
"Esto no llevará mucho tiempo. Solo entregue sus joyas. Si se resistes, todo terminará mucho más rápido."
- —Salteador de Caminos anónimo.
Los Salteadores de Caminos se ganan la vida asaltando los carruajes que viajan por el Viejo Mundo, despojando las arcas de sus contenidos y a los pasajeros de sus objetos valiosos. Pero son algo más que meros ladrones: dado que imitan el estilo de la alta nobleza, por lo que el estilo les preocupa tanto como cualquier otra cosa, y a veces se refieren a ellos como la nobleza de los ladrones.
Por necesidad, los salteadores de caminos son consumados jinetes, y saben cómo hacer que sus monturas galopen por terrenos desiguales y traicioneros a gran velocidad. También son excelentes tiradores, ya que no sólo han de enfrentarse contra blancos que se mueven con rapidez, sino también con muchos de los peligroso habitantes de los bosques.
Descripción[]

Los salteadores se consideran a sí mismos como la aristocracia del crimen rural, románticos 'caballeros del camino' que aparecen representados como héroes en la prosa grandilocuente de cierto tipo de dramaturgos y panfleteros. Aunque algunos nobles, incluidas unas cuantas damas aburridas e imprudentes, consideran el robo en la carretera un deporte, la mayoría de salteadores son de origen más humilde. Muchos tienen algún antecedente militar, normalmente en la caballería, y la mayoría se atribuyen el rango de capitán o superior, con independencia de cualquier grado real, junto con un apodo profesional. Hay que pensar en la fama, así que un nombre, un buen nombre, es parte de la mística.
Los salteadores nobles suelen seguir la imagen popular: montan sementales negros como la noche y se cubren con antifaces o elaboradas máscaras, en algunos casos sencillas pero elegantes, pero todas son del tipo usado en los bailes de disfraces: el colmo del estilo es que los bordes y ranuras para los ojos tengan una capa de plata u oro. Siempre visten de forma inmaculada, incluso para trabajar, y en muchas regiones compiten entre ellos tanto en número de golpes como en atuendo. Prefieren las capas negras enormes sobre camisas blancas flotantes (de seda, naturalmente), y llevan grandes sombreros de tres picos con al menos una enorme y vistosa pluma de colores cuyo tamaño y magnificencia son una cuestión de orgullo y competencia
Respetan hasta el último extremo la etiqueta para con sus víctimas, pues prefieren verse a sí mismos como bribones atrevidos, y no como vulgares asaltantes. Tienen el hábito de enterrar en cumplidos extravagantes a cualquier persona atractiva a la que roban, algunas de las cuales han encontrado sus joyas devueltas de manera anónima en la siguiente posada. Los que hay sólo roban a quienes, en su opinión, merecen una lección: el mercader arrogante o el noble insignificante que maltrata al personal de la posada y a otros, o quienes no cumplan con los elevados ideales de buena conducta del salteador, verán sus bolsillos aligerados.
La variedad común de salteador (en ambos sentidos) es menos romántica y más brutal, pues ignora el dicho tradicional de 'La bolsa o la vida' y se lleva ambas de forma insensible. Nada de testigos y todo el dinero. Es muy difícil tener éxito como salteador sin socios, en especial en las casas de postas. Una red de informantes locales tiene vigilados a los viajeros ricos y a las fuerzas de la ley. Algunos están en deuda con el salteador, mientras que otros, a menudo jóvenes con poco conocimiento del mundo más allá de las ideas románticas de aventura, se han visto seducidos por el glamour de ser un salteador. Mientras que muchos de ellos son antiguos reitres, hay forajidos solitarios, guardas de caminos que se han vuelto malos o ladrones. Todos son jinetes capaces, y los que siguen la imagen romántica del salteador suelen estar bien entrenados en el uso de la espada ropera y la pistola.
Afiliaciones[]

Los Salteadores de Caminos son un ejemplo perfecto del viejo adagio de que nada es tan simple como parece. La mayoría de sus víctimas asumen que los son solitarios y trabajan en completo aislamiento. Nada mas lejos de la realidad. Un experimentado salteador de caminos tiene varios cómplices, algunos más involucrados y más conscientes de su verdadera ocupación que otros.
Los primeros y más importantes para cualquier Salteador son sus palafreneros. Un salteador depende de su caballo para su sustento, por lo que el corcel debe mantenerse completamente sano y listo para cabalgar en cualquier momento.
La mayoría de los bandoleros mantienen un establo escondido en alguna parte. Le pagan generosamente al dueño del mismo para vivir al lado del establo y cuidar del o los caballos a todas horas: los hijos del dueño son presionados para servir como mozos de cuadra.
Después del caballo, el salteador tiene que preocuparse por sus ganancias mal habidas. Las monedas se pueden usar tal cual, pero las joyas y otros objetos de valor se deben desechar de forma rápida y silenciosa. Para esto el bandido requiere de un buen perista, o varios especializados en diferentes artículos. El perista no es un amigo, sino simplemente un socio, uno cuyos mejores intereses son atendidos manejando el botín del salteador y guardando sus secretos.
Los siguientes, curiosamente, son los proveedores de ropa del salteador. Los Salteadores de Caminos se enorgullecen de sus finos ropajes. Por lo tanto, requieren de excelentes sastres, merceros y zapateros. Estos hombres y mujeres deben ser capaces de producir trajes de la mejor calidad y a la última moda, pero también deben trabajar discretamente.
Finalmente, la mayoría de los Salteadores contrata a la gente del lugar como exploradores para informarles cuando se acerca una posible víctima. A menudo, estas personas son simplemente propietarios de tabernas locales, que informan sobre sus clientes recientes por algún método preestablecido.
Hechos Poco Conocidos[]

Unos pocos salteadores notables son realmente de origen noble. Recibieron el entrenamiento y la educación adecuadas de su clase, pero no tienen riqueza familiar para mantenerlos, ya sea porque su familia ha perdido su dinero o porque están demasiado lejos como para heredar algo . Estos nobles sin dinero son buenos salteadores porque tienen educación, estilo y habilidades, y porque pueden reconocer buenos materiales y hermosas gemas al verlos.
El caballo de un Salteador está especialmente entrenado para ignorar los disparos y moverse a través del terreno accidentado. La mayoría de estos corceles pueden equipararse fácilmente con la velocidad de un caballo de mensajería, y la inteligencia, el temple y los reflejos de combate de un Caballo de Guerra.
No todos los Salteadores de Caminos son hombres. La ocupación puede ser adecuada para mujeres atrevidas e ingeniosas, que a menudo pueden cambiar la tendencia natural de una víctima masculina de subestimar a las mujeres.