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Sigvald 8ª

Vástago de Slaanesh, el Príncipe Despojado, Señor de la Hueste Decadente.

Si la arrogancia y el engrandecimiento propio pueden considerarse virtudes entre los paladines del Caos, entonces Sigvald el Magnífico ha elevado semejantes características hasta la categoría de obras de arte. Guerrero poderoso y cruel, Sigvald va a la guerra encabezando un ejército poderoso, una verdadera horda de seguidores que le adoran y gritan alabanzas a cada paso, adulándole y admirándole como sólo pueden hacerlo las almas sumisas, y que darían su vida por él sin pensarlo un segundo.

Descripción[]

Aunque aparenta poco más de dieciséis años de edad, el Príncipe Sigvald lleva recorriendo el mundo durante más de trescientos años. La personificación de la belleza exterior y la putrefacción interior. Su escolta de élite lleva escudos reflectantes, por lo que Sigvald se regodea de su propia gloria divina y decenas de mujeres exóticas cuidan de satisfacer hasta el último de sus caprichos o deseos. Tal es la obsesión de Sigvald por su aspecto que incluso es capaz de llamar a su escolta con sus espejos en medio de la batalla, atusándose y piropeándose él mismo mientras los hombres luchan y mueren a su alrededor.

La armadura barroca de Sigvald se mantiene impecable al paso de los años y la suciedad, y su cálido perfume lo rodea incluso en la ventisca más violenta. Incluso el suelo que pisa Sigvald se moldea para adaptarse a sus pisadas, los árboles y las rocas se apartan para dejarle pasar y sus pies flotan unos centímetros por encima de la superficie del mundo, de manera que sus botas nunca tocan el barro o la sangre del campo de batalla. Sigvald ha derrotado a guerreros que le doblaban el tamaño con una estocada rápida de su espada, y es que Sigvald el Magnífico es el vástago predilecto de Slaanesh, y se le conceden todos sus deseos a cambio de la depravación eterna. Damas y guerreros por igual corren a obedecer cualquiera de sus peticiones, y va acumulando gloria tras gloria con cada enemigo al que aplasta.

Historia[]

Vida Temprana[]

Sigvald fue antaño el hijo de un poderoso caudillo cuyos deseos oscuros le llevaron a perpetrar actos carnales y antinaturales. Sigvald nació como hijo bastardo fruto de la unión incestuosa del caudillo y su hermana, pero a pesar de ello fue bendecido con una belleza incomparable. El niño tenía el pelo dorado y la piel lisa salvo por una pequeña marca de nacimiento en forma de cuerno en la nuca. Sus aptitudes para la guerra fueron afiladas por los mejores guerreros de su padre, y cuando alcanzó la mayoría de edad ya había superado la habilidad de combate de cualquiera de los súbditos de su padre.

Portada novela Sigvald por Cheol Joo Lee

Adorado por su progenitor, fue mimado abiertamente, cada deseo de Sigvald se hacía realidad y no se le negó ningún capricho. Sin embargo, los excesos del Príncipe acabaron siendo demasiado obscenos incluso para su padre y, cuando se descubrió en Sigvald un apetito antinatural por la carne humana, su paciencia y afecto se agotaron y exilió a su vástago de la tribu. El pequeño príncipe simuló desmayarse, pero cuando su padre se retiró a dormir, Sigvald lo mató con su propia espada. El pequeño príncipe abandonó la tribu, razonando que un hombre de su calibre prosperaría en los Desiertos del Caos. Y sí que prosperó, aunque no de una forma honesta. Antes del amanecer del día siguiente, el joven guerrero ya gozaba de un nuevo patrón en la forma de Slaanesh.

Recorriendo los Desiertos del Caos, Sigvald pronto descubrió que sus habilidades florecían cada vez más rápido, y que la decisión de asesinar a su padre y abandonar a su tribu estaba justificada. No pasaría mucho tiempo hasta que el apetito insaciable y la crueldad displicente de Sigvald atrajeran la atención de un superior mucho más poderoso. Sigvald empezó a ser conocido como el Vástago de Slaanesh, el Príncipe Despojado y, su nombre más agradable (al menos a sus propios oídos), el Magnífico. Las bendiciones que el Príncipe Oscuro ha lanzado sobre su hijo adoptivo son muchas y grandes, y nadie que esté delante de Sigvald el Magnífico puede dudar de su favor. El semblante de Sigvald es glorioso, sus habilidades de combate son impecables y su posición es muy respetable.

