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Reikland es un área densamente poblada del Imperio, sobre todo si se tiene en cuenta su tamaño. Algunas de sus ciudades más grandes, como Grunberg y Bögenhafen, están plagadas de gentes procedentes de todo el Viejo Mundo, entre las cuales se encuentran mercenarios, aventureros y espadas de alquiler. Bögenhafen es una ciudad mercantil clave en esta área y atrae a numerosos comerciantes y mercaderes dispuestos a beneficiarse de la economía estable de Reikland. Otra ciudad destacable es Übersreik, de menor importancia, pero su proximidad a las Montañas Grises le asegura una gran población Enana, así como un gran número de cazadores, exploradores y tramperos.

Con todo, la ciudad más influyente e importante de todas es Altdorf, la ciudad más grande y diversa del Viejo Mundo, que aglutina nacionalidades de muchos lugares. Elfos, Enanos, tileanos, bretonianos y humanos de una multitud de subculturas habitan allí, en barrios específicos de la ciudad dedicados a sus dioses y costumbres. Altdorf es de naturaleza cosmopolita, rápida en adaptarse a nuevas ideas, y está bien protegida. Sus gruesas murallas se han diseñado para ser defendibles en un asedio, circunstancia que la ciudad ya ha soportado varias veces en el pasado.

Esto confiere una gran vitalidad y una sensación de prestigio a todo Reikland. Aunque otras provincias miran este aire elevado con desdén, por no llamarlo desprecio, pocos pueden negar que las fortunas de Reikland no han hecho más que crecer en las últimas décadas. El gran principado cuenta con todas las ventajas para hacer de él y de su gente un éxito rotundo.

Región[]

Reikland, la más occidental de las grandes provincias del Imperio, es la sede del gobierno imperial y la más próspera y cosmopolita de todo el Imperio (y no sólo porque lo digan los reiklandeses). De norte a sur, desde los confines de las Tierras Desoladas hasta la frontera con Wissenland, Reikland es bendecida con fértiles tierras de cultivo, viñedos y pastos de vacas lecheras que producen un excedente de productos para la exportación. Las minas de las Montañas Grises contienen muchos minerales y piedras de gran valor, desde el hierro al oro pasando por mármol y gemas.

Reikland está cubierta en su mayor parte por el bosque de Reikwald, aunque los humanos han abierto en él caminos, ciudades y granjas, y produce una excelente madera para la emergente industria de construcción de barcos. Aunque generalmente es más seguro que los demás bosques del Imperio, la profunda espesura aún alberga peligros y misterios que hacen que los tímidos se ciñan a los caminos: los Pieles Verdes y los Hombres Bestia habitan los bosques, y los antiguos lugares preimperiales tientan tanto a los buscadores de tesoros como a los eruditos.

Observatorio por Eric Polak

Situado en la frontera oeste del Imperio, entre el bosque y las Montañas Grises, Reikland es bastante plana, con tan solo un grupo de colinas bajas al norte de Übersreik. Aquí es donde se encuentra un territorio fértil conocido como Vorbergland, o "país de las estribaciones", una región de praderas y pequeños bosques que sirve de granero de Reikland, especialmente en el sur. Antaño, Reikland estaba cubierta de bosques, pero su fértil tierra ha animado a los granjeros a instalarse en los espacios abiertos para dedicarse a los cultivos. En la actualidad, el bosque se ha fragmentado con la aparición de granjas, carreteras y ciudades, aunque todavía queda una buena parte de bosques tenebrosos donde merodean los indeseables. Las laderas donde confluyen Vorbergland y las Montañas Grises ocultan rentables minas, aunque a veces son motivo de irritación y disputa con los reinos enanos locales.

El patrocinio del gobierno también ayuda. Los Emperadores, quienes desde que Wilhelm derrocase a Dieter en el siglo XXV también han sido los Condes Electores de Reikland, han colmado de atenciones imperiales a su provincia natal. Canales, carreteras, programas para mejorar los métodos de cultivo, fomento del desarrollo de pueblos libres y de las clases mercantiles; todo esto ha contribuido a convertir a Reikland en una joya entre las provincias del Imperio.

