
La presa fue construida hace siglos por los enanos y proporcionaba la energía necesaria para mover los martillos y maquinaria de las forjas construidas en el acantilado. Formaba parte de un asentamiento minero construido hace cientos de años para la extracción de oro, junto con la aldea de Leiderburg. Lleva años abandonada, ya que los enanos la abandonaron cuando se acabaron las vetas de oro.
Un valle lleno de árboles retorcidos que bordean una impetuosa corriente, que da acceso a la presa, de unos 30 metros de altura, desde Marienburgo. El agua se derrama sobre su coronación agrietada y parcialmente destruida, además de surgir por diversos agujeros en los laterales.
Unas escaleras de musgosos peldaños gastados de 30 centímetros de anchura dan acceso al complejo. Éstas suben por el valle y se introducen en un oscuro túnel excavado en la roca, cerca del borde de la presa pero unos tres metros por debajo. El túnel no dispone de iluminación y la altura es de sólo un metro y medio, construido evidentemente por y para enanos. El túnel tiene unos quince metros y la pared derecha vibra debido a la fuerza del agua, la cual gotea constantemente.

Al terminar se abre a una estrecha pasarela mecánica de unos 60 centímetros de anchura y con un pasamanos a la izquierda. Está muy oxidada y supone un peligro para cualquiera. Al otro lado hay una repisa de un metro y medio de anchura con una barandilla de piedra. Allí hay una entrada que se introduce en la roca, con un punto de luz solar al fondo, que va a dar al valle, lago y Leiderburgo, y una escalera que baja hacia el fondo de la caverna.
Bajo la pasarela hay un espectáculo sorprendente: hay enormes máquinas en funcionamiento, con grandes pistones y palancas subiendo y bajando, engranajes de todos los tamaños girando y encajando mientras el agua procedente de numerosas aperturas hace girar unos inmensos molinos. Muchísimo más abajo hay filas y filas de forjas desiertas apenas visibles. Los fuegos están apagados, pero los restos podridos de sus fuelles automáticos aún bombean y los grandes martillos golpean yunques gigantescos. Gran parte de la maquinaria está estropeada, y en algunos lugares grandes palancas baten inútilmente el aire mientras varios engranajes con los dientes rotos se rozan los unos contra los otros produciendo un terrorífico chillido. De la cámara inferior surgen numerosos túneles conectados con dormitorios y talleres abandonados por los enanos, pero muchos de ellos están inaccesibles debido a inundaciones causadas por años de filtraciones.
El Lago Leider es artificial y fue diseñado por los enanos como parte del complejo de la presa. Está rodeado por unas colinas bajas lavadas por la lluvia y se extiende más allá de la vista, girando hacia el nordeste y desapareciendo tras las colinas.

Existen extrañas leyendas sobre el mismo; se habla de un pueblo en el valle cuyos habitantes murieron ahogados al inundarse, quizá los ingenieros no supieran nada del asentamiento o no avisaran, pero más probablemente hicieron caso omiso a los avisos de que iba a ser inundado. Se dice que los que se quedaron en sus hogares viven bajo la superficie de las aguas. Algunos lugareños incluso afirmaban ver extrañas formas moviéndose por el lecho del lago, mientras que otros hablaban de barcas que salían a pescar para no regresar, o para volver vacías.
Todo esto no es más que cierto, ya que se convirtieron en espíritus al morir protegiendo las ruinas de la aldea. En total hay nueve espíritus, seis adultos y tres ñiños, a la espera de que la presa se derrumbe por fín y su aldea resurga del agua.