La Ciudad Libre de Sartosa es un lugar notorio, conocido por albergar los piratas, bandidos, y cualquiera que desee evitar los diversos poderes legítimos del Viejo Mundo.
Es un lugar tremendamente peligroso, donde las pandillas de filibusteros borrachos abruman a los incautos, las peleas y los duelos están a la orden del día, y los ladrones surcan los sucios y bulliciosos muelles buscando blancos fáciles. A pesar de los riesgos, es un lugar donde alguien con la tenacidad y la fuerza de voluntad para sobrevivir no sólo puede vivir sino también prosperar, lejos del yugo de los impuestos injustos, los nobles prepotentes y la leyes estrictas. De Sartosa a Arabia al sur, los Reinos Fronterizos al este, y el continente más allá del Gran Océano, aguardan tierras exóticas.
En resumen, Sartosa es un lugar perfecto para encontrar aventuras.
Descripción[]

Sartosa se asienta sobre una isla rocosa justo al sur de la península de Tilea. Como la ciudad es lo más destacable en esta isla, la mayoría de los viajeros se refieren a la isla y a la ciudad por el mismo nombre. Dada la distancia del resto de las ciudades-estado tileanas, Sartosa está libre de la mayoría de las intrigas políticas que sacuden el continente. Aunque la distancia es algo así como una bendición, igualmente, junto con el carácter desagradable de la ciudad, hace que la ciudad sea menos atractiva para cualquier tipo de colonos que no sean los piratas que llegan a puerto. A pesar de ser una ciudad, su población nativa es relativamente pequeña, aumentando en número equiparable al de otras ciudades sólo cuando los filibusteros se detienen durante un mes o más para malgastar sus deshonestas ganancias.
La ciudad de Sartosa es una enrevesada masa de ruinas y viviendas, como una combinación improvisada de muchas y diferentes culturas y razas a lo largo de los siglo, en la que la arquitectura enana y élfica se mezclan con las de Tilea y Arabia, todas parcheadas de diversas maneras por los habitantes después de los ocasionales cañonazos de los barcos que pasan. Las casas que se alinean en las calles son una mezcolanza de diferentes estilos, colores y formas, desde villas de estuco finas con techos de tejas rojas hasta chabolas hechas con madera a la deriva y viejas lonas. Muchas de las tabernas de los piratas están construidas en cuevas excavadas en la roca viva. En la parte más antigua de la ciudad, hay algunos edificios de una antigüedad incomparable construidos con sólida piedra, y no parecen haber sido concebidos por una mente humana. Nadie sabe quienes construyeron estos extraños edificios o cuál era su propósito original.
Los habitantes de Sartosa son tan variados y dispares como su arquitectura, con tileanos codeándose con mercenarios nórdicos, y gente del Imperio regateando y luchando con bretonianos. Incluso también se puede ver paseando por sus calles a personas exóticos, con singular color de piel y extraños acentos de tierras lejanas.
Historia[]

Los Elfos tuvieron una colonia allí que más tarde fue ocupada por los Tíleanos de tierra firme. Por desgracia, la ciudad que construyeron fue destruida por los Elfos Oscuros actuando de forma conjunta con la flota de Settra. Casi toda la población murió o fue esclavizada.
La ciudad de Sartosa permaneció en ruinas durante mucho tiempo. Finalmente, desembarcaron en la isla incursores Nórdicos que rápidamente vencieron a los dispersos habitantes y la pequeña guarnición de tropas de Luccini. Desde esta base, los Nórdicos arrasaron las costas de Tilea hasta que fueron derrotados en una batalla naval cerca del Cabo Cinno.
Los Nórdicos supervivientes fueron reclutados por Luccini como mercenarios y se les permitió pertenecer en la isla para protegerla. Sin embargo, sus descendientes fueron derrotados por una flota invasora de los Corsarios de Arabia bajo el mando de Nafal Muq en 1240. Los Corsarios se mantuvieron en la isla aproximadamente unos doscientos cincuenta años; y durante ese tiempo fueron una amenaza constante. Alrededor de Sartosa se libraron numerosas batallas navales entre los Corsarios y las galeras de Luccini, Remas y Tóbaro.

