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Chalán 4ª edición rol

"Con mucha calle y de vocación mercenaria, te ganas la vida vendiendo mercancías ilícitas en el lado más sórdido de las poblaciones."

Descripción de la profesión.

"¡Venid al Martillo y el Cubo, la mejor música y animación de la vieja ciudad de Altdorf! ¡No quedaréis decepcionados!"

Raynald Schmid, rufián.

Prácticamente en cualquier ciudad del Viejo Mundo puede encontrarse a un guía y escolta profesional a los distritos menos recomendables, alguien familiarizado con el amplio surtido de establecimientos ilegales e inmorales y los servicios disponibles en los mismos.

En ese mismo mundo son conocidos como Rufianes. Estos hombres (suelen ser varones humanos) conocen las mejores tabernas y casas de juego, saben dónde encontrar burdeles, antros de droga, y establecimientos que satisfagan cualquier tipo de vicio. Pueden conseguir acceso a estos locales para los extraños, y se supone que saben cuáles son seguros, cuáles están bajo vigilancia oficial, y cuáles tienen por costumbre robar y/o asesinar a sus clientes. Sus servicios están a disposición de cualquier juerguista que parezca apropiadamente adinerado, aunque muchos rufianes pueden llevar a sus nuevos compañeros a "trampas para bobos" o bandas de cortagargantas, a cambio de una parte del botín.

Descripción[]

Rufián

"Ríete todo lo que quieras, pero esa ropa cuesta dinero. Para un chico nacido cerca del muladar, vive una vida de lujo."

Hertel Netzhoch, posadero.

Dondequiera que haya gente buscando pasar un buen rato, habrá chalanes preparados para mostrarles dónde ir. Los rufianes guían a la gente a los establecimientos que ofrecen una gran variedad de servicios ilegales e inmorales. Aunque muchos Enanos y humanos muestran serias objeciones a semejantes actividades, la mayoría de halflings y Altos Elfos actúan de forma bastante realista acerca de los asuntos de droga, los burdeles u otros lugares de vicio.

Algunos merodean fuera de las tabernas, casas de mala reputación u otros lugares sórdidos de entretenimiento y tentando a la gente a gritos. Otros esperan en las tabernas a un grupo de 'corderitos' de aspecto agradable y luego los convencen de que acepten sus servicios como guías de la vida nocturna local. En uno y otro caso, los rufianes reciben una comisión por cada cliente que llevan a un determinado establecimiento, lo que significa que, pese a que siempre sostengan lo contrario con pasión, están lejos de ser imparciales.

Los rufianes incluyen a los traficantes de drogas, las bailarinas, los embaucadores y los modelos para artistas. Muchas famosas obras de arte de la era moderna han tenido como modelo a algún chalán sacado de la calle. Los ejércitos, cuando viajan, suelen ser seguidos por los soldaderos, entre los cuales hay rufianes buscando hacer dinero por cualquier medio posible. Los cabecillas, propietarios de los establecimientos en donde se reúnen los rufianes, pueden crear imperios significativos proporcionando servicios a todo tipo de pícaros, desde los peristas que necesitan un acceso discreto a clientes ricos, hasta escondrijos seguros para los jefes de las bandas y los señores del crimen.

Si un grupo le logra convencer a un chalán de que no son meros corderitos, podrán obtener conocimientos valiosos sobre los establecimientos de dudosa reputación de la ciudad y quienes los frecuentan. Dado que el negocio del rufián requiere un contacto frecuente con los bajos fondos locales, también es posible obtener información y contactos en ese sentido. Las dos cosas que un chalán no puede soportar, sin embargo, son los chantajistas y los soplones. Causan problemas, aguan la fiesta a todos y asustan a los clientes valiosos. Hay que tener mucho cuidado de no parecer chantajistas o soplones, ya que la mayoría de los chalanes conocen a gente. En particular, conocen a 'hombres de negocios' del lugar que no tienen problema en clavar a alguien a una puerta o arrojarlo al río con un saco de ladrillos atado al cuello…

Los rufianes que viven en las zonas urbanas a veces viajan para huir de las plagas y de las persecuciones religiosas; estas últimas tienen lugar con demasiada frecuencia en las zonas dominadas por el Culto de Sigmar. Otros, como los que viajan con animadores, consideran que los viajes forman parte de su oficio. Quienes consiguen un mecenas pueden disponer de cantidades de tiempo significativas a su disposición.

Nota aclaratoria[]

  • Este profesión, "Bawd" en inglés, se tradujo como Rufián en la 1ª edición y como Chalán en la 4ª edición.

Imágenes[]

Fuentes[]