El Vástago de Slaanesh[]

Centenares de años después, Sigvald el Magnífico marcha a la guerra a la cabeza de un ejército de seguidores que lo admiran. A todo aquel que el Príncipe considera demasiado feo, ordinario o irritante lo mata con su espada, erradicando a veces ciudades enteras a su antojo. Slaanesh malcrió a su hijo adoptivo siendo un padre indulgente y los excesos salvajes de Sigvald solo sirvieron para elevarlo más aún en el agrado del Príncipe Oscuro. Hastiado y caprichoso en extremo, Sigvald el Magnífico sigue explorando nuevos niveles de crueldad en sus conquistas. Inspira una devoción fanática entre sus seguidores, ya que estos saben que, tras la batalla, darán rienda suelta a sus instintos más lujuriosos sin ningún tipo de restricción.

Nadie puede estar seguro de qué destino le espera a Sigvald, pero mientras sus conquistas degeneradas sigan sondeando en las profundidades de la depravación, seguirá contando con los auspicios del Príncipe Oscuro, y su camino hacia la gloria será cada vez más claro.

La Locura de Sigvald[]

Era el año 211 del 11º Rey Fénix, Finubar el Navegante (año 2.374 CI). Molesto por el hecho de que las gentes de Ulthuan eran famosas por tener más adornos y cabellos más dorados y exuberantes que él, el príncipe Sigvald se embarcó hacia la isla-continente de los Altos Elfos, con el objetivo de arrancarle el cuero cabelludo a todos los Elfos que se cruzaban en su camino. Con él viajaba un ejército de Guerreros del Caos hambrientos de sangre, a quienes no les importaba por qué Sigvald trajo la guerra al reino de los Asur, siempre y cuando hubiera botín que tomar y gloria para los Dioses Oscuros que ganar.

Eldyra por Dave Gallagher

La Princesa Eldyra.

La Princesa Eldyra, ahora general por derecho propio, lideró el contraataque. Inicialmente insegura del tamaño de la horda del Caos, Eldrya decidió hostigar a la fuerza invasora mientras se dirigía hacia el interior. Los Aurigas tenían la tarea de cazar y eliminar a los exploradores de Sigvald, mientras que los Guerreros Sombríos lanzaban audaces incursiones nocturnas para destruir sus suministros, matar caballos y asesinar a los lugartenientes del Señor del Caos. Bajo la dirección de Eldyra, se lanzaron hechizos de ocultación para esconder las ciudades, monolitos y mansiones de cara al enemigo que se aproximaba. Acosado y cegado, el ejército de Sigvald pronto se perdió en las tierras altas de Cothique.

Las filas del Caos pronto empezaron a dividirse, porque no había casi nada que saquear y no obtendrían gloria en soportar los pinchazos letales de los ataques de los Guerreros Sombríos. Sigvald tuvo que superar desafíos cada vez más frecuentes a su liderazgo, pero el orgullo no le permitía dar marcha atrás o comprometer sus objetivos. En poco tiempo, había matado a tantos de sus lugartenientes como los Guerreros Sombríos que acosaban su avance. Fue en medio de uno de esos duelos a muerte, iniciado por un enorme bruto llamado Dranak Goredrinker, que Eldyra lideró finalmente su ataque.

Bajo el ondear de los banderines, grandes formaciones de lanzas de los Yelmos Plateados perforaron el corazón del ejército del Caos, matando a muchos de los Hombres del Norte antes de que pudieran siquiera formar. Incluso entonces, los Guerreros del Caos podrían haber prevalecido si Sigvald hubiera dejado de lado su enemistad con Goredrinker durante algunas horas. Así fue como la negativa de Sigvald a detener el duelo a muerte por un hecho tan insignificante como un ataque enemigo le costó caro a su ejército. Cuando cayó la noche, los Altos Elfos habían obtenido una aplastante victoria. Goredrinker había caído ante la espada plateada de Sigvald, y lo poco que quedaba del ejército del Caos se dispersó y huyó. Por su parte, Sigvald simplemente se alejó en las etapas finales de la batalla, despedazando a cualquiera que intentara pararlo. La sangre derramada por Goredrinker le había recordado al príncipe una botella de vino de Bretonia particularmente hostil que había probado una vez, por lo que tuvo cuidado de vengarse de sus creadores...

En Tiempos Recientes[]

Cuidado, la información procede de un videojuego, por lo tanto su validez puede ser exclusiva solo del videojuego.
Este artículo contiene información de Total War: Warhammer y Total War: Warhammer III
Emblema Warhammer Total War La Hueste Decadente

Emblema de La Hueste Decadente.

En la actualidad Sigvald abandona regularmente el Palacio de los Príncipes, en los Desiertos del Caos, para permitirse sus placenteras incursiones. El Príncipe Despojado es absurdamente imprevisible: a veces ataca a las tribus de Bárbaros del Caos al norte de Naggaroth y a veces se decide a atacar Norsca, así como por caprichos mundanos o hedonistas decide atacar las tierras más civilizadas del Viejo Mundo y más allá. En tiempos recientes, Sigvald es un Señor del Caos tan imprevisible como pocos de sus iguales coetáneos.

