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Como es lógico, los más devotos de Ranald son los [[Tahúr|tahúres]] y los delincuentes no violentos: ladrones, estafadores, charlatanes y contrabandistas; todos ellos se basan en el sigilo, la osadía y el ingenio. Muchos de los miembros del Gremio Del Que No Se Habla son fieles del dios, y sus clérigos procuran que la Liga modere la violencia en sus actividades.
 
Como es lógico, los más devotos de Ranald son los [[Tahúr|tahúres]] y los delincuentes no violentos: ladrones, estafadores, charlatanes y contrabandistas; todos ellos se basan en el sigilo, la osadía y el ingenio. Muchos de los miembros del Gremio Del Que No Se Habla son fieles del dios, y sus clérigos procuran que la Liga modere la violencia en sus actividades.
   
Pero los que dicen que Ranald no es más que un dios de ladrones se equivocan... al menos según sus fieles. En realidad es el patrón de aquellos que han sido pisoteados por el poder, por las autoridades. Los que están dispuestos a correr riesgos y tomar atajos para vencer, los que quieren poner en ridículo a los poderosos en vez de hacerles daño ésos son los que están con Ranald. Naturalmente, este culto encaja a la perfección en Marienburgo y goza de bastante predicamento entre las clases bajas y los hombres de negocios más atrevidos.
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Pero los que dicen que Ranald no es más que un dios de [[Ladrón|ladrones]] se equivocan... al menos según sus fieles. En realidad es el patrón de aquellos que han sido pisoteados por el poder, por las autoridades. Los que están dispuestos a correr riesgos y tomar atajos para vencer, los que quieren poner en ridículo a los poderosos en vez de hacerles daño ésos son los que están con Ranald. Naturalmente, este culto encaja a la perfección en Marienburgo y goza de bastante predicamento entre las clases bajas y los hombres de negocios más atrevidos.
   
En realidad, en Marienburgo ha surgido una nueva secta de adoradores de Ranald, los fieles del Negociador. Este aspecto de Ranald atrae a comerciantes sin escrúpulos dispuestos a hacer lo que sea con tal de llegar a lo más alto. Las medias verdades, las mentiras, el espionaje comercial e incluso la estafa: todo ello es aceptable para el culto, con tal de que no haya violencia. Los seguidores del Negociador dicen que sólo hacen lo mismo que los demás, con la diferencia de que ellos lo reconocen. No es de extrañar que los clérigos de Haendryk estén en contra de este culto e intenten prohibirlo una y otra vez.
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En realidad, en [[Marienburgo]] ha surgido una nueva secta de adoradores de Ranald, los fieles del Negociador. Este aspecto de Ranald atrae a [[comerciantes]] sin escrúpulos dispuestos a hacer lo que sea con tal de llegar a lo más alto. Las medias verdades, las mentiras, el espionaje comercial e incluso la estafa: todo ello es aceptable para el culto, con tal de que no haya violencia. Los seguidores del Negociador dicen que sólo hacen lo mismo que los demás, con la diferencia de que ellos lo reconocen. No es de extrañar que los clérigos de [[Handrich|Haendryk]] estén en contra de este culto e intenten prohibirlo una y otra vez.
   
Ranald también es el Señor del Engaño y la Ilusión y comparte el patronazgo de los ilusionistas con su rival ocasional, Morr. Sus cultos mundanos no están enfrentados en Marienburgo, por lo que los clérigos de Ranald no saquean tumbas marcadas con signos de Morr. Como pueden conseguir información secreta y acceder a sitios vedados para los sacerdotes de Morr, les informan de todo lo que averiguan sobre Nigromantes y no-muertos en la ciudad. A cambio, los clérigos de Morr esconden a veces a fugitivos de las autoridades o transportan paquetes sellados a otras ciudades, sin hacer preguntas.
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Ranald también es el Señor del Engaño y la Ilusión y comparte el patronazgo de los ilusionistas con su rival ocasional, [[Morr]]. Sus cultos mundanos no están enfrentados en Marienburgo, por lo que los clérigos de Ranald no saquean tumbas marcadas con signos de Morr. Como pueden conseguir información secreta y acceder a sitios vedados para los [[sacerdotes]] de Morr, les informan de todo lo que averiguan sobre Nigromantes y no-muertos en la ciudad. A cambio, los clérigos de Morr esconden a veces a fugitivos de las autoridades o transportan paquetes sellados a otras ciudades, sin hacer preguntas.
   
Esta "extraña pareja" divina también organiza cada año en Suiddock el Circus Muminatus, un maravilloso festival y espectáculo de magia, el día siguiente al Geheimnistag, en beneficio de los niños necesitados. Aunque oficialmente está organizado por la Iglesia de Morr en su aspecto de Se-ñor de los Sueños e Ilusiones, en realidad sirve de puesto de reclutamiento para Ranald, ya que sus clérigos observan a escondidas a los niños que acuden para descubrir cualquier talento especial, mágico o no, que posean. La razón por la que los dos cultos cooperan así en Marienburgo cuando no lo hacen en ningún otro lugar del Viejo Mundo es un misterio. Cuando se les pregunta, los sacerdotes dan una respuesta típicamente marienburguesa: "Siempre ha sido así. Mientras funcione, ¿Qué más da?"
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Esta "extraña pareja" divina también organiza cada año en Suiddock el Circus Muminatus, un maravilloso festival y espectáculo de magia, el día siguiente al [[Geheimnistag]], en beneficio de los niños necesitados. Aunque oficialmente está organizado por la Iglesia de Morr en su aspecto de Señor de los Sueños e Ilusiones, en realidad sirve de puesto de reclutamiento para Ranald, ya que sus clérigos observan a escondidas a los niños que acuden para descubrir cualquier talento especial, mágico o no, que posean. La razón por la que los dos cultos cooperan así en Marienburgo cuando no lo hacen en ningún otro lugar del Viejo Mundo es un misterio. Cuando se les pregunta, los sacerdotes dan una respuesta típicamente marienburguesa: "Siempre ha sido así. Mientras funcione, ¿Qué más da?"
   
