
"Tienes potencial. Vuelve a verme dentro de un siglo."
- —Señor de las Runas anónimo
Los Señores de las Runas son los mayores herreros rúnicos. Un candidato a señor de las runas sólo puede ascender tras la muerte de un señor de las runas existente, por lo que este cargo es muy codiciado y disputado. Entre los Enanos, los Señores de las Runas se equiparan a reyes, por lo que se desenvuelven en la sociedad enana al mismo nivel que sus miembros más respetados. Algunos señores de las runas se aíslan del mundo, recluyéndose para aprender los secretos más recónditos de las runas magistrales y tal vez para crear algunas propias, lo que reduce aún más su número a la vez que sus nombres se hacen leyenda.
Un día en su vida[]
Un Señor de las Runas puede tomar uno de dos caminos en su vida. La mayoría elige vivir entre sus compañeros enanos, donde son figuras de poder legendario. Mientras continúan perfeccionando y practicando su oficio, en su mayor parte, buscan el refinamiento de un arte ya refinado.
Sirven como consejeros, jueces y símbolos de todo lo que significa ser un enano, y su día está lleno de reuniones, visitas a la comunidad, control y supervisión de las obras de los Herreros Rúnicos Maestros, y demás. Solo durante interludios raros pueden volver a sus herramientas y forjar y crear nuevos objetos, y dada la Ley de la Dignidad, es muy raro que encuentren un objeto que nunca hayan fabricado antes en su larga carrera.

Un número considerable, tal vez la cuarta parte, no toma este camino. Se retiran de la comunidad en un estudio profundo, aislándose en las bibliotecas de los talleres ubicadas en el corazón más profundo de las fortalezas enanas más seguras. Se reunirán casi exclusivamente con los maestros, jornaleros y aprendices, que trabajarán ansiosamente durante meses solo para escuchar una sola palabra de elogio o consejo útil de su solitario señor. Estos señores de las runas solo saldrán de su aislamiento autoimpuesto una pocas veces al año, o incluso menos, para cumplir con gran reticencia sus deberes ceremoniales o simbólicos, y luego regresar.
Los más raros de todos son los Señores de las Runas aventureros. Se necesita mucho para lograr que un individuo tan habilidoso recorra caminos oscuros y peligrosos, y sus motivaciones son únicas y a menudo inescrutables. Cualquier banda de viajeros que tenga tal acompañante es bendecida, y no se sabe por cuánto tiempo continuarán lejos de sus familias y estudios.
Hechos poco conocidos[]
Se alienta a los Señores de las Runas a tomar esposa y tener herederos. Incluso el más huraño y cascarrabias honrará este deber si es posible; pues fallar es una vergüenza demasiado grande de soportar o mencionar.
Se rumorea que los Señores de las Runas más ancianos y poderosos no mueren; si no que más bien, después de tanto tiempo sin saberse de ellos, los maestros más veteranos de una comunidad entrarán en el área de trabajo de su señor, para no encontrar allí nada salvo su obra final, y continuar con su legado a partir de ese momento en adelante.