Marienburgo, el puerto comercial más infame de todo el Viejo Mundo, se halla en medio de un fétido y viscoso terreno pantanoso conocido como las Marismas Malditas. Y es en estas marismas donde el Clan Scruten posee su fortaleza escondida y desde donde lanza sus insidiosas ofensivas por debajo de Marienburgo y de sus alrededores.
Alrededor del año 2000 CI, el Vidente Gris Kritislik condujo al clan fuera de Plagaskaven hacia el norte por túneles cavados cientos de años antes y que habían sido abandonados desde entonces. El viaje duró varios años ya que muchos de los túneles se habían derrumbado y tuvieron que volverse a construir. Los condujo hasta las profundidades de las marismas de Marienburgo, hasta la antigua y abandonada fortaleza Skaven conocida como Roca de Rata, al noroeste de la ciudad humana. Se dice que antaño varios clanes guerreros compitieron por su control y que una vez estuvo a rebosar de miles de Skavens y sus esclavos.
No obstante, la fortaleza cayó en desgracia en cuanto se hizo evidente la presencia de una nueva amenaza. Los Señores de la Guerra rivales se unieron y combinaron sus fuerzas para hacer frente a aquel peligro pero no les sirvió de nada. La naturaleza de dichos enemigos se ha perdido ya en las brumas del tiempo, si bien abundan historias de que se trataba de algún tipo de habitantes de pantano ciclópeos y demoníacos. Se dice que estos antiguos demonios formaban parte del mismo pantano y eran capaces de controlar las nieblas y dominar a las criaturas que habitaban en él. La guerra azotó las Marismas Malditas durante décadas diezmando tanto a los Skavens como a sus misteriosos enemigos y, fueran quienes fueran estos, se cree que tanto ellos como los Skavens se aniquilaron mutuamente, de forma que no quedó ningún superviviente en ninguno de los dos bandos.
Los marienburgueses temen las tierras pantanosas, se adentran en ellas solo cuando es estrictamente necesario y cuentan historias acerca de los terribles demonios y diablos que se alzan de entre la niebla para devorar a los incautos. Los Skavens del Clan Scruten se aprovechan de este temor y realizan muchas actividades que luego son atribuidas a los demonios del pantano, al margen de si existieron o no.
Fuente[]
- White Dwarf 115. Pag 107.