 
== Cultos Secundarios==
 
== Cultos Secundarios==
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{{Cita|Cita = ¡La lucha contra el Caos es lo principal! Con nuestra separación del Imperio honramos a Signar y renunciamos a la decadencia moral de su patria, permaneciendo vigilantes y puros.|Autor = Archilector Andries van Aperen de Marienburgo, Iglesia Reformada de Sigmar.}}
 
{{Cita|Cita = ¡La lucha contra el Caos es lo principal! Con nuestra separación del Imperio honramos a Signar y renunciamos a la decadencia moral de su patria, permaneciendo vigilantes y puros.|Autor = Archilector Andries van Aperen de Marienburgo, Iglesia Reformada de Sigmar.}}
   
La Iglesia de Sigmar, adalid de la unidad del Imperio y de la lucha contra el Caos, pasa por malos momentos en las Tierras Desoladas. Aunque era el culto principal del Imperio, nunca tuvo una importancia primordial en Marienburgo, al ser eclipsado por los de Manann y Haendryk. De todas formas, la gente lo adoraba por costumbre y por obligación y era muy venerado por los emigrados imperiales y los habitantes de los pueblos. En defensa de la paz y la unidad del Imperio, la iglesia de Sigmar respaldó decididamente el acuerdo con el Emperador Magnus el Piadoso que instauró el Directorio.
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La Iglesia de [[Sigmar]], adalid de la unidad del Imperio y de la lucha contra el [[Caos]], pasa por malos momentos en las Tierras Desoladas. Aunque era el culto principal del Imperio, nunca tuvo una importancia primordial en Marienburgo, al ser eclipsado por los de Manann y Haendryk. De todas formas, la gente lo adoraba por costumbre y por obligación y era muy venerado por los emigrados imperiales y los habitantes de los pueblos. En defensa de la paz y la unidad del Imperio, la iglesia de Sigmar respaldó decididamente el acuerdo con el [[Emperador]] [[Magnus el Piadoso]] que instauró el Directorio.
   
 
Con la independencia, el culto y su influencia sobre el gobierno quedaron maltrechos. El clero estaba con el Imperio y planeaba abrir las puertas al ejército del Conde Zelt. Cuando la invasión fracasó y la conspiración salió a relucir, lo único que impidió que la muchedumbre indignada linchara a todos los clérigos del templo de Sigmar fue la intervención del Director Arkat Fooger ante sus puertas. A cambio de sus vidas, la iglesia tuvo que abandonar su puesto en el Directorio, cerrar su templo y mudarse a otro santuario mucho menor en Ostmuur. El viejo edificio en Tempelwijk sigue clausurado en la actualidad.
 
Con la independencia, el culto y su influencia sobre el gobierno quedaron maltrechos. El clero estaba con el Imperio y planeaba abrir las puertas al ejército del Conde Zelt. Cuando la invasión fracasó y la conspiración salió a relucir, lo único que impidió que la muchedumbre indignada linchara a todos los clérigos del templo de Sigmar fue la intervención del Director Arkat Fooger ante sus puertas. A cambio de sus vidas, la iglesia tuvo que abandonar su puesto en el Directorio, cerrar su templo y mudarse a otro santuario mucho menor en Ostmuur. El viejo edificio en Tempelwijk sigue clausurado en la actualidad.
   
Durante la crisis que siguió a la secesión, la Iglesia se dividió entre los que permanecieron leales al Imperio y los que juraron fidelidad a Marienburgo. Los primeros se denominan Unitarios o Sigmaritas Ortodoxos, y hacen gala de su lealtad al Gran Teogonista. Su sede está en Kalkaat, en las Tierras Desoladas, una zona tradicionalmente devota de Sigmar, aunque han aprendido a ser discretos: de vez en cuando se desenmascara a algún soplón de las autoridades y ha habido persecuciones contra los Unitarios en ocasiones de peligro de invasión o cuando la ciudad necesita un chivo expiatorio. Esta Iglesia ha rechazado repetidamente las pretensiones de autoridad sobre ella proclamadas por los archilectores de Marienburgo. Lo mejor que puede hacer un clérigo sigmarita de la dudad que vaya a pasar por los pueblos del Kleinland es llevar una escolta.
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Durante la crisis que siguió a la secesión, la Iglesia se dividió entre los que permanecieron leales al Imperio y los que juraron fidelidad a Marienburgo. Los primeros se denominan Unitarios o Sigmaritas Ortodoxos, y hacen gala de su lealtad al [[Gran Teogonista]]. Su sede está en Kalkaat, en las Tierras Desoladas, una zona tradicionalmente devota de Sigmar, aunque han aprendido a ser discretos: de vez en cuando se desenmascara a algún soplón de las autoridades y ha habido persecuciones contra los Unitarios en ocasiones de peligro de invasión o cuando la ciudad necesita un chivo expiatorio. Esta Iglesia ha rechazado repetidamente las pretensiones de autoridad sobre ella proclamadas por los archilectores de Marienburgo. Lo mejor que puede hacer un clérigo sigmarita de la ciudad que vaya a pasar por los pueblos del Kleinland es llevar una escolta.
   
 
La Iglesia Reformada cuenta con la aprobación oficial del Stadsraad. Los Directores esperaban que mantuviera contentos a los palurdos reaccionarios del campo y controlados a los sigmaritas de la ciudad, pero sólo lo ha logrado en parte. Los Grandes Teogonistas siempre se han negado a reconocer la iglesia reformada, declarando vacante el sitial de archilector. Lo que es más, con la evolución de la vida urbana han quedado pocos sigmaritas "tradicionales", ya que sus hijos se han ido pasando a otros cultos que ofrecen más oportunidades.
 
