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Quimera por Dave Gallagher

La temible Quimera de tres cabezas es una de las más temibles criaturas del Caos. Son el horror hecho carne; de hecho, algunos dicen que están formadas por el Caos en bruto y no tienen un verdadero nacimiento material.

La Quimera una bestia tan aberrante cuyos progenitores estaban tan deformados que resulta imposible saber qué tipo de criaturas podrían haber sido. Con independencia de su forma exacta, todas las Quimeras comparten una naturaleza salvaje e impredecible que las convierte en uno de los peores encuentros casuales que se pueden sufrir en el Viejo Mundo.

Descripción[]

Quimera por Adrian Smith

Como todos los monstruos que habitan cerca o en el propio Reino del Caos, las Quimeras toman muchas formas extrañas. No obstante, estas fieras son más susceptibles a los poderes transformadores del Caos que la mayoría de los monstruos. Aunque no hay dos quimeras completamente idénticas, todas tienen una sorprendente similitud: tres cabezas distintas. En general, una es leonina, otra es una la de gran rapaz y la última es la de un dragón. Hay relatos de quimeras con cabezas de úrsido, felino, reptil, insecto, cocodrilo… y una infinidad más, pero siempre con al menos una cabeza de dragón, y algunas escupen fuego, igual que estas bestias, mientras que de otras brotan afilados colmillos o tienen fauces goteantes de babas venenosas. Por lo general, las tres cabezas trabajan de forma conjunta, aunque no faltan los relatos en los que sus cabezas se enzarzan en ‘discusiones’.

El cuerpo de una Quimera suele parecerse al de un felino enorme y deforme, con patas anchas y garras curvadas, aunque también se ha oído hablar de quimeras con cuerpos más parecidos a los de un toro de gran tamaño. Las quimeras vuelan con grandes alas, de forma igualmente mutable: algunas coriáceas, otras emplumadas. Tienen una larga cola, que pueden terminar en cuchillas óseas, aguijones de escorpión o incluso una cuarta cabeza furiosa con una voluntad y hambre propias.

Existen incluso algunas Quimeras, como las moradoras de la Ciudadela Sangreaullante, de las que se dice se han bañado en los rutilantes Vientos de la Magia en la cima del mundo. La piel de estas Quimeras Sangreaullantes tiene multitud de tonos de colores brillantes en constante cambio, a veces se hace translúcida y, en un instante, corre como cera fundida para tapar y curar las heridas y cortes de su carne manchada. Independientemente de su forma exacta, todas las Quimeras comparten una naturaleza salvaje e impredecible, y allí donde se oyen sus rugidos tricéfalos, a buen seguro no tardarán en presentarse la muerte y la masacre.

Quimera Forgeworld

La mayor parte del tiempo, cuando los Vientos de la Magia se mantienen relativamente calmados, las Quimeras son una aparición de lo más rara, incluso en el helado norte. Existen historias que hablan de Quimeras vigilando pasos de montaña, o acechando en las oscuras profundidades del Drakwald, o incluso sirviendo como monturas a algún Campeón del Caos, pero por lo general se acaba descubriendo que dichos relatos han confundido a la Quimera con alguna otra criatura del Caos, como por ejemplo la Mantícora.

Algunos estudiosos han postulado que, en tiempos de baja actividad mágica, las Quimeras abandonan por completo el plano mortal, para ir a cazar a las embrujadas planicies del Reino del Caos. Otros creen que las Quimeras no son para nada criaturas de carne y hueso sino monstruos de pura energía, emisarios de los más oscuros dioses del Caos que se manifiestan de manera corpórea solo durante aquellos períodos en que los Vientos de la Magia se encuentran en su punto más álgido. Sea cual sea la verdadera explicación, nadie puede discutir el hecho de que cuando una Tormenta Mágica estalla, el chillido triple de las Quimeras a la caza no suele estar lejos.

Un Señor del Caos particularmente poderoso, o un Hechicero de valor demente, puede intentar subyugar a una Quimera, pues la destrucción que puede causar en el campo de batalla es un espectáculo que probablemente atraerá la atención de los Dioses Oscuros. Se dice que sólo quienes estén especialmente favorecidos por el Caos tendrán alguna posibilidad de someter a su voluntad a una criatura así, y un Paladín puede pasar toda su vida buscando una Quimera infructuosamente, o encontrar su premio e instantes después, ser despedazado por él. Quienes triunfan en su búsqueda tienen a su disposición un monstruo con un potencial destructivo ilimitado.

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Imágenes[]

Fuentes[]