Este objeto no es un arma en sí mismo, sino un material que permite mejorar la forja de cualquier arma de metal. Durante el proceso de forja, los herreros suelen utilizar un líquido para enfriar rápidamente una pieza poco después de sacarla del calor de la forja. Este enfriamiento repentino se conoce como templado y endurece el objeto considerablemente.
Aunque es excepcionalmente cara, la sangre de dragón puede utilizarse para enfriar cualquier arma durante el proceso de forja. De este modo, el arma adquiere parte de la permanencia de la gran bestia. Cualquier arma tratada de este modo será excepcionalmente duradera, y da como resultado una hoja que nunca perderá su filo.
Se dice que algunos materiales trabajados por los mejores herreros Enanos y Elfos sólo pueden ser templados de esta manera. Si este es el caso, el secreto no es conocido por ningún artesano humano.
Fuentes[]
- Warhammer Fantasy JdR: El Zoo Imperial (4ª Ed. Rol), págs. 113-114.