La Iglesia Reformada cuenta con la aprobación oficial del Stadsraad. Los Directores esperaban que mantuviera contentos a los palurdos reaccionarios del campo y controlados a los sigmaritas de la ciudad, pero sólo lo ha logrado en parte. Los Grandes Teogonistas siempre se han negado a reconocer la iglesia reformada, declarando vacante el sitial de archilector. Lo que es más, con la evolución de la vida urbana han quedado pocos sigmaritas "tradicionales", ya que sus hijos se han ido pasando a otros cultos que ofrecen más oportunidades.
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{{Cita|Cita = La mutación que tienes es el estigma visible del Caos que impregna tu alma, una evidencia definitiva en tu contra. ¡Estoy aquí para ejecutar la sentencia!.|Autor = Caballero de la Pureza.}}
 
{{Cita|Cita = La mutación que tienes es el estigma visible del Caos que impregna tu alma, una evidencia definitiva en tu contra. ¡Estoy aquí para ejecutar la sentencia!.|Autor = Caballero de la Pureza.}}
   
No hay muchos adoradores de Solkan el Implacable en Marienburgo, pues sus habitantes son tolerantes por naturaleza, demasiado abiertos para venerar a uno de los inflexibles Señores de la Ley. Aunque el culto nunca se ha prohibido oficialmente, se considera un refugio para reaccionarios en el mejor de los casos, y de fanáticos peligrosos en el peor.
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No hay muchos adoradores de [[Solkan]] el Implacable en Marienburgo, pues sus habitantes son tolerantes por naturaleza, demasiado abiertos para venerar a uno de los inflexibles Señores de la Ley. Aunque el culto nunca se ha prohibido oficialmente, se considera un refugio para reaccionarios en el mejor de los casos, y de fanáticos peligrosos en el peor.
   
 
Aunque poco numerosos, los fieles de Solkan se han infiltrado en los tribunales y en los cuerpos del orden, especialmente entre los recaudadores. Propugnan la aplicación de la ley al pie de la letra contra los delincuentes... es decir, contra todos los que no se dedican a defender la Ley de Solkan como ellos. Como creen que están rodeados de enemigos, suelen ocultar su pertenencia al culto, aunque se cree que al menos dos jueces del Alto Tribunal son solkanitas.
 
Aunque poco numerosos, los fieles de Solkan se han infiltrado en los tribunales y en los cuerpos del orden, especialmente entre los recaudadores. Propugnan la aplicación de la ley al pie de la letra contra los delincuentes... es decir, contra todos los que no se dedican a defender la Ley de Solkan como ellos. Como creen que están rodeados de enemigos, suelen ocultar su pertenencia al culto, aunque se cree que al menos dos jueces del Alto Tribunal son solkanitas.

Revisión del 19:57 18 may 2021

"Para un habitante de las Tierras Desoladas adorar a los Dioses es, como todo lo demás en su vida, un negocio del que espera sacar beneficios. Poco menos que una blasfemia."

Reproche de un clérigo de Sigmar.

"La gente normal fue la que construyó esta ciudad con su esfuerzo ¿No va siendo hora de cuidar de ellos y de sus hijos en vez de erigir otro palacio?"

Sacerdotisa de Shallya.

"Marienburgo es el eje del mundo... si se quiebra, el Imperio se desplomará."

Sectario de Tzeentch.

La religión forma parte de la vida diaria en Marienburgo e impregna casi todo lo que hacen, dicen o piensan sus habitantes. La realidad divina está a su alrededor: cuando una sacerdotisa cura a un niño moribundo, es porque Shallya escuchó sus plegarias; cuando un ser querido vuelve sano y salvo de un viaje en barco es por la protección de Manann; y cuando un mercader gana una pequeña fortuna en un solo negocio, es porque Haendryk le ha favorecido.

Descripción

Los marienburgueses realizan pequeños rituales con cada actividad que desarrollan, invocando casi inconscientemente la ayuda de un dios: un comerciante escupirá en la palma antes de cerrar un trato con un apretón de manos, demostrándole a Ranald "el Negociante" la honradez del negocio. Una madre meterá en una bolsa el primer diente que se le caiga a su hijo y la colgará de su cama para recordarle a Morr su inocencia y suplicarle su protección.

La religión organizada también es muy importante para los marienburgueses. El censo de 2500 CI enumera 157 lugares de culto reconocidos, desde los grandes templos y catedrales del Tempelwijk hasta las pequeñas iglesias y capillas apartadas junto a canales olvidados. Y hay muchos más altares privados dedicados a dioses y a santos en las casas, tiendas, despachos, barcos, gremios, etc.

Todo esto no significa que los marienburgueses sean fanáticos religiosos. Su actitud hacia los dioses es tan pragmática como su mentalidad en todos los demás aspectos. El Sumo Sacerdote de Handrich lo define como "mercantilismo religioso: yo adoro a los dioses y ellos a cambio me dan lo que necesito. Todos salimos beneficiados". E, igual que otros viejomundanos, rezan a las deidades que más les convengan para una situación determinada.

Los abogados de camino al juzgado puede que pasen por una capilla de Verena, pero nunca por una de Morr (a menos que el futuro de su cliente sea realmente negro). Un estibador que juegue a los dados en la Alcántara del Pelícano rezará una breve plegaria a Ranald, no a Shallya. Aunque muchos marienburgueses son especialmente devotos de una divinidad en concreto, son pocos los que se limitan a un solo culto, excepto los santos y otros fanáticos. Hasta los clérigos rezan a otros dioses de vez en cuando, y a veces ofician los servicios religiosos de otras iglesias relacionadas cuando no hay sacerdotes disponibles.

El calendario está lleno de fiestas religiosas de mayor o menor entidad, y son frecuentes los desfiles de gremios u otras organizaciones en honor a su patrón. Y no sólo de los dioses del Viejo Mundo, ya que en Marienburgo existen grandes comunidades de Arabia, Nippón, Ind y Catai, cada una con sus propias deidades y sus fiestas públicas, que dan un aire exótico a la vida cotidiana de la ciudad. Los marienburgueses, más abiertos y tolerantes que la mayoría de sus parientes del Viejo Mundo, lo aceptan sin reservas. No es raro, por ejemplo, ver una procesión solemne de penitentes de Shallya en una esquina y en la siguiente tener que esperar a que pase un desfile de monjes índicos con túnicas rojas entre cánticos y brincos. Muchos marienburgueses consideran esta mezcolanza religiosa como una demostración de la vitalidad de su ciudad.

La Cámara Estrellada y sus Cazadores de Brujas vigilan atentamente los cultos extranjeros en busca de indicios de adoración al Caos, mientras que las facciones conservadoras de los templos exigen campañas para convertir a los paganos, por las buenas o por las malas. Muchos obreros e indigentes guardan rencor hacia los extranjeros (incluso hacia los demás viejomundanos), acusándoles de quitarles el trabajo que pertenece por derecho a los "verdaderos" marienburgueses. Sus cultos e iglesias fomentan este resentimiento, lo que conduce a la violencia y al vandalismo. Algunos miembros del Gremio de Estibadores y Carreteros han sido acusados de una serie de incendios recientes en algunos santuarios del Barrio Élfico, ya que de todos es conocida su discrepancia con las prácticas laborales de los Elfos.

