Puñohierro era el Rey Matador sin reino. Ungrim creía que estaba lleno de los espíritus ancestrales - de hecho, a lo que estaba unido era al Aqshy, el Viento del Fuego. Liberado cuando Teclis desató el Gran Vórtice, Aqshy se había desencadenado en todo el mundo, incrustándose al final a sí mismo en las runas de venganza sobre el santuario matador de Karak-Kadrin. Ahora algo más que un mortal, el Rey Matador estaba literalmente ardiendo de venganza.
Batalla de la Última Carga[]

La corona de Karak Kadrin pesaba sobre la frente de Ungrim, ya que era un recordatorio de aquellos a los que había fallado. Con cada día que pasaba, la necesidad del rey de cumplir su juramento de matador crecía. Sólo con una muerte gloriosa sería restaurado su honor, y el de su línea de sangre. Este fatalismo no pasó desapercibido por los otros enanos en Averheim. En el momento del asalto de Archaón, algunos buscaban el liderazgo del Herrero Rúnico Gotri Hammerson, más que el de Ungrim Puñohierro. Algunos, pero lejos de ser todos. Las pérdidas infligidas a los reinos enanos habían sido tales, que aquellos que habían tomado el juramento del matador eran más numerosos que los que no lo habían hecho.
Objetos Mágicos[]
- Hacha de Dargo - El Hacha de Dargo es una poderosa hacha rúnica a dos manos de tamaño monstruoso. Fue forjada a partir de los pedazos de la propia hacha del Rey Baragor, templada con sangre de Dragón y grabada con runas mortíferas. También tiene inscrito en khazalid el juramento de los Matadores y férreos votos de venganza.
- Capa de Dragón de Fyrskar - Esta capa, un regalo a Ungrim de Thorgrim Custodio de Agravios tras la Batalla del Desfiladero de la Pierna Rota, está hecha con la piel del feroz Dragón Fryskar, prole del poderoso Skaladrak. Ahora es una reliquia de Karak-Kadrin y un símbolo de los juramentos cumplidos.
Miniatura[]
Imágenes[]
Fuentes[]
- Antigua pagina web de Games Workshop.
- Campaña: La Tormenta del Caos.
- Ejércitos Warhammer: Enanos (8ª Edición).
- The End Times IV - Thanquol.
- The End Times V - Archaón.