Físicamente el Príncipe Despojado no ha cambiado y parece estar congelado en el tiempo. Aunque aparenta poco más de dieciséis años de edad, Sigvald el Magnífico lleva asolando el mundo durante más de trescientos años. La personificación de la belleza por fuera, pero de la putrefacción por dentro, Sigvald marcha a la guerra a la cabeza de un ejército de seguidores devotos que darán su vida por él sin pensarlo un segundo; la facción conocida como la Hueste Decadente. A todo aquel que el Príncipe considera demasiado feo, ordinario u irritante lo mata con su espada, pues él es el Vástago de Slaanesh, el Dios del Caos de los excesos, las pasiones lujuriosas y la indulgencia sensual, pero también de los crueles tormentos y la agonía desesperada.

Si bien se le ha visto formar parte de las huestes de Archaón el Elegido de forma eventual en el pasado, actualmente es un Señor del Caos independiente que lidera su propia facción. El Príncipe Oscuro convoca a su hijastro, exigiendo que el Príncipe Despojado castigue a las tierras del sur. La llamada es de lo más oportuna, pues este está hastiado de subyugar a las tribus de Bárbaros del Caos de las estepas y los Desiertos del Norte. Tanto para él como para sus seguidores, es la hora de que Sigvald el Magnífico se alce en el Viejo Mundo, aupado por una sangrienta gloria.

El Fin de los Tiempos[]

Fin trans
El trasfondo de esta sección o artículo se basa en la campaña de El Fin de los Tiempos, que ha sustituido la línea argumental de La Tormenta del Caos.

Sigvald estuvo presente en Bretonia durante los eventos del Fin de los Tiempos, probando la mejor carne que Parravon tenía para ofrecer. Luego, para su disgusto, fue teletransportado directamente ante Archaón. Se sintió particularmente insultado por haber sido desplegado junto con el Rey Troll Throgg en el mirador del Gran Parque y protegerlo contra las fuerzas de No Muertos de Nagash, pero Sigvald atacó al Rey Troll poco después de abandonar la presencia de Archaón. Sin embargo, fue capaz de regenerarse después de lo que Sigvald pensó que era un golpe mortal, y volvió a la refriega con la intención no solo de aplastar a los No Muertos, sino también de matar a Sigvald por su traición.

Eventualmente, el Príncipe Despojado se enfrentó a Krell, uno de los Mortarcas de Nagash. El Guerrero No Muerto del Caos inicialmente pudo dominar su lucha, hiriendo gravemente a Sigvald y arruinando permanentemente su otrora hermoso rostro. Ante esto, Sigvald se enfureció más como un Berserker de Khorne que como un Campeón de Slaanesh, lo que le otorgó al Rey Espectro otra muerte. Cuando Sigvald se arrodilló sobre el cuerpo de su oponente, dejó escapar un grito de angustia y golpeó el cráneo de su enemigo hasta hacerlo pedazos.

Aprovechando el estado de angustia del Príncipe Despojado después de ver su rostro dañado permanentemente por Krell, y sus manos habiendo sido destrozadas al golpear el cráneo de su enemigo hasta hacerlo pedazos, Throgg golpeó a Sigvald con su maza de piedra hasta convertirlo en nada más que una masa sanguinolenta. Cuando contempló los restos del Príncipe Despojado, Throgg frunció el ceño y luego vació su vejiga sobre la armadura dorada de Sigvald y su cadáver arruinado.

Objetos Mágicos[]

  • Filoargénteo - La espada del Príncipe Sigvald está forjada con un fragmento de plata de la espada de Slaanesh. El arma se mueve como el mercurio con la velocidad de un rayo, golpeando a sus enemigos en una ráfaga de golpes rápidos.
  • Armadura Áurea - La Armadura Áurea es una armadura esculpida con placas de malla forjada con oro hechizado. Tentáculos de energía oscura acarician constantemente la piel de su portador, rejuveneciéndola y cerrando sus heridas con su suave roce.
  • Escudo Espejado - El poderoso escudo espejado de Sigvald está pulido a un grado increíble. En su mayoría, esto se usa para que el Vástago de Slaanesh se pueda mirar con amor a sí mismo. Sin embargo, cada vez que el escudo está expuesto a la luz brillante, los ataques contra Sigvald sufren de ceguera.

Curiosidades[]

Miniatura[]

Imágenes[]

Videos[]

Total War: WARHAMMER - Sigvald The Magnificent's Magnificent Speech

Fuentes[]