Sin embargo, es el río Reik el que simboliza a Reikland; ‘nuestro río’, lo llaman muchos reiklandeses, para molestia de las Grandes Provincias vecinas. La forma más habitual para desplazarse por Reikland es el tráfico fluvial, pues la mayoría de los grandes asentamientos se hallan junto al Reik. El Reik es un río impresionante; en algunas partes de su curso llega a ensancharse casi dos kilómetros, su corriente es muy fuerte y peligrosa y presenta un gran tráfico fluvial, sobre todo en el punto más álgido de la estación de comercio, que lleva y trae el comercio desde el interior del Imperio hasta Marienburgo y más allá.

Varios afluentes descienden desde las Montañas Grises hasta unirse con el Reik atravesando la provincia de Este a Oeste. Altdorf se asienta sobre una serie de islas que se elevan ligeramente sobre las llanuras pantanosas en la confluencia del Reik y el Talabec. Los ríos menores también son de gran importancia para las muchas granjas y pueblos que hay entre el bosque y las montañas. El Imperio depende de sus ríos, y casi todo su comercio debe viajar por el Reik, para el enriquecimiento de las ciudades a lo largo de sus orillas, y especialmente de las profundas arcas de Altdorf. El Reik es tan importante que el Emperador mantiene una gran armada y una flota de Guardianes del río para reprimir la piratería y asegurarse de que los impuestos lleguen a buen puerto.

Factoría por Jonathan Kirtz WAR Reikland

Los Enanos de las Montañas Grises se han aprovechado en el pasado de los ríos, colocando presas durante una seria disputa con el Conde Elector por derechos de explotación de minas en el año 2211 CI. Esto desencadenó la infame marcha "agua chica" de campesinos sobre Altdorf. Desde entonces los Electores y Emperadores han tenido mucho cuidado de no contrariar a los Enanos de las Montañas Grises.

Aunque la mayor parte del comercio de Reikland viaja por agua, una cantidad considerable lo hace por tierra, por los dos principales pasos que atraviesan las Montañas Grises hacia Bretonia: el paso del Mordisco del Hacha y el paso de la Dama Gris. Estos pasos están custodiados por fortalezas imperiales en Helmgart y Übersreik, tanto para defenderlos contra los incursores humanos y no humanos que viven en las montañas, como para vigilar de cerca a los bretonianos, con quienes las relaciones no siempre han sido amistosas. Las nevadas invernales bloquean ambos pasos con frecuencia, y se recomienda a los viajeros que los transiten sólo una vez pasado el deshielo de primavera.

Ducados, Baronías y Condados[]

Mapas[]

Imágenes[]

Lista de Condes Electores Conocidos de Reikland[]

Nombre Cronología Datos
Segismundo. ¿?-1712. Emperador Electo, muere en el asedio de Altdorf durante el ¡Waaagh! de Gorbad Garra'ierro.
Siegfried. Poco claro, alrededor del 2000. Pretendiente de Reikland al trono de Emperador.
Ludwig. Poco claro, alrededor del 2051. Pretendiente de Reikland, padre de Lutwik, padece el "asedio de Altdorf" por Vlad von Carstein .
Lutwik. ¿? - 2100. Pretendiente de Reikland, ordena el asesinato de Ottilia IV durante la "Batalla de los Cuatro Ejércitos", es asesinado por orden de Ottilia IV.
Wilhelm III. 2429 - ¿? Es elegido Emperador tras la destitución de su primo de Dieter IV en el cargo, el trono imperial se mantiene en su familia desde entonces.
Luitpold I. ¿? - 2502. Emperador, padre de Karl Franz.
Karl Franz. 2502 - Presente. Actual Emperador y Conde Elector de Reikland.

