Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo

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Boceto Relicario del Grial Warhammer Total War Bretonia

En esta época de supersticiones y fanatismo religioso, los objetos sagrados son una parte importante de la vida diaria. Una Reliquia Sagrada son los restos de o un artefacto muy relacionado con un santo o persona sagrada muerta. Tal objeto podría ser un hueso, un trozo de ropa o una joya.

Las reliquias abundan en el Viejo Mundo: cabellos de Sigmar, trozos del martillo de Ulric, el cadáver de un Caballero del Grial, dientes de Príncipes Demonio (en caso de devotos impíos), etc. Los Huesos de Sigmar son reliquias comunes, aunque el número de estos fragmentos de hueso son más de lo que un sólo cuerpo podría albergar. La reliquia sagrada más famosa del Imperio es el Icono de Sigmar, que guarda celosamente el Archilector de Nuln; una pieza que, según se cuenta, confiere fortaleza sobrehumana a su portador.

Todo esto y más se vende a los hombres que necesitan ánimos antes de entrar en combate y como amuletos frente a los efectos de la magia.

Descripción[]

Algunos de los objetos que hay en el mundo han sido bendecidos por los dioses para llevar una porción de su poder a los conflictos entre mortales. Estos artefactos, conocido como reliquias, pueden presentar cualquier forma y tener casi cualquier poder, pero los reconocidos por los cultos se cuentan entre los objetos más sagrados de todo el Viejo Mundo.

Las reliquias genuinas son extremadamente raras; la mayoría de los templos no posee ninguna. Todo santuario que consiga hacerse con una de ellas no tarda en convertirse en un gran templo y atraer a numerosos sacerdotes a su sagrado suelo. Las reliquias y demás objetos sagrados casi nunca se ponen a la venta, aunque en contadas ocasiones se dejan al cuidado de un poderoso noble que agradece el favor de la deidad con generosas ofrendas de terrenos y donativos económicos. La mayoría de los sacerdotes no han visto una sola reliquia auténtica en toda su vida, y menos aún han llegado a manipular alguna.

Por otro lado, las reliquias falsas pueden encontrarse por todas partes. Existe toda una subcultura de estafadores que se dedican a fabricarlas y venderlas (principalmente a campesinos crédulos) por unas cuantas meajas. Otros apuntan más alto y urden engaños plausibles empleando reliquias falsas para desplumar a algún acaudalado noble. Incluso hay quienes intentan timar a los sacerdotes (y algunos hasta lo consiguen), por lo que algunas de las reliquias que los cultos dan por verdaderas son en realidad falsificaciones. Algunos hechiceros sospechan que las reliquias más genuinas son falsas o que, en el mejor de los casos, se exagera su poder.

El origen de las reliquias genuinas es muy sencillo: el dios decide bendecir un objeto con una pequeña parte de su poder. El resto del proceso se desconoce por completo. Nadie sabe por qué cada deidad bendice unos artefactos y no otros, por qué les insuflan ciertos poderes ni cuál es la razón de que no proporcionen indicios más obvios que faciliten la identificación de reliquias auténticas. La mayoría de los sacerdotes creen que el mero hecho de plantearse estas preguntas es señal de impiedad.

Sin embargo, una cosa está clara: las reliquias genuinas y los artefactos sagrados no pueden crearse por acción de los sacerdotes, ni siquiera por aquellos que están bendecidos con el poder de obrar milagros. Algunas reliquias aparecen como recompensa a heroicos esfuerzos realizados por sacerdotes o devotos seglares, pero jamás como resultado directo de un intento por parte de los mortales de conjurar tan milagroso poder.

Objetos Benditos[]

El Viejo Mundo está lleno de avariciosos comerciantes que exhiben amuletos supuestamente bendecidos por los dioses. La mayoría de los cultos desaprueban la venta de semejantes artefactos, posiblemente porque muchos de ellos realizan estas bendiciones a cambio de donativos; algunos incluso construyen santuarios junto a los caminos con este propósito.

Existen ejemplos muy conocidos de esta práctica en todo el Imperio. En Talabheim está la Avenida de los Relicarios, una vía pública en la que prácticamente todos los cultos conocidos poseen un puesto de venta. Y en Altdorf hay una calle bautizada irónicamente como Echt Strasse (N. del t.: En alemán, "calle de lo auténtico"), atestada de llamativos puestos-santuario consagrados a toda clase de dioses. En todos estos lugares, y en muchos otros, unos sacerdotes mugrientos venden bendiciones, talismanes y reliquias de todo tipo y a diferentes precios. Desde luego, la mayoría de estos artefactos no sirven más que para acallar los temores supersticiosos.

Sin embargo, de vez en cuando alguna funciona de verdad.

La Bendición[]

Libro Sagrado Bretoniano Total War

Los viejomundanos son un pueblo supersticioso, y la mayoría están ansiosos por aliviar sus desgraciadas vidas de cualquier forma posible. Por ello, acuden a los cultos para que bendiga sus actividades cotidianas. Los sacerdotes suelen conceder estas bendiciones a cambio de unas monedas.

Cualquier sacerdote sin escrúpulos también puede sacar un buen pellizco bendiciendo objetos. Sin embargo, sólo aquellos capaces de canalizar el poder divino pueden imbuir sus bendiciones de verdadero poder. Los sacerdotes han de ser precavidos con sus bendiciones, ya que a ningún dios le gusta que le tomen por el pito del sereno.

La efectividad de esta bendiciones dependen de muchos factores, como por ejemplo, quien otorga la bendición. Después de todo, puede existir una gran diferencia entre recibir una bendición apresurada por parte de un humilde fraile en el camino a Carroburgo, y hacer que el Gran Teogonista de Sigmar bendiga tus hazañas en el gran templo de Altdorf.

Fuentes[]