Trono del Poder

Imagen Thorgrim Custodio de Agravios 8ª Edición

El Trono del Poder es una antigua reliquia Enana que ha sido venerada por los Enanos de Karaz-a-Karak durante miles de años. Cubierto por innumerables runas de gran poder, protege mágicamente al Gran Rey de los Enanos y a los Porteadores del Trono, y es capaz de sanar las heridas que estos sufran en combate.

El Gran Rey es el guardián del Trono del Poder, y junto con el Dammaz Kron, este venerado artefacto es un símbolo del estatus del Gran Rey, más que cualquier corona, armadura o arma que haya heredado de sus antepasados. Su actual usuario es Thorgrim Custodio de Agravios de Karaz-a-Karak.

Descripción[]

Durante más de cuatro mil años, desde Snorri Barbablanca, el primer Gran Rey después de que los Dioses Ancestros partieran, cada Gran Rey Enano han acudido a la batalla sobre el Trono del Poder. El trono es un artefacto ancestral y una auténtica maravilla entre las obras de arte de los Enanos, ya que es un asombroso ejemplo de la artesanía y de la magia rúnica de esta raza.

Normalmente el Trono se halla en la cavernosa sala del trono de Karaz-a-Karak, sobre un enorme pedestal macizo de piedra pulida. Todo el que desee tener una audiencia con el Gran Rey debe ascender una escalinata de peldaños muy empinados mientras el Señor de todos los Enanos le observa con gesto imperioso sentado en su enorme trono. El Trono puede ser llevado de la sala, y se utiliza para transportar al Gran Rey a cualquier asunto, incluida la guerra. Desde el Trono del Poder, el Gran Rey dicta sus políticas a su antiguo consejo y supervisa sus ejércitos en la batalla. Hay un atril sobre el que coloca el Dammaz Kron de modo que pueda leer de sus páginas y aún manejar su hacha rúnica.

Portada libro de ejército Enanos 4ª edición por Dave Gallagher Thorgrim Custodio de Agravios

La tradición dicta que, siempre que el Rey quiera sentarse, deba hacerlo en su Trono del Poder. Por esta razón, el trono se transporta constantemente por todas partes tras los pasos del rey mientras este se ocupa de sus quehaceres diarios. Esto puede resultar extremadamente engorroso, pero los Enanos son muy tradicionalistas, así que el Gran Rey debe mantener las viejas usanzas ¡Además se cree que ninguna silla ordinaria puede soportar la dignidad del Gran Rey de los Enanos!

Se dice que el Trono del Poder fue construido por el propio Grungni y que, mientras exista la raza enana, el trono persistirá, pero que, si algún día llegara a ser destruido, la raza de los Enanos estaría condenada. El trono tiene grabada la gran runa Azamar, la única runa de la eternidad. En ningún otro lugar se puede encontrar esta runa, pues es tan sumamente poderosa que nunca pueden existir dos al mismo tiempo.

Cuando el Gran Rey va a la guerra, lo hace subido al Trono de Poder. Desde su plataforma, el Gran Rey puede manejar su hacha, descargando golpes mortales, mientras que los porteadores son expertos en ataques fulminantes a pesar de llevar a cuestas el peso considerable del trono. El Trono del Poder ha estado en innumerables batallas a través de los siglos, siendo testigo de grandes victorias y derrotas aplastantes. Hay muchas sagas de los reyes de la antigüedad que hablan de hazañas famosas y de los que lucharon en ellas, desde las últimas defensas a irrupciones en las lineas de batalla. Por ejemplo, durante la Guerra de la Venganza, Gotrek Rompestrellas, quien era el Gran Rey en aquella época, fue llevado en el poderoso trono a las muchas batallas que se produjeron durante ese conflicto.

Por algún secreto de su creación, el Trono es casi impermeable al daño, a pesar de que luce pequeñas abolladuras en sus tallas ornamentales causadas a lo largo de los siglos por criaturas como Dragones o Grandes Demonios.

Porteadores del Trono[]

Cuando el Gran Rey viaja en el Trono, el honor de transportarlo recae en cuatro enanos fornidos a los que se denomina Porteadores del Trono, elegidos entre los más fuertes barbaslargas y martilladores. Para un Enano, ser Porteador del Trono representa un gran honor, ya que los porteadores también forman la guardia personal del Gran Rey. Para ellos es un orgullo cargar con el peso de su señor, al igual que él carga con el peso de todo el Imperio Enano.

Los Porteadores acompañan al monarca durante todo el día y se mantienen a su lado dondequiera que vaya. Cuando el rey desea sentarse, los Porteadores le acercan el trono para que lo haga y, cuando se cansa de andar, lo portan sobre sus hombros sentado en el trono. Esta agotadora tarea solo se confía a los Enanos más dignos y más fuertes y, para no desfallecer en el transcurso de su misión, los Porteadores del Trono se entregan a un riguroso entrenamiento diario gran parte del cual consiste en beber enormes cantidades de nutritiva cerveza enana para hacerse más fuertes.

Los Porteadores del Trono están obligados por solemnes juramentos de lealtad y coraje: juran no abandonar nunca a su señor y de sacrificar sus vidas si es necesario para protegerlo. Los Enanos se toman este tipo de cosas muy en serio, ya que romper uno de estos juramentos supone el eterno deshonor de la familia, los descendientes y los antepasados del transgresor. En toda la historia de los Enanos, solo se tiene constancia de una única ocasión en la que un porteador abandonara al Gran Rey en medio de una batalla y nunca más fue visto. A consecuencia de ello, toda la familia de Cascopartido Escalofríos, que así se llamaba el Enano, estaba tan avergonzada por este evento que abandonaron Karaz-a-Karak y se dirigieron hacia el Este, hacia las Tierras Oscuras, en un exilio autoimpuesto para no volver jamás. Los Enanos nunca hablan de este tipo de deshonras tan terribles.