Alarielle, actual Reina Eterna
Elegida de la Madre Tierra, Señora del Bosque Inmortal, Preservadora de la Firmeza Verde, Observadora de los Ritos en la Dorada Primavera, Ocupante de Uno de los Tronos Gemelos de Ulthuan.
La Reina Eterna es la reina de Avelorn y la co-gobernante de la isla de Ulthuan junto al Rey Fénix. Es la encarnación mortal de Isha, la diosa élfica de la naturaleza, las plantas y los bosques, y se dice que es el ser más hermoso que existe. En los dominios la Reina Eterna se ubica el primigenio templo de la Madre Tierra, y se considera a la Reina la dirigente espiritual de todos los reinos Élficos. Su corte deambula como una gran feria por los Bosques de Avelorn, con sus pabellones de seda resonando con música, poesía y risas.
La Reina Eterna es un símbolo potente para su pueblo, su diosa viviente. Su bendición es invocada al comienzo de cada empresa importante, cada viaje, cada temporada de siembra de cultivos. Para los Altos Elfos, que se dirigen a ella como "Su serenidad", es la personificación de la diosa Isha y, si fuera destruida, su pérdida sería vista como un presagio de la destrucción final de Ulthuan.
La Reina Eterna[]
Los reinos de Ulthuan se encuentran regidos por un conjunto de príncipes, princesas y magos, y por encima de todos los cuales se encuentran el Rey Fénix y la Reina Eterna. Las relaciones entre todos estos gobernantes y príncipes de Ulthuan no son tan simples como puede llegar a pensarse si únicamente se prestara atención a sus títulos. La monarquía no es hereditaria, y el Rey y la Reina mantienen cortes separadas.
La Reina Eterna es una experta hechicera y supervisa todos los complicados ritos de fertilidad de Avelorn y Ulthuan. Por ello tiene en Ulthuan un tremendo poder y prestigio. Su único rival en estos asuntos es el propio Rey Fénix. A menudo existe una cierta rivalidad entre los dos tronos. La política de la Reina Eterna puede tener un objetivo opuesto al del Rey Fénix. La política del Rey Fénix es a menudo expansionista y proclive a la batalla, mientras que la de la Reina Eterna tiende a ser pacífica y de objetivos más próximos a Ulthuan.
Sin embargo, este equilibrio de conceptos opuestos es el factor primordial de lo que los Altos Elfos entienden por gobierno: para ellos es inconcebible el ser gobernados por un único dictador todopoderoso. A pesar de todo, hay una cosa en la que ambas facciones están de acuerdo: detestan a los Elfos Oscuros de Naggaroth y a todo lo que éstos representan. Entre Ulthuan y Naggaroth sólo puede existir una guerra a muerte.
Según la tradición, la Reina Eterna se encarga de la defensa espiritual y el bienestar de los Elfos, y los Asur depositan todas sus esperanzas en ella. Sin embargo, en los últimos tiempos, la Reina Eterna ha adoptado una actitud mas belicista, asistiendo a la batalla. Hay Elfos que se escandalizan por sus acciones, ya que consideran que la guerra es asunto del Rey Fénix, y los Altos Elfos valoran la tradición sobre todas las cosas. Hay quien ve en esto un indicio de que la propia Isha se ha vuelto más belicosa en esta época desesperada, de que la miseria y destrucción del mundo mortal incitan a la guerra incluso a los dioses.
Cuando marcha a la batalla, los elfos de Avelorn siguen a su soberana, pero no únicamente los soldados y los guerreros, todos los bailarines, poetas, cantantes, dramaturgos y acróbatas de su reino se unen para luchar por la tierra que celebran en canciones y versos. La Reina Eterna también tiene el poder para convocar a toda las criaturas que habita en sus dominios: Hombres Arbol de los bosques profundos, las dríades de los helechos, las Águilas Gigantes, los faunos, los duendes y las hadas, etc. Todos los seres vinculados con la magia atienden a su llamada.
Tras la unión de Aenarion con Astarielle, todas las Reinas Eternas a partir de Yvraine, la hija nacida de este matrimonio, forman parte del Linaje de Aenarion, con todo lo que ello implica.
