
Sibylle Hagerdorn pudo vivir un sueño común entre los golfillos de Altdorf: se descubrió que tenía habilidades mágicas y tuvo una vida de lujo, en comparación con la que llevaba, estudiando en los Colegios de la Magia. Esta vida fue literalmente de ensueño, dada su asombrosa afinidad por el Azyr, el Viento de los Sueños y la Profecía. Sin embargo, el camino que siguió la apartó de su amigo más cercano, Carolus Entschlafen.
Hagerdorn ascendió con rapidez en el colegio, dados su talento, su naturaleza empática y su propensión a quebrantar las reglas de la manera correcta. A los treinta años ya se había convertido en toda una Señora de los hechiceros y, debido a esta curiosa mezcla de peligro y genialidad, la pusieron al frente de la Torre de la Veleta, desde donde ha lanzado augurios y ha proseguido sus estudios por el bien del Imperio. Hasta que volvió a encontrarse con Entschlafen.
Veinte años después, Hagerdorn es una mujer bajita, con el pelo gris plateado y los ojos azulados. Su piel es blanca como la nieve y siempre está fría al tacto. Lleva una túnica voluminosa de ricos tejidos de color azul y plata.