La Gente[]

Carromato Marienburgo por Jonathan Kirtz WAR Reikland

Por lo general, la mayoría de los reiklandeses descienden de la tribu de los unberógenos de Sigmar, que lideraron la fundación del Imperio. En consecuencia los modernos reiklandeses se consideran los líderes naturales del Imperio y creen que las demás provincias deberían respetarles. Pero para sus congéneres del resto del Imperio son unos sabelotodos y unos entrometidos que no dejan de irrumpir en los asuntos de los demás.

Altos, morenos y de ojos grises, de todos los pueblos del Imperio, los descendientes de los unberógenos son los más optimistas, previsores y emprendedores, como ellos mismos proclaman orgullosos. Algo de verdad hay en esto, ya que Reikland ha sido bendecida con tierras fértiles, minas ricas y beneficios del tráfico de Reik, todos ellos componentes de una provincia floreciente.

Las mejores cualidades de los reiklandeses son su cordialidad, sociabilidad y falta de prejuicios. Los reiklandeses son más optimistas que los demás imperiales y creen que lo mejor está por llegar. Señalan varias razones para esto: la prosperidad natural de sus tierras, la educación y brío de sus habitantes, y el hecho de que Sigmar fuese uno de ellos. ¿Cómo podría tener un futuro sombrío un pueblo que dio a luz a un dios?

Los reiklandeses han asimilado incondicionalmente el mensaje de unidad imperial de Sigmar. Se interesan profundamente por los asuntos de las demás provincias, y a menudo advierten que “debería hacerse algo” cuando sus vecinos sufren algún percance terrible. Rotundos defensores de lo militar, muchos nobles reiklandeses jóvenes se alistan al ejército para labrarse una reputación y una fortuna. Están considerados "material de oficiales", por lo que las posibilidades de ascenso son considerablemente mayores para aquellos de origen reiklandés (para disgusto de los demás).

Los reiklandeses casi siempre responden en grandes cantidades al llamamiento imperial a las armas, y creen que es su deber acudir en ayuda de las zonas menos afortunadas del Imperio. De hecho, entre algunos reiklandeses aún perdura el ideal de expansionismo de los primeros días del Imperio: los alborotadores de Übersreik y Altdorf exigen la guerra con Bretonia para reclamar la "Marca Occidental". Los gremios mercantiles desean que el Emperador se fortalezca de cara a los Electores para poder promulgar leyes de comercio unitario supervisado por agentes imperiales (algo a lo que los Electores se oponen enérgicamente).

Molino de viento Imperio por Jonathan Kirtz Warhammer Online

La moda desempeña un papel más importante en la vida social de Reikland que en las demás provincias. Desde luego, al campesinado le importan bien poco estos perifollos, pero para la pretenciosa clase media resulta vital vestir las mangas, zapatos y colores adecuados. La nobleza contempla la moda según la temporada y deja que los mercaderes y demás "menestrales mugrientos" copien su estilo tan pronto les es posible. La presencia de la corte imperial no ha hecho más que exacerbar esta tendencia. Las modas más recientes incluían estilos bretonianos, “neo-rústico", y últimamente un regreso a las indumentarias sencillas y militaristas. Las mangas con tirillas, las braguetas elaboradas y los relicarios siguen estando tan en boga como siempre.

Los peores defectos de los reiklandeses son su arrogancia, su autoritarismo y el ser esclavos sumisos de las modas. Famosos por su capacidad para organizar una fiesta por cualquier nimiedad, la imagen de Reikland emperifollada es un popular estereotipo para el resto del Imperio. En ciertos lugares los diminutos insectos negros que infestan la barra de los bares más destartalados se denominan "moscas del Reik", pues pueden detectar la más mínima cantidad de cerveza sin problemas. Muchas provincias desdeñan de la naturaleza festiva y cosmopolita del varón reiklandes, y afirman que son tan lánguidos y afeminados de tanto preocuparse por su ropa. Curiosamente también tienen fama de donjuanes robamujeres y aprovechados. La mujer de más de un talabeclandés ha sido seducida por las lisonjeras palabras y el aguerrido porte de un figurín reiklandés. Al mismo tiempo, las mujeres reiklandesas se consideran muy hermosas pero insoportablemente vanidosas.