Cultos Principales

De entre todos los cultos y facciones de Marienburgo, los más importantes son cinco: las iglesias de Manann, Hwndryk, Verena, Shallya y Ranald. Juntos dominan la vida religiosa de la ciudad, aunque las actividades del culto de Ranald son semiclandestinas, ya que las autoridades no siempre las aprueban.

Manann

"Manann, tenemos un contrato."

Plegaria de un capitán marienburgués.

Para muchos viejomundanos, la relación que hay entre Manann y Marienburgo es parecida a la que pueda haber entre un marido fiel y su esposa... no se concibe uno sin el otro. El mayor templo del culto de todo el mundo está en Marienburgo y la prosperidad y poder de la ciudad demuestran el favor del Rey del Mar. En tanto Marienburgo deje a un lado las conquistas terrestres y se concentre en los mares y ríos (regidos por su padre Taal en su aspecto de Karog), Manann siempre la protegerá, como recuerdan los clérigos en sus sermones cada fiesta del dios y como los iniciados repiten constantemente a los niños en las escuelas de las templos.

La Gran Catedral de Manann está adornada con tesoros y artefactos traídos por generaciones y generaciones de marineros de las Tierras Desoladas agradecidos por la protección del dios.

Los clérigos de Mamann están ocupados todo el año. Los de menor categoría se encargan de inspeccionar los astilleros de la dudad, de bendecir y bautizar las nuevas embarcaciones y de oficiar los ritos de docenas de iglesias más pequeñas por toda la dudad. El clero de más categoría se ocupa de respaldar la posición del Arcipreste Wouter Berkhout en el Directorio. Como Sumo Sacerdote de Mamann, es el principal representante del clero en el Directorio y en consecuencia tiene bastante influencia sobre los votos del resto de los cultos. Es una persona ambiciosa, pero, en su carrera con Jaan van de Kuypers, éste suele salirse con la suya, por lo que no consigue ampliar la influencia de la iglesia sobre la ciudad. Algunos de sus colegas, por su ineptitud diplomática, le llaman a sus espaldas "Viejo dedos de sardina".

El culto tiene varias fiestas en el año, para conmemorar acontecimientos importantes de la historia y vidas de santos. Dos de las más importantes son el Juramento a Manann y los Días del Recuerdo, cada una de ellas de tres días de duración que culminan en los equinoccios de primavera y otoño respectivamente.

Haendryk

Marienburgo es el centro del Culto de Haendryk en el Viejo Mundo y quizás en todo el mundo. El templo más grande consagrado al Señor del Comercio y la Prosperidad se encuentra en las Tierras Desoladas; sus dos competidores más cercanos (en Miragliano y Magritta) no son más que pálidas imitaciones. En otros lugares, como por ejemplo Bögenhafen en el Imperio (donde se le llama Handrich), sus santuarios están atendidos por mercaderes importantes que hacen de diáconos seglares.

A pesar de no estar muy extendido, el Culto de Haendryk es el segundo más importante de la dudad, después del de Manann, ya que está dedicado a la verdadera razón de ser de Marienburgo: el enriquecimiento. Su Sumo Sacerdote, Simon Goudenkruin, aparte de ser Director, es el único religioso que es miembro de la Junta Directiva de la Cámara de Comercio. Los clérigos de menos categoría hacen de notarios, árbitros de disputas comerciales, prestamistas y consejeros de los mercaderes que les consultan. A cambio de unos honorarios, claro.

La Iglesia de Haendryk comparte los intereses comerciales de Marienburgo, no sólo por motivos religiosos, sino porque gran parte de su clero está formado por los hijos menores de muchas familias que los educaron para el sacerdocio. A causa de estas relaciones familiares y de su labor como consejeros, los sacerdotes de Haendryk están al tanto de muchos secretos, comerciales o no. Por tanto, la discreción es una de las virtudes esenciales de esta Iglesia, y los clérigos son muy apreciados como intermediarios y se les confía información delicada y mensajes secretos.

Sus fieles pertenecen sobre todo a la clase media y superior, ya que enseña que la prosperidad es una consecuencia de la rectitud. Haendryk bendice a los virtuosos con el éxito en este mundo. Si alguien es pobre, algo habrá hecho para merecérselo: su situación económica es un reflejo de su moralidad. Comprensiblemente, su presencia en los distritos más deprimidos, como Suiddock, es escasa.

No obstante, desde hace unos años, la Iglesia ha quedado en evidencia, debido a su ambición desmedida, ante las facciones más conservadoras desde el punto de vista religioso. Simon Goudenkruin se ha aliado abiertamente con Jaan van de Kuypers, un pacto muy rentable para el culto. Y lo que es peor: los cargos de la iglesia se venden al mejor postor, ya que Goudenkruin defiende la doctrina de que, como la riqueza es virtud, la iglesia debe aceptar a los virtuosos como sacerdotes y enriquecerse con ello. Algunos lo han acusado de "simonía" por esto.

Verena

"La clave de la sabiduría en Marienburgo, y la primera lección que debes aprender, hija mía, es que todo tiene un precio."

Clérigo de Verena ilustrando a una iniciada.

La iglesia de Verena es poderosa en Marienburgo no sólo por los productos con los que comercia ni por los almacenes que posee, sino sobre todo por los conocimientos que atesora y por su influencia sobre el sistema legal de las Tierras Desoladas. Dirigido por su Suma Sacerdotisa, la Directora Leontine Tolenaar, el culto de Verena ejerce un papel sutil pero decisivo en la ciudad. Influye sobre todos los niveles de la educación y expande su propio acopio de sabiduría patrocinando viajes de exploración por todo el mundo.

Aunque sus habitantes valoran mucho la enseñanza, no hay educación pública en Marienburgo. El aprendizaje se lleva a cabo de dos maneras: o bien un tutor instruye al niño de forma particular (normalmente uno de los padres o un profesor) o bien un erudito da clases a un grupo en su propia casa o en un colegio mantenido por la iglesia. La opción preferida es contratar a un profesor particular, a veces con la intención de aparentar, ya que se los escoge tanto por sus aptitudes pedagógicas como por su prestigio académico. Después, los alumnos prometedores pueden presentarse a la prueba de acceso de la Escuela de Navegación y Magia Marina del Barón Henryk, una universidad con prestigio en todo el mundo.