Finalmente, la isla fue arrebatada a los Corsarios por un ejército mercenario bajo el mando de Luciano Catena. Era un Príncipe de Luccini y descendiente, como su nombre sugiere, de dos gemelos divinos, Lucan y Luccina. El Emir, Abd al Wazaq, y sus Corsarios fueron expulsados de su posición en la ciudad de Sartosa y obligados a rendirse después de un largo y sangriento asedio, Luciano permitió a Al Wazaq que escapase a Arabia a cambio de dejar atrás su considerable tesoro, la mayor parte del cual estaba compuesto por obras de arte saqueadas por toda Tilea. Al Wazaq también tuvo que entregar su enorme harén; al que, en su desesperación, había entrenado para que le defendiera como su guardia personal ¡y que rápidamente fue reclutado por los Tileanos como regimiento mercenario! Al resto de los Corsarios supervivientes se les permitió quedarse y fueron reclutados por Lucciano para que sirviesen en su flota. Esta fue una de las primeras ocasiones en que mercenarios de Arabia fueron reclutados por un general Tileano.
Luciano y sus herederos gobernaron Sartosa como un principado durante cierto tiempo. Durante ese periodo, la ciudad fue reconstruida y sus defensas reforzadas; con lo que, en poco tiempo, se convirtió en una base para la flota mercenaria de los Príncipes de Luccini. Sin embargo, ese breve período de estabilidad no podía durar mucho. Por entonces existían muchos contingentes mercenaríos ocupando las fortalezas en diversas partes de la isla y algunos en diferentes torres en el interior de la misma ciudad. Las rebeliones contra el Príncipe se hicieron más y más frecuentes y Sartosa se hizo cada vez más difícil de controlar. El dominio del Príncipe sobre la isla acabó cuando las bandas de mercenarios empezaron a combatir entre sí.

La mayoría de los mercenarios de la isla se convirtieron en piratas y empezaron a saquear las naves tileanas y cualquier otra que navegara por el Mar de Tilea. Esto demostró ser mucho más lucrativo que ser reclutados para combatir; ya que las oportunidades de sobrevivir eran mucho mayores, al igual que las ganancias. Las distintas bandas de mercenarios que ocupaban la isla, dejaron de combatir entre sí con su habítual intensidad y empezaron a cooperar en sus planes piratas. Los ataques contra las naves y las incursiones en las costas del Mar de Tilea trajeron consigo hordas de cautivos y rehenes por los que nunca se pagó rescate alguno. Todos estos aumentaron la creciente población de Saxtosa hasta que se convirtíó en una famosa y animada guarida de piratas.
Finalmente, se impuso la costumbre de elegir a un "Príncipe Pirata" de Sartosa; un título bastante grandilocuente para alguien que no gobierna, sino que simplemente resuelve las disputas sobre el reparto del botin con una justicia un tanto ruda. A lo largo de los siglos han llegado y pasado muchos de estos Príncipes, ¡la mayoría de los cuales han encontrado una muerte violenta por una u otra causa! El que más ha durado ha sido la actual y famosa "Princesa Pirata de Sartosa", ¡sin duda debido a que su reputación de ser diez veces más cruel que cualquiera de sus predecesores no es una exageración!
Los poderes fácticos[]
Ningún rey, conde, o alcalde gobierna la ciudad de Sartosa; los sacerdotes y los magos no celebran concilios donde proveer sabiduría, ni tampoco existe una aristocracia digna de mención Sartosa es una ciudad regida por un solo poder, el de los piratas.
En teoría, cada persona de Sartosa goza de las mismas libertades que los demás. Pero esta es una libertad originada de la anarquía, donde la ley tiene poco que ver, salvo la de la fuerza y la voluntad de utilizarla. En la práctica, todo los ciudadanos de Sartosa deben sus lealtades y servicios a sus superiores en la escala social, en cuya cúspide se encuentran los Señores Piratas, capitanes "jubilados" de barcos piratas que han asumido los privilegios de la nobleza y los ricos ociosos.
Una ciudad libre no solo en el nombre[]
Para bien o para mal, Sartosa está casi completamente libre de gran parte de las políticas que dominan las otras ciudades-estado de Tilea. No sólo es una "ciudad libre", lo que supone la independencia de otros órganos políticos, sino que los individuos tienen una tremenda libertad de acción. Aunque la ciudad es anárquica y en su mayoría sin ley, la población de Sartosa aún cumple con las normas del "Código Pirata". Todos los piratas del mar consideran Sartosa terreno neutral. Un capitán puede atracar en sus muelles sin temor a ser arrestado o disparado en el acto por los representantes de la ley, aunque puede que tenga que enfrentarse a sus rivales si atracan al mismo tiempo.
El Código Pirata[]
- Ver artículo: Código Pirata.
Los Señores Piratas[]
- Ver artículo: Señores Piratas.
Los Mercenarios[]