Reiklandeses por John Blanche

Escandalosos, libres y a menudo sintiéndose superiores con sus opiniones, los reiklandeses son tradicionalmente conocidos por su tozudez y determinación. Su falta de resistencia también es tema de conversación entre otras gentes. La tendencia reiklandesa a querer terminar una tarea lo más rápido posible para irse a casa es bien conocida. De hecho, desde el estallido de la guerra, los reiklandeses se han congregado bajo los estandartes del Emperador en tal manera que se teme que no quede nadie atrás para atender los cultivos y encargarse de las cosechas. Sin embargo, ahora que se ha obtenido la victoria en Middenheim, el pueblo está presionando para que sus hombres regresen. Hasta ahora no han sido licenciados aún, y el Emperador debe convencer a los reiklandeses de que es necesario hacer un prolongado esfuerzo para recuperar lo que se perdió ante el Caos.

Aunque veneran a todos los dioses del Imperio, por lo general los reiklandeses consideran a Sigmar su protector especial, ya que en el pasado fue uno de ellos. Otras deidades populares son Dyrath (nombre regional de Rhya a quien los reiklandeses de Vorbergland adoran como diosa de la fertilidad) y Shallya (cuyos templos y hospicios reciben frecuentes regalos y herencias de reiklandeses adinerados). Aunque se tolera y se respeta formalmente, el culto de Ulric no es muy popular en Reikland debido a la antigua rivalidad existente entre su culto y el de Sigmar.

Los reiklandeses adoptan rápidamente palabras de idiomas extranjeros y hablan con una dicción nítida, casi de clase superior. En las escuelas privadas nobles a menudo se enseña a los estudiantes a hablar con acento reiklandés, ya que está muy aceptado en todas partes.

Expresiones de Reikland[]

  • “El Reik discurre hondo y potente” - deja de hacer preguntas.
  • “Cerdo, cerdito, cerdillo” - un apelativo cariñoso entre el pueblo llano, al estilo de “querido” o "cariño". Los clientes de una tienda rural suelen ser bienvenidos con un amistoso “¿qué desea, cerdo?".
  • "Vaya... que me zurren la badana y me llamen cerdo” - expresión náutica, similar a "¡no me digas!".
  • "El huso de Dyrath” - destino, sino. Procede de la creencia de que Dyrath enrolla el cordón umbilical y se lo entrega a Morr para que éste pueda tirar de la gente hasta su reino cuando les llega la hora.

Configuración del Terreno[]

Reikland se encuentra a la sombra de las imponentes Montañas Grises, y sus tierras bajas están enteramente cubiertas de bosque excepto por las zonas despejadas que hay alrededor de la multitud de prósperos pueblos y aldeas de la grandiosa provincia. No dispone de litoral marítimo, pero el Reik (el mayor río del Viejo Mundo, que define la mayor parte de las ondulantes fronteras orientales y septentrionales de Reikland) es tan ancho y profundo que toda una armada de buques de guerra y de navíos mercantes recorre su longitud.

Gran parte del terreno cercano al Reik es pantanoso y suele estar inundado, con largas extensiones de ciénagas, pantanos y peligrosas llanuras de fango, la mayor de las cuales es la Marisma Grootscher, en la frontera con las Tierras Desoladas al oeste. Más hacia el interior, Reikland asciende hacia las abruptas Colinas Skaag y los embrujados Hägercrybs, sendos altiplanos boscosos que ocultan regiones aisladas, apenas tocadas por la mano del hombre. Los bosques acaban desapareciendo cuando el terreno asciende hacia las Montañas Grises, la frontera natural de Reikland con Bretonia hacia el sur, y se abre a una amplia llanura de fértiles estribaciones y despejadas praderas conocida como Vorbergland.