Las doctrinas de la Iglesia de Verena impregnan toda la educación de las Tierras Desoladas. Los tutores seglares deben aprobar unos exámenes en la Escuela del Barón Henryk para obtener el título que les capacita para dar clases legalmente en las Tierras Desoladas ,y en todas las facultades de la Universidad hay un clérigo de Verena que controla la calidad de la enseñanza y vigila la heterodoxia. Uno de ellos, Julius ter Meulen, administra la Biblioteca de la Universidad; se encarga de ampliar la colección y no perder de vista a aquellos que, en sus investigaciones, puedan estar adentrándose en terreno prohibido, informando en ese caso a la Cámara Estrellada, como corresponde.

La Iglesia de Verena participa activamente en la nueva Era de Descubrimientos, apoyando las expediciones a tierras recién descubiertas y otras de las que no se tiene noticia desde hace tiempo. Los exploradores que tengan proyectos interesantes pueden recibir respaldo del culto, con patrocinio económico (y tal vez hasta un barco) a cambio de tener la primicia de cualquier descubrimiento que se haga. Si lo consiguen, comprobarán que la Iglesia puede darles acceso a los estamentos más elevados de la sociedad, consiguiendo que puedan pronunciar conferencias ante la Sociedad Geográfica de las Tierras Desoladas y otras organizaciones de eruditos.

Aunque la Iglesia de Verena alienta el aprendizaje, la erudición y los descubrimientos, no se muestra tan entusiasta respecto a la divulgación de cualquier conocimiento, incluso en el relativamente liberal Marienburgo. Es demasiado peligroso que cierta información trascienda, así que el culto posee una biblioteca restringida en el Gran Templo, que sólo pueden consultar aquellos que tengan la confianza de la jerarquía (o bastante influencia). Abundan los rumores sobre la sabiduría terrible que alberga: libros blasfemos y artefactos que, según algunos, contienen los secretos del Caos y datan de épocas anteriores al Hombre, objetos que es mejor mantener bajo llave. Y, aunque no hay pruebas, se dice que hay agentes del culto que roban objetos heréticos y raptan a sus dueños y los obligan a incorporarse a una orden secreta para que estos actos no se divulguen.

Shallya

En Marienburgo, Shallya es una diosa muy popular. Los pobres y la clase obrera le piden salud cuando los médicos fracasan (o cuando no pueden pagar sus honorarios) y los ricos tranquilizan su conciencia haciendo donaciones a su beneficencia y trabajando voluntariamente en sus asilos... o al menos mandan a sus criados en su lugar. Las autoridades de la ciudad consideran que esta Iglesia desempeña un papel muy positivo, ya que, al predicar la paz y la resignación, mitiga el resentimiento de las clases bajas.

Igual que los sumos sacerdotes de Manann, Verena y Handryk, la Suma Sacerdotisa de Shallya es Directora. La Hermana Anneloes van de Maarel es la voz del pueblo llano en el Directorio y hace todo lo posible para que no se olvide su esfuerzo anónimo. Por ejemplo, cuando se aprueba un nuevo impuesto, procura que parte del dinero se vaya destinado a la labor de beneficencia de la Iglesia. A instancias suyas el Stadsraad ha accedido a sufragar unos cuantos comedores en los barrios más pobres de la ciudad, aunque sus colegas en el consejo creen que es lo mismo que tirar el dinero a los pantanos.

A pesar de sus buenas obras, la influencia de esta Iglesia en la élite de gobierno es pequeña y sus ingresos mu as veces no bastan para sufragar sus gastos. La situación del culto entre los demás se ha debilitado recientemente como consecuencia de un escándalo por una sacerdotisa hereje que sostenía que había que tratar a los mutantes con benevolencia. Aunque la hereje huyó y se le da por muerta, el hecho de que fuera discípula de la Suma Sacerdotisa ha levantado una nube de sospecha sobre la Iglesia. Mientras la ciudad siga creciendo y prosperando, la Hermana van de Maarel será la única voz compasiva entre el bullido mercantil.

Para consternación de otros templos y de sus ricos patrones, el Culto de Shallya tiene un hospital adyacente a su catedral en el distrito de Tempelwijk. Sus razones son lógicas: los enfermos necesitan un milagro, y ¿qué mejor sitio para ello que el altar de la Dama Blanca? El que a los ricos y sanos les disguste la visión de leprosos y otros infortunados no preocupa mucho a los fieles de Shallya. "Que les sirva de recordatorio de la bondad de Shallya para con ellos" es lo que responden ante las quejas.

El Culto de Shallya también es dueño de Heiligdom, un monasterio y manicomio en Kruiersmuur, cerca del fétido Canal Muerto. Es administrado por la Orden de la Paloma de la Paz, que pertenece a la Iglesia de Shallya, con un doble propósito: lugar de retiro para los que han oído la llamada de la religión y desean apartarse del mundanal mido y asilo para los dementes que ya no pueden vivir en la sociedad, llevados allí por parientes o benefactores dispuestos a pagar una cuota anual. Los sacerdotes y sacerdotisas que trabajan allí han dedicado sus vidas a ayudar a los más desesperados.

Aunque muchos admiran su labor, pocos se aventuran por los suburbios empobrecidos y se presentan ante las puertas ennegrecidas por los años, a través de las cuales se oyen los alaridos de los locos, para prestar ayuda. Por otra parte, Heiligdom tiene sus críticos, aquellos que dicen que la Hermana Astrid no era la única hereje y que en el manicomio también hay mutantes.

Ranald

"Ranald ayuda a los que se ayudan a sí mismos, así que creo que voy a quedarme con esa exquisita tiara."

Clérigo de Ranald en plena adoración.

Ranald no tiene grandes templos ni muchos santuarios permanentes en Marienburgo. Lo más parecido a un Sumo Sacerdote que tiene el culto es el infame charlatán Kurt von Shent, que no es miembro del Directorio y que, de hecho, sería arrestado en cuanto entrara en el Palacio Nuevo. Ningún miembro importante del culto forma parte de las autoridades de la dudad, pero su influencia sobre ella es muy grande.

