La Prisión de Mordheim no solo se usaba para encarcelar a los criminales de la ciudad, sino también a los de las áreas circundantes. Incluso con las ejecuciones diarias que tenían lugar en la Plaza del Verdugo, el edificio en ruinas estaba literalmente lleno de los detritos de la sociedad, desde el humilde deudor hasta el insensible Asesino.
Cuando el cometa se estrelló contra la ciudad, una gran grieta partió la Prisión por la mitad, permitiendo que varios prisioneros supervivientes escaparan, pero otros muchos quedaron en sus celdas y enloquecieron.
Descripción[]
Los habitantes de Mordheim tenían que hacer frente a unos impuestos abusivos, por lo que empezaron a desesperarse y los crímenes se pusieron a la orden del día. En la época en la que gobernaba el hijo de Leopold, Amadeus Steinhardt, las cárceles estaban tan repletas de criminales que estos no cabían en el interior de sus muros. Los oficiales de la ciudad decidieron emprender una medida drástica y decretaron por ley que cualquier delito sería castigado con la pena de muerte. Por razones obvias, la medida supuso un aumento de las ejecuciones.
Cuando el cometa se estrelló contra la ciudad, la mayor parte del barrio fue devastada, y la Prisión sufrió graves daños. Muchos de los prisioneros quedaron confinados en sus celdas y durante meses se oyeron sus gritos enloquecidos en plena noche, aunque decenas de ellos fueron liberados por el impacto. En las calles reinaba una total anarquía; crueles psicópatas y dementes asesinos vagaban por ellas sin miedo a la guardia de la ciudad. Pronto se hizo evidente, por la forma en que se realizaban los ataques, que un líder desconocido estaba al mando de las bandas que causaban estragos en toda la ciudad.
Incluso años después, persistieron los rumores de que alguien o algo todavía habita en los oscuros rincones de su santuario interior. Oculto en los oscuros rincones de la Prisión, había algo conocido por los saqueadores locales y las partidas de guerra como "El Alcaide". Nadie sabe lo que alguna vez fue; algunos dicen que era un gran perro guardián, otros que es un grupo de guardias de prisión fusionados y mutados. Cualesquiera que sean sus verdaderos orígenes, el Guardián deambulaba por las ruinas de la Prisión alimentándose de cualquier necio que entrara en su territorio. El Alcaide era atendido por un grupo de 'Reclusos', convictos que supervivientes del cataclismo que se volvieron locos, atacando y capturando a cualquiera que encontrase para que su amo pudiera alimentarse.
Fuentes[]
- Antigua pagina web de Games Workshop.
- White Dwarf 315 Edición inglesa, pág. 66.