Algunos acontecimientos son tan horribles, tan traumáticos, que marcan la mente de un aventurero para siempre. Si es asaltado por los Puñales del Recuerdo, revivirá un suceso especialmente traumático una y otra vez en sueños, pensamientos obsesivos y en ocasiones repentinas y aterradoras en las que creerá estar experimentando de nuevo el suceso.
En la horas de vigilia, el afectado estará ensimismado pensando en los detalles del acontecimiento, lo cual le deprime y le vuelve irritable. También tendrá dificultades para concentrarse, y sentirá el impulso de evitar a sus amigos y familiares. Por la noche, sus sueños se convierten en recreaciones vívidas, surrealistas y perturbadoras del suceso traumático. Por último, si algún estímulo externo concreto le recuerda la situación, creerá que está viviendo de nuevo el suceso traumático.
Si una persona acosada por los puñales del recuerdo se encuentra con algo que le recuerda especificamente el evento traumático, corre el riego de creer estar experimentando de nuevo el momento. Su reacción será muy impredecible: huir aterrorizado, esconderse, atacar a la persona más cercana, sollozar desesperado, representar momentos específicos del suceso traumático (como intentar rescatar a un camarada herido), o sufrir alucinaciones de enemigos ocultos y otros peligros.
Una persona que vocifera histéricamente en público sin duda atraerá la atención de los cazadores de brujas. A los seguidores de Tzeentch les fascina especialmente este trastorno, y buscan a todo aquél que lo contrae para utilizarlo en sus malvados experimentos.
Fuente[]
- Warhammer Fantasy JdR 2ª Edición. Pags 205-206.