Señor de las Bestias Elfo Oscuro

Desde los remotos días de Nagarythe, los Elfos Oscuros han sido siempre capaz de domesticar a las bestias y los animales para que cumplan nuestra voluntad. Sin embargo, algunos muestran excepcionales aptitudes para ello y pueden dominar incluso a las bestias más salvajes. Cuando un niño demuestra un talento natural para el adiestramiento de animales es enviado a la ciudad de Clar Karond o a la de Karond Kar para que sea educado por los maestros que viven allí.

Los Señores de las Bestias de Clar Karond y de Karond Kar pueden dominar a los seres más rebeldes. Su dominio proviene en parte de su dedicación inquebrantable al arte del tormento, pero la brutalidad no valdría de nada sin la empatía innata de un Señor de las Bestias. Todos los Elfos están en sintonía mística con el mundo natural, pero, mientras que algunos aceptan ese vínculo como medio para ganar mayor sabiduría y empatía con otros seres vivos, los Elfos Oscuros y en particular los Señores de las Bestias, lo usan como un arma más de su arsenal de tormento. Da igual que la bestia en cuestión sea una Mantícora furibunda, una astuta Arpía o el más sabio de todos los Dragones ancianos de Caledor; acabará doblegándose bajo la voluntad del Señor de las Bestias o pereciendo bajo su látigo.

Los Señores de las Bestias también están a cargo de los esclavos, pues consideran que los humanos, los orcos y otras razas son iguales que las bestias, por lo que los tratan como tales. Los Señores de las Bestias son elegidos entre las más hábiles y fuertes de su raza.

El Combate de Garras

Los Señores de las Bestias se encuentran en todo Naggaroth, porque se ven atraídos allá donde puedan encontrar mascotas potenciales. Sin embargo, existe una rivalidad tradicional entre los gobernantes de Karond Kar y Clar Karond, que afirman tener el dominio de los mejores Señores de las Bestias. Esta demanda se resuelve una vez al año en el Combate de Garras, una batalla formal entre dos Señores de las Bestias de las dos ciudades, dispuestos a arriesgar sus vidas y las que tienen a su cargo por el honor fugaz de su ciudad. El Combate de Garras está siempre muy igualado, con ambos bandos organizando "accidentes", asesinatos y todo tipo de artimañas posibles para asegurar la victoria.