Surgimiento de los Reyes Fénix[]
Las Reinas Eternas de Ulthuan son las gobernantes más antiguos de los elfos, siendo la sacerdotisa elegida de Isha en el mundo mortal desde la Época Dorada, la era anterior a los Reyes Fénix. Si bien la tradición del Rey Fénix es relativamente nueva, de hace apenas seis mil quinientos años, siempre ha habido una Reina Eterna. En esta época, la Reina Eterna gobernaba Ulthuan desde Avelorn y muchos aventureros procedentes de aquellas tierras primitivas fundaron numerosos reinos. Igualmente, el Calendario Élfico se basaba en ellas de algún modo.
Cada Reina Eterna gobernaba como una emisaria de Isha, cuyo gobierno había sido en sí mismo un regalo de la Diosa Madre. En tiempos de paz, nutría a su pueblo con la magia de Isha, y en los raros tiempos de conflicto, hacía uso de fuego purificador para protegerlos, porque nunca es tarea de una madre el quedarse de brazos cruzados cuando sus hijos se ven amenazados. Y así fue durante muchos años, con el título y el poder de Reina Eterna pasando de madre a hija en cada generación. Luego surgieron los Reyes Fénix y todo cambió.
Con la invasión de los demonios y la ascensión de Aenarion al Trono del Fénix, el papel de la Reina Eterna disminuyó. Ante una amenaza que sólo podía enfrentarse mediante la fuerza de las armas, los elfos llegaron a confiar más en su nuevo rey que en su reina. Al hacerlo, olvidaron que la fuerza adopta formas mucho más sutiles que el mero poder físico y, por lo tanto, perdieron para siempre una parte de su herencia. Astarielle, Reina Eterna de aquellos tiempos y esposa de Aenarion, tal vez podría haber alterado este rumbo, pero murió demasiado pronto. Cuando la hija de Astarielle, Yvraine, finalmente ascendió al Trono Eterno muchos años después, la tradición élfica había cambiado: gran parte del poder de la Reina Eterna ahora recaía en los Reyes Fénix.
Y así fue durante generaciones. La Reina Eterna rara vez era más que una figura decorativa, una joya de incalculable valor que debía mantenerse a salvo de los enemigos de Ulthuan. Protegidas por una hermandad de élite de doncellas guardianas, no se les permitió luchar en batalla, porque la sucesión de la Reina Eterna todavía se consideraba vital para la supervivencia de los elfos, incluso si la razón se había olvidado hace mucho tiempo.
Un momento clave en la relación entre ambos monarcas es cuando debían llevar a cabo un matrimonio ritual para concebir una hija que sucediera a su madre en el trono cuando falleciera. A la hija primogénita nacida de la unión entre el Rey Fénix y la Reina Eterna se la conoce como Niña Eterna.
Seguridad[]
En la antigua guerra contra los poderes del Caos, los demonios de los Dioses Oscuros habían caído sobre Avelorn en una marea de sangre y matanzas. La Reina Eterna Astarielle había sido asesinada y se pensó que sus hijos Morelion e Yvraine también había perecido a manos de los demonios, pero un antiguo espíritu del bosque de Avelorn había mantenido a salvo a los hijos de Aenarion y finalmente los había devuelto a su gente. Desde entonces, los elfos han tomado una serie de medidas para asegurarse la perpetuidad de la linea real.
La Reina Eterna y sus herederas no podían estar todas en un lugar al mismo tiempo salvo en escasas ocasiones, en caso de que todas fueran asesinadas de un solo golpe o capturadas juntas, evitando así la extinción de la familia real. Por ello, todas las hijas de las Reinas Eternas se mantenían en un lugar seguro y lejos de la corte. De esta manera, se aseguraban de que siempre hubiera una Reina Eterna. Las hijas apenas tendría oportunidad de conocer a su progenitora, y las visitas eran pocas, de corta duración, y siempre bajo las más estrictas medidas de seguridad.