Como es lógico, los más devotos de Ranald son los tahúres y los delincuentes no violentos: ladrones, estafadores, charlatanes y contrabandistas; todos ellos se basan en el sigilo, la osadía y el ingenio. Muchos de los miembros del Gremio Del Que No Se Habla son fieles del dios, y sus clérigos procuran que la Liga modere la violencia en sus actividades.

Pero los que dicen que Ranald no es más que un dios de ladrones se equivocan... al menos según sus fieles. En realidad es el patrón de aquellos que han sido pisoteados por el poder, por las autoridades. Los que están dispuestos a correr riesgos y tomar atajos para vencer, los que quieren poner en ridículo a los poderosos en vez de hacerles daño ésos son los que están con Ranald. Naturalmente, este culto encaja a la perfección en Marienburgo y goza de bastante predicamento entre las clases bajas y los hombres de negocios más atrevidos.

En realidad, en Marienburgo ha surgido una nueva secta de adoradores de Ranald, los fieles del Negociador. Este aspecto de Ranald atrae a comerciantes sin escrúpulos dispuestos a hacer lo que sea con tal de llegar a lo más alto. Las medias verdades, las mentiras, el espionaje comercial e incluso la estafa: todo ello es aceptable para el culto, con tal de que no haya violencia. Los seguidores del Negociador dicen que sólo hacen lo mismo que los demás, con la diferencia de que ellos lo reconocen. No es de extrañar que los clérigos de Haendryk estén en contra de este culto e intenten prohibirlo una y otra vez.

Ranald también es el Señor del Engaño y la Ilusión y comparte el patronazgo de los ilusionistas con su rival ocasional, Morr. Sus cultos mundanos no están enfrentados en Marienburgo, por lo que los clérigos de Ranald no saquean tumbas marcadas con signos de Morr. Como pueden conseguir información secreta y acceder a sitios vedados para los sacerdotes de Morr, les informan de todo lo que averiguan sobre Nigromantes y no-muertos en la ciudad. A cambio, los clérigos de Morr esconden a veces a fugitivos de las autoridades o transportan paquetes sellados a otras ciudades, sin hacer preguntas.

Esta "extraña pareja" divina también organiza cada año en Suiddock el Circus Muminatus, un maravilloso festival y espectáculo de magia, el día siguiente al Geheimnistag, en beneficio de los niños necesitados. Aunque oficialmente está organizado por la Iglesia de Morr en su aspecto de Señor de los Sueños e Ilusiones, en realidad sirve de puesto de reclutamiento para Ranald, ya que sus clérigos observan a escondidas a los niños que acuden para descubrir cualquier talento especial, mágico o no, que posean. La razón por la que los dos cultos cooperan así en Marienburgo cuando no lo hacen en ningún otro lugar del Viejo Mundo es un misterio. Cuando se les pregunta, los sacerdotes dan una respuesta típicamente marienburguesa: "Siempre ha sido así. Mientras funcione, ¿Qué más da?"

Cultos Secundarios

En Marienburgo existen docenas de iglesias, e incluso sectas casi desconocidas, ya que a la ciudad llegan personas de todas partes del globo con sus propios dioses. A continuación se describen algunas de las más conocidas.

Sigmar

"¡Tened fe! Pronto volveremos al cordial abrazo de Sigmar. El Emperador no ha olvidado a sus leales súbditos."

Lector Stepan Johanneszoon de Kalkaat, Iglesia Ortodoxa de Sigmar.

"¡La lucha contra el Caos es lo principal! Con nuestra separación del Imperio honramos a Signar y renunciamos a la decadencia moral de su patria, permaneciendo vigilantes y puros."

Archilector Andries van Aperen de Marienburgo, Iglesia Reformada de Sigmar.

La Iglesia de Sigmar, adalid de la unidad del Imperio y de la lucha contra el Caos, pasa por malos momentos en las Tierras Desoladas. Aunque era el culto principal del Imperio, nunca tuvo una importancia primordial en Marienburgo, al ser eclipsado por los de Manann y Haendryk. De todas formas, la gente lo adoraba por costumbre y por obligación y era muy venerado por los emigrados imperiales y los habitantes de los pueblos. En defensa de la paz y la unidad del Imperio, la iglesia de Sigmar respaldó decididamente el acuerdo con el Emperador Magnus el Piadoso que instauró el Directorio.

Con la independencia, el culto y su influencia sobre el gobierno quedaron maltrechos. El clero estaba con el Imperio y planeaba abrir las puertas al ejército del Conde Zelt. Cuando la invasión fracasó y la conspiración salió a relucir, lo único que impidió que la muchedumbre indignada linchara a todos los clérigos del templo de Sigmar fue la intervención del Director Arkat Fooger ante sus puertas. A cambio de sus vidas, la iglesia tuvo que abandonar su puesto en el Directorio, cerrar su templo y mudarse a otro santuario mucho menor en Ostmuur. El viejo edificio en Tempelwijk sigue clausurado en la actualidad.

Durante la crisis que siguió a la secesión, la Iglesia se dividió entre los que permanecieron leales al Imperio y los que juraron fidelidad a Marienburgo. Los primeros se denominan Unitarios o Sigmaritas Ortodoxos, y hacen gala de su lealtad al Gran Teogonista. Su sede está en Kalkaat, en las Tierras Desoladas, una zona tradicionalmente devota de Sigmar, aunque han aprendido a ser discretos: de vez en cuando se desenmascara a algún soplón de las autoridades y ha habido persecuciones contra los Unitarios en ocasiones de peligro de invasión o cuando la ciudad necesita un chivo expiatorio. Esta Iglesia ha rechazado repetidamente las pretensiones de autoridad sobre ella proclamadas por los archilectores de Marienburgo. Lo mejor que puede hacer un clérigo sigmarita de la ciudad que vaya a pasar por los pueblos del Kleinland es llevar una escolta.

La Iglesia Reformada cuenta con la aprobación oficial del Stadsraad. Los Directores esperaban que mantuviera contentos a los palurdos reaccionarios del campo y controlados a los sigmaritas de la ciudad, pero sólo lo ha logrado en parte. Los Grandes Teogonistas siempre se han negado a reconocer la iglesia reformada, declarando vacante el sitial de archilector. Lo que es más, con la evolución de la vida urbana han quedado pocos sigmaritas "tradicionales", ya que sus hijos se han ido pasando a otros cultos que ofrecen más oportunidades.