No todos los habitantes de Sartosa son piratas, la segunda mayor ocupación son los mercenarios. Se dice que cualquier hombre con al menos un garrote y la voluntad para usarlo puede encontrar trabajo en mucha de las compañías mercenarias de Sartosa. Antiguos soldados imperiales, deshonrados caballeros de Bretonia, errabundos Matatrolls Enanos, piqueros Tileanos, espadachines Estalianos, bersekers nórdicos, etc... pueden verse aquí en busca de trabajo. La mayoría encuentran empleo como guardaespaldas de capitanes ricos o como infantes de marina de los barcos piratas.
Para satisfacer la demanda de hombres de armas, han surgido en todo Sartosa varias Compañías Mercenarias, donde una persona puede encontrar trabajo sin mucho esfuerzo. Algunos tienen "contratos" exclusivos con las distintas ciudades-estado de Tilea, contratan a ejércitos enteros para alguna campaña u otra. Existe una feroz y literalmente brutal competencia entre las distintas compañías cuando se trata de la adquisición de nuevos talentos, y las guerra semi-abiertas entre ellas no son inauditas. Algunos mercenarios se alejan de las maquinaciones de las compañías y prefiere ir por su cuenta. Aunque siempre hay muchas ofertas de trabajo, se corre el riesgo de ser "contratado" por una compañía u otra, especialmente si uno gana una reputación de eficacia.
Las ciudades-estado de Tilea[]

Aunque los nobles de Tilea no tienen facultad legal o autoridad sobre Sartosa, si tienen una influencia significativa en sus negocios, y son, irónicamente, los mayores socios comerciales. Es de conocimiento común que los nobles y mercaderes de otras ciudades-estado suelen contratar a los piratas de Sartosa para transportar mercancías. proteger sus naves, y atacar los barcos de sus competidores, aunque después todo el mundo lo niega cuando sucede.
Los nobles, sus representantes, y los comerciantes ricos suelen hacer viajes a Sartosa para contratar a un capitán y su barco para todo tipo de negocios ilegales e ilícitos. Sin embargo, no hay honor entre ladrones, y no es raro que un barco pirata saquee las naves de un noble Tileano por las que fue contratado para proteger. Por cada ruta comercial hacia Sartosa que es cerrada por la flota Tileana, otra aparece en su lugar, ya que los beneficios de este comercio ilegal son demasiado tentadores como para resistirse.
Hartos de los ataques de los piratas Sartosanos, las Ciudades-estado han intentado en varias ocasiones poner sitio a la ciudad durante siglos, pero siempre han fracasado, pues los piratas se unen para crear una muralla de inexpugnable de galeones y veleros que diezma cada flota.
Localizaciones Importantes[]
El acantilado[]
Sartosa es una ciudad vertical, construida a lo largo de la orilla en una pared del acantilado que se eleva a treinta metros de altura. Para subir a la cima del acantilado, los ciudadanos de Sartosa han construido un laberinto desconcertante de puentes y andamios directamente en la roca. Varias casas se aferran a un lado del acantilado en esta masa de tablones, postes y vigas; y algunos sartosanos construyen sus casas directamente en la porosa piedra caliza del acantilado. La mayoría de estas residencias son cuchitriles sórdidos pero algunos, en general los más antiguos, son opulentas y están bien equipadas.
El tráfico en estos andamios es denso durante el día y potencialmente peligrosos cuando los arrieros dirigen sus vacas y caballos por los estrechos andamios. El constante viento que sopla procedente del mar a veces desata feroces vendavales, haciendo la travesía aún más peligrosa. A pesar de estos riesgos, la gente de Sartosa acepta la situación y se ríen de los recién llegados que deben subir a las vertiginosas altura sobre tablas desvencijadas. Con el paso de los siglos, se han añadido todo tipo de cuerdas, redes y equipos de seguridad a las pasarelas para evitar una caída fatal a las sucias callejuelas que hay abajo.
Una vez en la cima del acantilado, se puede contemplar como Sartosa se despliega entre las colinas bajas y rocosas. La ciudad está mucho menos poblada gente en la parte superior y es aquí donde se pueden encontrar las casas hermosas, villas y mansiones de los Señores Piratas.
Calle Clavija[]
La principal carretera de Sartosa se conoce como la Calle Clavija, y forma una especie de "barrio". Es una avenida serpenteante y sinuosa que sigue el contorno del acantilado que define la parte inferior del borde de la ciudad. La Calle Clavija está bordeada de casas destartaladas, curtidores, pescaderías, armeros, y docenas de tabernas y posadas. Los vendedores de comida pululan por las calles, vendiendo comidas de dudosa naturaleza, mientras malabaristas y artistas tratan de ganarse la vida al tiempo que evitan ser golpeados por piratas borrachos que saben apreciar su arte.
Lugares destacados[]
Los Muelles[]