Para garantizar su bienestar, la Reina Eterna siempre está acompañada de su guardia personal, las Doncellas de la Reina Eterna. Elegidas entre las mejores bailarinas, cantantes, poetas y amantes de Ulthuan, las doncellas son el epítome de lo mejor de la sociedad élfica con su maestría de las artes cortesanas. Con todo, no son simples cortesanas, sino que también son guerreras entrenadas en el arte de la guerra y que igualan o superan a los más grandes caballeros élficos en su habilidad con el arco, la lanza o la espada. Estas guerreras hermosas actúan siempre como sus consejeras y protectoras. Escoltan a la Reina Eterna mientras su corte viaja por Avelorn, ya que el bosque contiene multitud de lugares oscuros y peligrosos donde el corazón de los árboles está corrompido y acechan criaturas malévolas.
Por último, estaría el Campeón de la Reina Eterna, un héroe élfico de gran habilidad combativa y lealtad que actuará como guardaespaldas y confidente de la monarca, que está siempre a su lado salvo que la propia reina lo envíe hacer misiones en su nombre.
Poderes de la Reina Eterna[]
El poder mágico de los Altos Elfos florece en todo su esplendor con la Reina Eterna; y ella utiliza sus habilidades para proteger Ulthuan tejiendo potentes hechizos de engaño que confunden a los enemigos de su pueblo. Su poder es el poder de la propia Isha y su magia estaba unida al ciclo mágico de curación y renovación de Ulthuan, radicando en la propia naturaleza. Por donde camina, los campos empiezan a germinar y las flores brotan de la tierra y florecen a su paso.
Cuando la Reina Eterna está alegre, los cielos se despejan, el sol brilla más y la vida brota por el terreno luminoso en leguas a la redonda. Donde ella canta, el mundo es un lugar más amable, cuando llora el cielo se lamenta con ella, y cuando se hace patente su furia, la tormenta se desata en el cielo de la hermosa isla de Ulthuan como aviso para todos los que piensen causar daño a la tierra de los Asur. La Reina Eterna es tan diestra usando los Vientos de la Vida y de la Luz como los Magos más eruditos de Saphery y puede invocar grandes olas de energía purificadora para barrer a los agentes de la oscuridad de su sagrada presencia.
La Reina Eterna no lucha de modo convencional y desdeña las armas de toda clase, pero eso no la hace menos peligrosa. Su toque es un bálsamo para los puros de corazón, y una maldición para quienes albergan un atisbo de corrupción. La víctima no sentirá nada al principio, pero la magia se hará más poderosa a medida que recorra su cuerpo, devorando sus oscuros deseos e intenciones crueles. Instantes después, del enemigo solo quedará un cadáver marchito cuya maldad habrá sido purgada para siempre por la luz de Isha. Los habitantes de Naggaroth temen con razón sus poderes, y sus propias leyendas están llenas de terribles historias sobre la capacidad de la reina para hechizar y deshacer incluso al campeón más poderoso. Puede expulsar a los Demonios con un simple toque, y solo precisa de un gesto para desbaratar las negras ataduras de los No Muertos.
La Reina Eterna puede ver el interior de cualquier persona. Cuanto lo toca y sus ojos entran en contacto, energías primordiales que danzan dentro del frágil cuerpo mortal de la mujer, introduciéndose en el interior del ser que tiene delante. El poder de la reina recorre todo su cuerpo en busca de cada recuerdo, pensamiento y acción que componen su larga vida. En un instante la Reina Eterna conoció a la persona por completo, comprendiendo lo que amaba, odiaba y deseaba. En ese momento de conexión, ella conoce al individuo mejor que él mismo.
Al ser una encarnación de la diosa Isha y su espíritu pasa de madres a hijas, en ocasiones una Reina Eterna puede recordar lo que haya visto y hecho sus predecesoras. En momentos de necesidad, puede convocarlas para pedirle asistencia gracias a la corona que porta en la cabeza. Quienes la vean en estas circunstancias, tendrá la impresión de que hay otras doncellas élficas superpuestas a la Reina Eterna, todas ellas parecidas a ella pero no exactamente iguales, formando una combinación de cada personalidad de cada mujer elfa que alguna vez había sido la Reina Eterna y algo más, algo teñido con poder divino.
