
Dominando sobre la ciudad, la Torre del Reloj se podía ver desde muchos kilómetros a la redonda según el visitante se acercaba a Mordheim.
Descripción[]
La Torre del Reloj era un edificio magnífico y el más alto de todos. La torre estaba abierta al público y cada día cientos de personas subían por su empinada escalera de caracol. Al llegar al último piso, la recompensa que obtenía el espectador era una vista impresionante de toda la ciudad y sus alrededores. Siempre había guardias apostados en lo alto de la torre para detectar el acercamiento de ejércitos enemigos. En la cima de la torre se encontraba la Gran Dama, una campana de latón de proporciones gigantescas. La campana se instaló ahí en honor a la esposa del Conde Fervinord, cuyos actos de caridad eran famosos en toda la región. Cada hora, la campana repicaba con un sonido tan alto que las ciudades y pueblos situados a muchos kilómetros de distancia de Mordheim podían oír el retumbante repicar de la Gran Dama.
Por encima de la enorme campana había una pequeña sala en cuyo interior se encontraba un potente telescopio con el cual los astrónomos observaban los movimientos de las estrellas. Fue desde este punto donde se vio el cometa por primera vez, muchos meses antes de que cayera contra la tierra. Ninguno de los astrónomos se percató del catastrófico destino que aquella maravilla celestial iba a comportar para la ciudad. Los astrónomos montaron tiendas de campaña alrededor de la base de la torre y cada mañana realizaban la ardua ascensión hasta arriba del todo para contemplar llenos de asombro el fantástico espectáculo que ofrecía el cometa al irse haciendo cada vez más grande.
A medida que las celebraciones del próximo año nuevo se fueron extendiendo por toda la ciudad, el ambiente festivo que impregnaba el Barrio Pobre aumentó todavía más. Miles de personas entraron por las puertas de la ciudad para unirse a la diversión y a la fiesta. No fue hasta el último momento que los astrónomos situados en lo alto de la torre se dieron cuenta del peligro al que se enfrentaban. En un intento desesperado de avisar a la gente, hicieron sonar la Gran Dama, pero la gente que estaba abajo lo consideró una efusión más de jolgorio. El cometa impactó en el centro del Barrio del Sudeste. El impacto inicial acabó con la vida de miles de personas en un abrir y cerrar de ojos y derrumbó prácticamente todos los edificios del barrio.
Por algún extraño capricho de los dioses, la Torre del Reloj sobrevivió al impacto del cometa y quedó prácticamente intacta. Los astrónomos contemplaron presos del horror las escenas de devastación que se desarrollaban a su alrededor. Muchos días después, estos astrónomos abandonaron la ciudad. Protegidos de la carnicería que se había producido en las calles, ni siquiera ellos pudieron escapar a la condenación que abatió a todos y cada uno de los habitantes de Mordheim. Tales fueron los horrores que presenciaron que se convirtieron en retrasados balbuceantes incapaces de decir ni pensar nada coherente. Hoy en día, viajan por la desértica tierra de Ostermark. Los Portadores de la Desgracia Cegadora (tal y como se los conoce actualmente) describen con cánticos la condena que recaerá sobre todo el que trate de penetrar en la ciudad y maldicen a todo el que no hace caso de sus dementes advertencias. En ocasiones han llegado a atacar a los que buscan las ruinas de Mordheim gritando a sus víctimas que la paliza es por su propia salvación.