Sartosa está plagado de numerosos muelles y puertos a los que barcos piratas, buques mercantes y botes de pesca llaman hogar. Los muelles están llenos de actividad constante durante todo el año, día y noche, mientras las tripulaciones van y vienen, los estibadores cargan los suministros , y los pescadores se preparan para el próximo día de trabajo o descargan la generosidad de la jornada anterior. Aunque algunos muelles son mejores que otros, ninguno es especialmente seguro para los ingenuos o confiados. Sólo un tonto podría pasear por los muelles sin al menos un cuchillo y la mayoría de la gente muestra abiertamente sus armas para disuadir a cualquier problema.
Los muelles están divididos en varias zonas, cada una con sus propias características, condiciones y propietarios. Los capitanes de los buques que atracan en Sartosa por primera vez corren el riesgo de hacerlo en el muelle "equivocado", sufriendo todo tipo de inspecciones injustificadas, acosos y desorbitadas tarifas de amarre por parte de los matones que controlan ese muelle en particular. La propiedad de estos muelles está en constante cambio y los capitanes que están acostumbrados a tratar con una clase de escoria en particular puede encontrar a un nuevo propietario cuando regresen la próxima vez.
Lugares destacados[]
Regina Bacini[]
Situado en el extremo norte de la ciudad, el Regina Bacini son los mejores muelles que Sartosa puede ofrecer, lo cual tampoco es decir mucho. Los grandes barcos que son propiedad de los señores piratas más ricos atracan aquí, y muchos tienen sus propios muelles privados. Los embarcaderos están en mucho mejor estado que la mayoría de los que se encuentran a lo largo Sartosa. Sólo los realmente idiotas intentarían causar algún problema en estos muelles, ya que las tripulaciones de los barcos piratas más exitosos deambulan por esta zona durante todo el día.
Lugares destacados[]
Muelles del Pez Negro[]
Hace mucho tiempo, los embarcaderos de los muelles del Pez Negro fueron devastados por un descomunal maremoto. Durante la reconstrucción, hubo una gran confusión y disputas sobre la mejor manera de proceder, lo que dió como resultado una masa desordenada de muelles y edificios. Estos muelles son utilizados por la "clase media" de Sartosa, capitanes piratas del promedio, empresas pesqueras, y similares. Muchos de los negocios se encuentran en los porpios muelles, lo que significa que un marinero ni siquiera tiene que desenbarcar para obtener todos los servicios que requiere.
Los Muelles del Pez Negro cuenta con varias posadas, tabernas, tiendas de alimentación, y casas de mala reputación que recubren sus estrechos embarcaderos. Estos negocios se elevan a varios metros de altura, sobre balanceantes pilotes de considerable altura. Decenas de cuerdas están colgadas entre los edificios y con numerosas banderas y estandartes ondeando al viento. Se considera que trae buena suerte colgar la bandera o estandarte de un barco abordado en estas cuerdas, algunos de las cuales son realmente antiguos.
Los muelles son famosos por los vendedores ambulantes que pululan por las calles, vendiendo toda clase de chucherías de todo el Viejo Mundo. La mayoría de estos artículos son inútiles, aunque de vez en cuando un vendedor tiene algo realmente valioso. Los compradores deben tener cuidado pues los rufianes a menudo se lanzan sobre aquellos que hacen alarde de su riqueza, robándoles y devolviendo el artículo que compraron al vendedor ambulante.
Armería Fitzmann[]
La Armería Fitzmann es la tienda de armas de fuego más grande de Sartosa. Aunque Fitzmann fabrica algunas armas, es ante todo un concesionario de segunda mano, y compra la mayor parte de sus armas a los piratas después de exitosas campañas. Como resultado, un comprador puede encontrar armas de todo el Viejo Mundo, pero la calidad varía enormemente. Generalmente Fitzmann paga por los productos a menos de la mitad de su precio, a excepción de la pólvora que compra a precio de mercado, de la que siempre hay una gran demanda en Sartosa. A menudo se ponen las armas a prueba disparando al agua, por lo que los lugareños están acostumbrados a estos disparos ocasionales, aunque los recién llegados pueden sorprenderse por ello.
Hace un año, para probar la exactitud de su pistola, un marinero borracho realizó un disparó que alcanzó un barril de pólvora, llevándose la mitad del edificio en la explosión. Por fortuna, el fuego fue extinguido rápidamente y el negocio se salvó. Fitzmann todavía no ha completado las reparaciones y emplea a dos guardaespaldas Tileanos para asegurarse de que nadie se cuela durante la noche. Estos matones están armados hasta los dientes, y con frecuencia se pavonean con media docena de pistolas de Fitzmann en la cintura para desalentar a los ladrones.
Otras Localidades[]
Imágenes[]
Fuentes[]
- Ejércitos Warhammer: Mercenarios (5ª Edición), págs. 83-84.
- Warhammer Fantasy JdR: The WFRP Companion (2ª Ed. Rol), págs. 72-78.
- Warhammer Fantasy JdR: ¡A las Armas! (4ª Ed. Rol), págs. 51, 53.
- Antigua pagina web de Games Workshop.