Azote del Caos[]
Como sirvienta de la naturaleza y de la luz que es, la Reina Eterna irradia armonía y orden y se opone a la corrupción en todas sus formas. Está por encima de las banales intrigas de su propia corte, y ni los corazones más retorcidos pueden ocultar un engaño a su mirada pura y franca. Es más, todo lo que ella representa es anatema para el Caos y cualquier criatura impía. Los demonios que se le acercan notan su poder. Disipa la magia corrupta que los conjura y los mantiene en este plano. Ellos sienten cómo sus energías se disipan, y el Reino del Caos los arrastran de regreso al olvido.
La Reina Eterna controla todos los benévolos dones de Isha; no hay herida que no pueda sanar, ni desánimo que no pueda disipar. Tiene incluso la capacidad de purgar un cuerpo de cualquier signo de corrupción del Caos, incluso en sus mayores Paladines. La luz curativa de su magia se va abriendo paso en la carne purificando el cuerpo de cualquier mutación y don otorgado por los dioses del Caos, restaurando su cuerpo tal y como era antes de ser transformado por sus oscuros señores. Los servidores del caos quedan horrorizados por la facilidad con la que su poder es quebrantado. Igualmente, todos los artefactos y armas que están corrompidos por el Caos también son vulnerables a su magia, siendo destruido gracias a sus poderes purificadores.
Sin embargo, el poder de la Reina Eterna es voluble. Cuando su poder aumenta, el del Caos disminuye, pero mengua según se fortalece la oscura marea del Caos y el mundo mortal grita atormentado. Cuando el poder del Caos está en su cenit, su forma mortal se debilita; su cabello brillante se vuelve casi completamente blanco, y sus miembros pierden el vigor y se hacen frágiles. En esos momentos, toda la raza élfica está al borde de la extinción, pues si la Reina Eterna pereciera, a buen seguro que su pueblo no tardaría en seguirla a las tinieblas.
Corte de la Reina Eterna[]
Siempre es verano en los claros encantados de Avelorn. Entre las frondosas ramas cantan y bailan los dorados vasallos de la Reina Eterna. La corte de la Reina Eterna se traslada de un lugar a otro como un gran carnaval, levantando tiendas de finas telas de innumerables colores dondequiera que se detenga. Durante el día, risas cristalinas resuenan a través del bosque mientras los Elfos practican deporte. Por la noche, luces encantadas parpadean en la oscuridad, corriendo tras los cortesanos de la Reina Eterna e iluminando los festejos y los banquetes.
Actuar en la corte de la Reina Eterna es el sueño de todos los elfos de Ulthuan. Músicos y cantantes se entrenan toda la vida para ser dignos de tocar en Avelorn, y los jóvenes de todos los reinos élficos sueñan con convertirse en consortes de la Reina Eterna, mientras que las muchachas aspiraban a convertirse en una de sus criadas, siendo el honor más alto para una joven muchacha Elfa y para su familia.
Con tantos viajando por Avelorn para unirse a la corte de la Reina Eterna, no sorprende en absoluto que muchos de los grandes héroes de Ulthuan se encuentren allí. Estos señores se dirigen a Avelorn y, una vez allí, participan en concursos, grandes hazañas con armas, montan a caballo y practican su puntería con el arco en un esfuerzo por aumentar su estatus en la corte y por atraer la atención de la propia Reina Eterna.
La Reina Eterna rara vez se aventura abiertamente entre la corte hasta que sabe a quién elegir para acompañar a su gloriosa cabalgada por el reino del bosque. Cuando lo tiene claro, se mueve entre la gente del bosque, radiante y sonriente, extendiendo las manos aquí y allá para tocar la frente de un elfo arrodillado. Los artistas, cantantes, músicos, poetas, artesanos y magos señalados ríen cuando la Reina Eterna los señala para formar parte de su corte, y su risa es como el repicar de las más claras campanas doradas.
