Los Ungors (cuya traducción literal a la lengua de los Hombres Bestia sería “los que no tienen cuernos”) no tienen una constitución física tan fuerte como la de los Gors, pero los superan con grandes dosis de malevolencia.
Historia[]
Los Ungors no son tan fuertes, resistentes o inteligentes como los Gors. Físicamente son criaturas diminutas para el estándar del resto de Hombres Bestia, aunque tienen la altura de un hombre. Sin embargo, muchos creen que una vez fueron humanos, pero mutados más allá de cualquier posibilidad. Mientras que los Gors pueden llegar a tener varios cuernos, grandes y espectaculares, los cuernos de los Ungors, en caso de tenerlos, son mucho menos impresionantes y menos numerosos. Mientras que los Gors tienen unos cuernos largos y espectaculares, tan afilados como la hoja de una espada, los Ungors suelen tener unas protuberancias cortas o unos cuernos incipientes que les salen de sus cabezas y que no son reconocibles como los de una cabra u otro tipo de animal reconocible por los Gors. Por este motivo, los Gors no les consideran Hombres Bestia propiamente dichos y los tratan con desprecio y como a una casta inferior. La raza de la humanidad no hace tantas distinciones; para ellos, los Ungors son igual de horribles (con cuernos o sin ellos) porque son una aberración de la naturaleza que solo vive para asesinar y saquear todo lo que es bueno y sano.
Los Ungors ocupan la posición más baja y los que menos privilegios tienen dentro de la manada. En los pozos toscos que sirven de hogar a los Hombres Bestia, son los que se sientan más alejados del fuego y deben luchar constantemente por las sobras de comida que pueden saquear, y a menudo tienen que quitársela a los mastines de la tribu, o devorar larvas serpenteantes e insectos, chupar huesos o zamparse a los que caen como consecuencia de las luchas intestinas de su raza. Algunos desafortunados Hombres Bestia no tienen cuernos. A estos se les llama "becerros" y son tratados con desdén incluso por los Ungors.
Como consecuencia de su posición baja en la tribu, los Ungors son criaturas extremadamente crueles y maliciosas, que descargan toda su amargura y la ira de la envidia que tienen a los Gors sobre sus enemigos, los cautivos, becerros, animales salvajes que caen en sus garras o cualquier otro ser incapaz de pelear. Poseen un instinto incansable de vengarse del mundo que los ha maltratado y, aunque no son tan poderosos como los Gors, son fuertes y más que capaces de enfrentarse a los humanos por los que sienten una aversión exacerbada.
Los Ungors son considerablemente más hábiles que sus compañeros, y con sus manos vigorosas graban runas, construyen estructuras de madera y reparan las armas de sus hermanos Gors mucho más torpes. En este sentido, los Ungors desempeñan un papel vital en la sociedad de la tribu, porque sin ellos, los Gors se quedarían en poco tiempo sin armas. La mayoría de los Ungors se dirige a la batalla en grandes manadas, armándose con lanzas con las que empalan a su presa y también llevan escudos rudimentarios para proteger sus cuerpos grotescos y panzudos. En batalla, los Ungors son intimidados por los más grandes entre los suyos, denominados Mediocuernos, que buscan una posición en la línea de la batalla desde la que puedan causar el máximo daño y sufrimiento al enemigo.
Cabe mencionar como curiosidad que muchos mutantes humanos con aspecto bestial son abandonados en los bosques al nacer o huyen de la civilización al tener la edad suficiente para darse cuenta de su condición, por lo que suelen toparse con los Hombres Bestia, con quienes se sienten más identificados. Estos mutantes pasan a engrosar las filas de los Ungors dentro de una manada en el mejor de los casos, cuando no son devorados por esta.