Las Montañas, las Colinas y Vorbergland[]

Drachenberg

Reikland tiene un terreno accidentado, cuyos ondulantes bosques están salpicados de picos, peñascos y riscos, muchos de ellos coronados por castillos y torres en ruinas, que datan de eras anteriores desgarradas por la guerra. Alzándose por encima de esta multitud de cordilleras menores se encuentran los Hägercrybs y las Colinas Skaag, dos altiplanicies en el centro y el norte de Reikland, cuyas fuertemente fortificadas minas son responsables de gran parte de la creciente prosperidad del reino. Más hacia el sur, los árboles empiezan a menguar en dirección a las amplias llanuras y las estribaciones montañosas del fértil Vorbergland, que se encuentran entre el bosque Reikwald y las peligrosas Montañas Grises, unos picos que ofrecen iguales medidas de enorme riqueza y de peligro.

Los Bosques Oscuros y Lúgubres[]

Los extensos bosques de Reikland se consideran de los más seguros del Imperio, pero si uno se aparta de los concurridos ríos y de los caminos bordeados de árboles, tan impulsiva cháchara se olvida pronto. Millas y millas sin cartografiar de altísimos pinos, robles, olmos y hayas ocultan mucho más que bandidos desesperados y animales salvajes. Y cuanto más se adentra uno, más peligrosos son.

Ríos, Canales y Lagos[]

Río de Reikland

La multitud de ríos que se desploman desde los lagos glaciares y de las cataratas de las Montañas Grises y van a parar al Reik son vitales para el éxito económico de Reikland. Barcazas cargadas hasta los topes de mercancías navegan por los mayores de estos ríos, llevando objetos diversos a la capital, Altdorf, desde donde muchos de los cuales son transportados a alguna otra parte del Imperio o vendidos río abajo en Marienburgo.

Con el fin de apoyar aún más las grandes ambiciones mercantiles de Reikland, las casas nobles y los mercaderes más ricos invierten en extensos canales, planificados y construidos por los famosos ingenieros de Altdorf. El impacto de estas impresionantes vías acuáticas es innegable, con las mercancías moviéndose mucho más rápido que antes, pero requieren mantenimiento y protección, y ambas cosas son caras. Para asegurarse de que los raqueros y los piratas de río que los canales atraen tienen un impacto mínimo, se emplea a guardas, guardas de caminos y guardianes del río según resulta necesario, pero frecuentemente estos individuos son muy poco mejores que los delincuentes a quienes se supone que deben perseguir.

Las Malditas y Fétidas Marismas[]

Aunque Middlenland al norte alardea de muchos pantanos famosos (como Furdienst, las Marismas del Muladar y el Schadensumpf [= el pantano del peligro ]), las orillas de los ríos de Reikland no están menos inundadas, cediendo frecuentemente el paso a ciénagas, barrizales y peligrosas llanuras de lodo, especialmente a lo largo del caudaloso río Reik. La mayor de todas éstas es la Marisma Grootscher, en la frontera con las Tierras Devastadas, pero hay muchos otros ejemplos, como las Llanuras de Altdorf, las Marismas Reiker y las ciénagas de Uhland.

Lugares de Interés[]

Reikland se enorgullece de ser una de las grandes provincias más pobladas y civilizadas del Imperio. Sin embargo, grandes franjas de terreno siguen en estado salvaje, cubiertas de bosque y sin haber sido tocadas por la mano del hombre. Aunque estos bosques son relativamente seguros, comparados con los extraordinarios peligros que se esconden en los grandes bosques de otras partes del Imperio, los rincones oscuros de Reikwald siguen albergando todo tipo de criaturas terribles.

Por ello, incluso tras dos mil quinientos años de expansión, la mayoría de asentamientos de Reikland se encuentran a lo largo del Reik y sus muchos tributarios, conectados entre sí mediante el río, y no siempre por carretera. Sólo al sur de Vorbergland, el granero del Imperio, se extienden libremente los asentamientos, conectados por carreteras bien mantenidas y notables canales.

Altdorf y otras poblaciones diversas[]

Se dice que todos los caminos llevan a Altdorf, la ciudad más grande y rica del Imperio, pero hay muchos otros lugares interesantes que visitar más allá de las altas y blancas murallas de dicha ciudad. Por todo Reikland se pueden encontrar numerosas poblaciones, grandes y pequeñas, la mayoría de las cuales son centros de comercio o de manufactura. Un número creciente de estos florecientes centros de comercio también tienen el estatus de ‘Freistadt’, lo que significa que son ‘ciudades libres’: se les ha concedido una carta municipal para gobernarse a sí mismas, por lo general mediante un concejo de burgomaestres con poca o ninguna interferencia de las casas nobles locales.

