Como jefe de cocina de la Guardia de Montaña de Averland, Tuppy Huppernitzle se las tuvo que ver con bastante frecuencia con incursiones procedentes de las Tierras Oscuras. Pero como la mayoría de los Halflings, Tuppy priorizaba la satisfacción de su apetito antes que su seguridad. Comiendo un pastel a la semana, parecía que los hornos de Tuppy no calentaban lo suficientemente como para quemar adecuadamente una nueva crema pastelera para una tarta de chocolate en la que estaba trabajando. Cuando un bergsjaeger sugirió entre risas que buscara una de las fuentes termales que salpicaban las Montañas del Fin del Mundo, Tuppy partió.
Desgraciadamente, Tuppy no había considerado que el tentador olor del chocolate podría atraer a invitados indeseados a su cocina al aire libre. Un grupo de bandidos se sintió atraído por con el embriagador aroma de la cocina de Tuppy, y habría sido el final del pobre Halfling si no fuera por la intervención de un enorme Ogro llamado Bargash. Aunque Bargash había perdido un ojo en un encuentro reciente, se deshizo rápidamente de los bandidos y se dispuso a comer las mercancías de Tuppy. Como Tuppy siempre había creído que los halflings tenían una larga relación con la raza ogra, sintió que debía intentarlo y dio las gracias a Bargash con algunas tartas recién hechas. A medida que el ogro engullía felizmente una tarta tras otra, admitió que se había estado muriendo de hambre antes de olfatear el aroma delicioso de la cocina de Tuppy. El agradecido halfling prometió que Bargash nunca más volvería a pasar hambre, y el par han sido inseparables desde entonces.
Por supuesto la nueva asociación de Tuppy implicaba que era hora de que dejar la Guardia de Montaña, y el par bajó por la carretera de Zhufbar. En poco tiempo, Tuppy y Bargash se encontraron en la animada Averheim, donde el primo de Tuppy, Dill, poseía la mitad de la participación en un almacén portuario. El negocio del primo Dill iba mal desde que su malhumorado capataz Enano estaba borracho todo el tiempo y los trabajadores holgazaneaban. Dill habría despedido al enano hacía mucho tiempo si no tuviera tanto miedo de él.
Ni que decir tiene que el difícil apuro de Dill fue una situación fácil de arreglar para Tuppy y Bargash, al enano empapado en grog se le mostró la puerta. Cuando los boquiabiertos trabajadores vieron al enorme ogro expulsar al bamboleante enano a una orden de Tuppy, se pusieron rápidamente en línea. Dill había encontrado un par de nuevos capataces para reemplazar al viejo, aunque a decir verdad, era Bargash quien "motivaba" de los trabajadores, mientras que Tuppy motivaba a Bargash con su cocina.