Sin embargo, detrás de esta despreocupada imagen se agitan amargas enemistades. El bosque de la Reina Eterna es un hervidero de egos e intrigas, donde todos los que actúan buscan el favor de la Reina Eterna y la posibilidad de conseguir un sitio a su lado. Ser elegido es el máximo honor imaginable para los jóvenes de Ulthuan, pero aquellos cuyas dotes artísticas no impresionan a los volubles habitantes del bosque pronto se convierten en objeto de ridículo.
Las facciones de la Corte Eterna rivalizan por el favor de la Reina. Las viejas rivalidades están escasamente disimuladas y cada sarcasmo tiene un mortífero doble sentido, ya que el prestigio se considera un asunto de vida o muerte en Avelorn. Todos los componentes de la corte de la Reina Eterna buscan subir de categoría social a costa de sus rivales.
Lista de Reinas Eternas[]
| Nombre | Cronología | Notas | Fuentes |
| Astarielle | De ¿? a -4470 CI | Primera Reina Eterna conocida. Se casó con Aenarion el Defensor, primer Rey Fénix, y tuvo con él a Morelion e Yvraine. Fue asesinada por Demonios, pero logró ocultar a sus hijos antes de morir. | Varias. |
| Yvraine | De -4470 a ¿? | Hija y sucesora de Astarielle. Vivió los eventos de la Guerra de la Secesión causados por su medio hermano Malekith. | Varias. |
| Rialla | Desconocido. | Rialla fue la Reina Eterna de los Altos Elfos de Ulthuan unas cinco generaciones antes del reinado de Alarielle la Radiante. | Warhammer The End Times Vol 3 - Khaine Book 1 - The Story, pág. 126. |
| Ystrielle | Desconocido. | Fue Reina Eterna. | Warhammer The End Times Vol 3 - Khaine Book 1 - The Story, pág. 131. |
| Estrielle | De ? a 2301 CI. | Décima Reina Eterna y madre de Alarielle. Fue envenenada por Urian Hojaenvenenada, bajo su disfraz de Príncipe Iltharis. | Warhammer The End Times Vol 3 - Khaine Book 2 - The Rules, pág. 36., Prólogo de la novela Sword of Caledor. |
| Alarielle | De 2301 CI a la Actualidad | Decimoprimera y actual Reina Eterna. | Varias. |
Conflicto Canon[]
Cuando Alarielle es asesinada (aunque revive) en la novela de "Sons of Ellyrion", todos los elfos percibieron su muerte, desatándose toda una serie de fenómenos y eventos funestos de naturaleza mágica, mística y espiritual. Sin embargo, cuando Estrielle es asesinada en "Sword of Caledor" no ocurre nada de esto.
Fuentes[]
- Ejércitos Warhammer: Altos Elfos (4ª Edición), págs. 6, 10, 11.
- Ejércitos Warhammer: Altos Elfos (5ª Edición), págs. 5, 9, 84, 86.
- Ejércitos Warhammer: Altos Elfos (6ª Edición), pág. 63.
- Ejércitos Warhammer: Altos Elfos (7ª Edición), págs. 10, 15, 36.
- Ejércitos Warhammer: Altos Elfos (8ª Edición), págs. 9, 15, 18.
- Warhammer The End Times Vol 3 - Khaine Book 2 - The Rules, pág. 36.
- Saga de Tyrion y Teclis: Sword of Caledor, por William King.
- Prólogo.
- Capítulo 8.
- Capítulo 9.
- Capítulo 21.
- Capítulo 22.
- Saga de Tyrion y Teclis: Bane of Malekith, por William King.
- Capítulo 1.
- Capítulo 2.
- Capítulo 3.
- Capítulo 18.
- Capítulo 19.
- Novela: Los Defensores de Ulthuan, por Graham McNeill.
- Capítulo 6.
- Capítulo 12.
- Capítulo 14.
- Capítulo 19.
- Capítulo 20.
- Novela: Sons of Ellyrion, por Graham McNeill.
- Cap. 1: Tears of Isha.
- Cap. 4: Bitter truths.
- Cap. 16: Battle's end.
- Cap. 17: Breaking the noose.