La mayoría de las veces en que se encuentra a un mortal poseído es ya demasiado tarde para salvarlo, y son otros los que deben destruir su cuerpo para enviar al demonio de regreso al Reino del Caos. Sin embargo, en algunos casos el demonio aún no ha devorado la mente del sujeto, y un sacerdote experto puede eliminar el espíritu intruso por medios mágicos.
Los exorcistas no son un grupo establecido propiamente dicho; se trata de sacerdotes y Cazadores de Brujas adiestrados en el ritual del exorcismo. Mientras que el hechizo Exorcismo, conocido por algunas sacerdotisas de Shallya y otros grupos religiosos, sirve para expulsar espíritus que hayan poseído un cuerpo, el Ritual de Exorcismo ha sido ideado para expulsar demonios, una tarea completamente distinta. Los fantasmas y otros espíritus pueden poseer a un individuo, pero con cierto esfuerzo se pueden expulsar de su cuerpo. Los demonios, sin embargo, son mucho más difíciles de expulsar, y para tener una mínima posibilidad de éxito se requieren horas de plegarias y un entorno controlado.
Ritual[]
- Desenmascarar: En esta fase, el demonio se oculta dentro de su anfitrión como si no estuviera ahí, Aunque sigue teniendo un control total sobre el cuerpo mortal, sus movimientos son tan naturales como su forma de hablar. El exorcista debe poner al descubierto al demonio y descubrir su naturaleza. Esta es con frecuencia la parte más difícil del exorcismo ya que el demonio ofrece resistencia. Además, el exorcista debe estar atento y resistirse a la tentación de enzarzarse en una conversación innecesaria. Para que el exorcismo funcione, el exorcista debe mantenerse firme y entregado a la tarea con toda la autoridad que concede Sigmar.
- Revelación del Demonio Interior: El exorcismo comienza realmente cuando la presencia del demonio se manifiesta. Estos momentos están acompañados de todo tipo de efectos sobrenaturales. Si la persona poseída no ha sido inmovilizada, atacará a todos los que tenga a su alcance (para eso sirven la cuerda y los clavos). Además, comienzan a suceder fenómenos extraños. Los animales se aterrorizan, el suelo tiembla, se apagan las luces y sopla un viento maloliente, siempre procedente del norte. Si se usa un espejo, la victima reflejara en él la imagen del diablo que la posee en lugar de la suya propia. El demonio se sacudirá y espetará blasfemias y repugnantes ofertas lascivas. Si el demonio no logró convencer ni asustar al exorcista, amenazará con hacer daño al anfitrión. En resumen, el demonio empleará cualquier truco con tal de evitar el exorcismo.
- Coro de Maldades: A continuación, la voz del demonio se convierte en un torrente de palabras, siempre ofensivas y a menudo absurdas. El exorcismo no podrá continuar hasta que el demonio sea silenciado. Esto puede lograrse mediante cualquier truco sencillo, aunque silenciar a los demonios más poderosos puede resultar algo más complicado. En los casos extremos, el exorcista puede verse obligado a cortarle la lengua a la victima.
- Enfrentamiento de Voluntad: Una vez que el demonio ha sido silenciado, una presencia palpable se manifiesta en la zona. Llegando a este momento, el demonio y el exorcista deben enfrentarse por el control del anfitrión. El exorcista obliga al demonio a revelar más información sobre sí mismo y establece un firme control sobre él. Es entonces cuando el exorcista debe realizar su hechizo y puede que el demonio abandone al anfitrión.
- Expulsión del Espíritu Intruso: Suponiendo que el exorcista logre vencer al demonio, la entidad abandonará el cuerpo de la victima y se dirigirá al Reino del Caos. Su paso es observable, y todos los presentes verán cómo huye. Si la víctima llevaba poco tiempo poseída, recuperará el control de su cuerpo sin apenas recordar lo que ha sucedido. Sin embargo, casi nadie sale indemne de esta experiencia. Aparte de las heridas físicas causadas por el demonio, también sufre cicatrices psíquicas, y suelen acabar volviéndose locos.