La mayoría de los sigmaritas de la ciudad son emigrantes imperiales recientes o sus descendientes, que están resentidos con el Imperio y encuentran atractiva la poca importancia que otorga la iglesia a la unidad imperial. Como estos exiliados suelen ser nobles adinerados, al culto le ha ido bien económicamente, a pesar de tener pocos fieles. Los sigmaritas emigrados son también los nacionalistas más fanáticos de las Tierras Desoladas, de los que se dice a veces que son "más marienburgueses que el Staadtholder". De todas formas, los Caminantes de la Bruma no pierden de vista al culto, por si hubiera agentes secretos imperiales.

A pesar de sus diferencias políticas y doctrinales, los clérigos de ambas sectas pueden lanzar hechizos, lo que origina agrias polémicas entre ellos, que se acusan mutua-mente de herejía y demonolatría. Dada la hostilidad entre los sigmaritas "urbanos" y "rurales", no es de extrañar que sus disputas se transformen enseguida en reyertas.

Solkan

"La mutación que tienes es el estigma visible del Caos que impregna tu alma, una evidencia definitiva en tu contra. ¡Estoy aquí para ejecutar la sentencia!."

Caballero de la Pureza.

No hay muchos adoradores de Solkan el Implacable en Marienburgo, pues sus habitantes son tolerantes por naturaleza, demasiado abiertos para venerar a uno de los inflexibles Señores de la Ley. Aunque el culto nunca se ha prohibido oficialmente, se considera un refugio para reaccionarios en el mejor de los casos, y de fanáticos peligrosos en el peor.

Aunque poco numerosos, los fieles de Solkan se han infiltrado en los tribunales y en los cuerpos del orden, especialmente entre los recaudadores. Propugnan la aplicación de la ley al pie de la letra contra los delincuentes... es decir, contra todos los que no se dedican a defender la Ley de Solkan como ellos. Como creen que están rodeados de enemigos, suelen ocultar su pertenencia al culto, aunque se cree que al menos dos jueces del Alto Tribunal son solkanitas.

En Marienburgo el culto sólo tiene presencia física en la sede en Goudberg de su organización benéfica, la Her-mandad de la Pureza. Esta fundación, cuya función oficial es la de auxiliar a las viudas y huérfanos, en realidad es la tapadera de un grupo clandestino y muy violento de vigilantes callejeros, los Caballeros de la Pureza. Pocos han oído hablar de ellos en la ciudad y la identidad de sus miembros es un secreto muy bien guardado y que están dispuestos a proteger a toda costa, dado que en la lista hay algunos nombres muy prominentes.

La misión autoproclamada de los Caballeros es la erradicación de todos los mutantes y hasta la más mínima mácula del Caos en la Humanidad. Para cumplir ese objetivo, a menudo organizan persecuciones de mutantes en los barrios bajos de la dudad. Sus víctimas no tienen por qué tener mutaciones evidentes, sino que cualquier estigma del Caos, según su opinión, es bastante para garantizar una paliza e incluso la muerte. La Guardia no suele intervenir, por la influencia que parece que tienen los Caballeros y porque piensan que "no hacen más que ahorramos trabajo". En ocasiones van demasiado lejos, como cuando asaltaron la casa de un rico abogado en Noordmuur, lo apalearon por "avaricia caótica" y lo dejaron lisiado. Para su desgracia, era primo del Director van Haagen. Según las habladurías, los Caballeros y la Hermandad tuvieron que ejecutar ellos mismos a los que cometieron el desmán para evitar un desastroso juicio público.

Morr

"Lo que importa es que los muertos sigan así."

Clérigo de Morr.

La iglesia de Morr tiene autoridad sobre los fallecidos y los cementerios de Marienburgo y todas las Tierras Desoladas, es el responsable principal de la aniquilación de los Nigromantes y no-muertos que puedan aparecer, y hasta hace de oráculo e intérprete de sueños. El culto es respetado, aunque no se habla de él a menudo, ya que de todas formas todo el mundo termina en su poder.

Los clérigos de Morr, que por tradición son los guardianes de las tumbas y cementerios en todo el Viejo Mundo, se enfrentan a serias dificultades en Marienburgo. En una ciudad donde prácticamente cada centímetro cuadrado de tierra está ocupado por los vivos, ¿qué se puede hacer con los muertos? El culto dispone de varios cementerios alrededor de la ciudad, pero se llenaron hace siglos. Ni siquiera sirve enterrar a los muertos uno encima de otro, ya que no se puede seguir cavando indefinidamente. Las familias acomodadas tienen criptas en los profundos sótanos de sus mansiones, viejas cámaras en los laberínticos cimientos que han sido transformadas en sepulcros.

Pero, ¿qué ocurre con el pueblo llano, que no quiere deshacerse de los cadáveres tirándolos a las ciénagas? Se plantearon dos soluciones: para los que no pueden pagar un enterramiento, la Iglesia, por dos peniques, lleva los restos del fallecido a un crematorio en el Doodkanaal, cerca del barrio halfling, Kleinmoot. Allí, se reza una breve plegaria por él antes de incinerarlo.

Los que tienen dinero para costear un lugar en los cementerios de la ciudad entierran a los suyos con un sudario tras aplicar cal viva para acelerar la descomposición del cadáver y que el espacio quede libre en relativamente poco tiempo. Sólo a los que estén dispuestos a pagar sumas exorbitantes o que hayan rendido importantes servicios a la Iglesia o a la ciudad se le concede una tumba definitiva, normalmente adornada con algún monumento elaborado o hasta un pequeño panteón.

Aunque el culto prohíbe cualquier clase de nigromancia, acepta interpretar los sueños de las personas que acuden a ellos, ya que los muertos intentan comunicarse con los vivos a través de las visiones oníricas, especialmente en los lúgubres días de Hexenstag y Geheimnistag. La información que los clérigos sacan de esta interpretación y de lo que dice el que ha tenido el sueño es la llave de los secretos de Marienburgo. Por otra parte, como Morr es el Señor de los Sueños, la ley obliga a los Ilusionistas a registrarse en la Iglesia, lo que también sirve de tapadera a los Ilusionistas adoradores de Ranald.