Bastiones y Fortalezas[]

La frontera meridional de Reikland está dominada por las Montañas Grises, que a su vez están dominadas por una serie de fortalezas construidas y reconstruidas para defender contra las incursiones de los troles de montaña, los pieles verdes y los muertos inquietos, por no mencionar el vecino reino de Bretonia.

El río Reik está similarmente salpicado de bastiones para prevenir ataques, pero allí la mayoría son reliquias de piedra del quebrantado pasado del Imperio, cuando Reikland guerreaba contra las demás grandes provincias y consigo mismo. Ahora tan sólo quedan las fortalezas estratégicas, fácilmente superadas en número por los castillos abandonados, cuya antigua potencia y glorioso pasado han sido casi completamente olvidados, de la misma forma que sus resquebrajadas murallas han cedido al tiempo y a la decadencia.

Poblados, Aldeas y Lugares Sagrados[]

Por todo Reikland, la mayoría de los incontables centenares de poblados y aldeas se arraciman cerca de las poblaciones, en busca de protección y de comercio. En comparación, en el abierto Suden Vorbergland, los asentamientos están mucho más dispersos entre las granjas, salpicando el paisaje a cada pocas millas, confiando en la protección de las fortalezas de las montañas y en los Regimientos Estatales de las grandes poblaciones con mercado. Debido a una particularidad de las leyes de Reikland instaurada por los sigmaritas hace muchos siglos, se define un poblado como cualquier asentamiento pequeño que incluye un templo de Sigmar; las aldeas, en comparación, carecen de semejante apoyo espiritual, y a menudo son más pequeñas debido a ello.

Aparte de estos asentamientos menores, Reikland alberga un número incontable de monasterios aislados, abadías, templos de ruta y otros lugares sagrados. Si bien la mayor parte está situada en lugares no muy distantes de alguna protección, en los lugares más improbables hay algunos ejemplos bien fortificados, a menudo por razones religiosas o históricas, ya sea en las laderas de una montaña, las profundidades de un bosque, el centro de un lago o algún lugar aún menos probable.

Lugares Antiguos y Ruinas Terribles[]

La larga y sangrienta historia de Reikland se remonta a mucho antes de la época de Magnus el Piadoso y la Gran Guerra contra el Caos; reliquias de antiguas atrocidades salpican el reino, y es de viajeros sabios y precavidos cerciorarse de que no hay cerca antiguos megalitos antes de fijar el campamento para pasar la noche. Algunos de dichos lugares albergan leyendas inquietantes de repugnante renombre y macabro espectáculo, pero la mayoría de poblaciones y aldeas disponen de sus propias ruinas locales, con sus respectivos relatos de horror y derramamiento de sangre.


Uniforme y Heráldica[]

Reikland es la provincia más poderosa y cosmopolita del Imperio. Sus tropas profesionales están bien equipadas y visten de blanco, aunque en la práctica se trate de un color más bien beige o blanco deslucido. Los soldados de Reikland suelen considerarse superiores a los de otras regiones, lo que en alguna ocasión puede llevar a conflictos durante las campañas.

Por su parte, el estandarte estatal ha ido cambiando a lo largo de los últimos cien años e incluye símbolos que destacan el poder de la provincia. El águila es un símbolo muy común en el Imperio que en este caso representa a la diosa Myrmidia, la deidad patrona del arte de la guerra, cuyo símbolo suelen utilizar los comandantes de alto rango. La corona es una referencia directa al Emperador y la cruz representa la unidad del Imperio bajo su mando, al igual que el martillo, que también simboliza la devoción a Sigmar. Por último, el motivo de la espada en un estandarte estatal suele representar el Colmillo Rúnico del Conde Elector gobernante.

Fuentes[]

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