Ulric

Ulric casi no dispone de culto organizado en Marienburgo, ya que sus doctrinas y rituales simplistas están desfasados respecto a la sofisticada población urbana. Su adoración es más popular entre los emigrantes de Norsca y su único templo está en el gueto nórdico, Noormanswijk. Muchos de los fieles nórdicos de Uhic trabajan de mercenarios, a menudo como infantes de marina en los ejércitos privados de los Diez o en la iglesia de Manann, el sobrino de Ulric. Aunque el culto en sí no tiene influencia política, si la indignación une a los fieles pueden ser una fuerza de combate formidable para el bando al que apoyen.

Myrmidia

"La guerra es una ciencia. Sólo los insensatos o los desesperados atacan primero y piensan después."

Don Marco Bizzari, capellán de los Garras Rojas, Islote de Rijker.

Marienburgo es una ciudad que depende de la diplomacia para su defensa. Si ésta falla o si los conflictos inter-nos sumen en el caos a la metrópolis, el Directorio es lo bastante inteligente para contratar mercenarios de primera clase y pagarles lo suficiente para asegurar su lealtad. Muchos de ellos son de Tilea, cuyos condottieri son famosos por su destreza táctica y estratégica. A su vez, éstos trajeron consigo el culto de Myrmidia, popular en el sur del Viejo Mundo como patrona de los oficiales y de todos los que optan por la inteligencia y los planes antes que por la fuerza bruta.

Myrmidia es especialmente adorada por los tileanos de la Compañía de los Garras Rojas, los primeros mercenarios que contrató el Directorio como guarnición del Islote de Rijker. Por su servicio fiel desde esa época se les ha dado permiso para construir un pequeño templo en Tempelswijk, que no sólo es visitado por tileanos y otros mercenarios, sino también por oficiales de alta graduación de la Guardia y de las milicias privadas de los Diez. Gracias a ellos y al dinero de las donaciones de sus fieles y de las agradecidas autoridades, el culto de Myrmidia ejerce una influencia desproporcionada para su tamaño.

Olovald

Cultos Gremiales

La mayoría de los gremios de Marienburgo tienen una capilla dedicada a una deidad o varias, muchas veces bajo un aspecto concreto, una secta particular de un dios importante que representa algún ideal de la cofradía y sirve de centro de sus negocios y actividades sociales. Aunque lo normal es que no haya clérigos, los jefes de los gremios ofician las ceremonias antes de las reuniones.

Dos ejemplos conocidos para la mayoría de los marienburgueses son los cultos de Karog y Rijkstrum. Karog es un aspecto de Taal adorado por los barqueros fluviales que recorren el Reik y otros ríos entre Marienburgo, el Imperio y Kislev. Rijkstrum "el Guía" es un aspecto de Manann adoptado como patrón por la Hermandad de Marineros y Prácticos. Con las continuas disputas entre la Asociación de Barqueros Fluviales y la Hermandad sobre el derecho de la última a conducir todos los barcos al puerto, los fanáticos de cada secta intentan reventar las fiestas religiosas de la otra.

Cultos Poscritos

Por muy tolerantes que sean los marienburgueses, hay algunas sectas tan horrendas y peligrosas que ni siquiera el Directorio puede hacer la vista gorda. Ser fiel de estos cultos se considera apostasía, delito castigado con la muerte por emparedamiento, hoguera, horca o paso por la quilla. No se permite elegir al reo.

Panteón del Caos

La adoración de los Señores del Caos (Tzeentch, Khorne, Nurgle, Slaanesh y otros dioses menores) está prohibida en las Tierras Desoladas, como en la mayor parte del Viejo Mundo. Pero, a pesar de dárselas de gente práctica y virtuosa, algunos ciudadanos han caído en la seducción del Caos.

En las familias más ricas, siempre hay alguien que quiere más sexo, poder, dinero o lo que sea. Entre los clérigos y académicos inevitablemente hay alguno que quiere saber más, incluso a costa de condenar su alma. Y entre los oprimidos, están aquellos que buscan venganza, ya sea el baño de sangre de Khorne o la lenta podredumbre de Nurgle.

Los templos están atentos a la menor señal del Caos, pero la mayoría de los marienburgueses lo consideran una amenaza remota y creen que ellos mismos son "demasiado listos para caer en sus garras". Este engreimiento puede ser su ruina.

Khaine

"¡No pienses que este sacrificio representa tu muerte, pequeña! ¡Alégrate, porque hallarás la verdad en la eterna locura!."

Clérigo de Khaine consolando a una víctima de sacrificio.

El culto de Khaine, al que pertenecen asesinos, adoradores del asesinato y Nigromantes, tiene simpatizantes entre los que codician el poder en Marienburgo, ya que matar es poder: poder sobre los más débiles, sobre aquellos que son lo bastante estúpidos como para confiar en la protección de mortales o dioses gimoteantes.

Estos sectarios se ceban especialmente en las clases bajas y en los extranjeros que jamás serán echados en falta: marineros, por ejemplo. Locos según cualquier definición de la palabra que se escoja, también se dedican a proteger a cualquier no muerto que aparezca en Marienburgo.

Stromfels

"¿Notas cómo se levanta el viento del suroeste? Mañana por la mañana habrá regalos de Stromfels esparcidos por la costa y esta noche unas cuantas almas más en sus fauces."

Marinero marienburgués.

El culto de Stromfels ocupa un lugar extraño en la vida de Marienburgo. Aunque es el dios de la rapiña en el mar (incluidos los naufragios provocados, la piratería, los sacrificios humanos y otros crímenes), también tiene que ver con el culto de Manann, un aspecto del mar desde tiempos inmemoriales.

Lo cierto es que muchos consideran a Stromfels un aspecto de Manann, conocido como el Provocador de Naufragios. Relegado a la clandestinidad como herejía después de que se firmara el Tratado de Amistad y Comercio con los Altos Elfos, obtiene sus fieles de entre aquellos que se ganan la vida con la piratería o los naufragios.

Se rumorea que el culto tiene sus bases entre los delincuentes de Broekwater, aunque ninguna investigación oficial ha aportado evidencias concluyentes para demostrar la culpabilidad de nadie. Por supuesto, los insolentes insinúan que ello se debe a que alguno de los Diez sale beneficiado con la piratería del culto, especialmente si los afectados son los Elfos.

Aunque su adoración es ilegal en Marienburgo, Stromfels no es un dios del mal... aunque desde luego es una deidad agresiva.

Fuente