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{{Cita|Cita = Mira, el Príncipe Demonio llega con todo su esplendoroso equipo de combate. A su paso, los árboles chillan de rabia hacia el cielo indiferente y las piedras se retuercen de odio. Caza a los enemigos de su amo, pues su comida es la carne mortal y su vino las almas mortales.<br />Su amo lo ha equipado para la batalla. En su mano izquierda lleva un demonio subyugado en forma de espada. Su canto de sangre y odio retumba continuamente y llena el cielo con un sonido terrible que despierta a la muerte y acaba con la vida. En su mano derecha lleva un grupo de demonios, todos cazadores, que esperan el momento de liberar a sus perros, sedientos de sangre y cráneos y el sabor de almas inocentes.<br />Mira, el Príncipe Demonio. Ha llegado el tiempo de la desesperación.|Autor = "La Visión de un Príncipe Demonio", Grimorio Daemonicus}}
 
{{Cita|Cita = Mira, el Príncipe Demonio llega con todo su esplendoroso equipo de combate. A su paso, los árboles chillan de rabia hacia el cielo indiferente y las piedras se retuercen de odio. Caza a los enemigos de su amo, pues su comida es la carne mortal y su vino las almas mortales.<br />Su amo lo ha equipado para la batalla. En su mano izquierda lleva un demonio subyugado en forma de espada. Su canto de sangre y odio retumba continuamente y llena el cielo con un sonido terrible que despierta a la muerte y acaba con la vida. En su mano derecha lleva un grupo de demonios, todos cazadores, que esperan el momento de liberar a sus perros, sedientos de sangre y cráneos y el sabor de almas inocentes.<br />Mira, el Príncipe Demonio. Ha llegado el tiempo de la desesperación.|Autor = "La Visión de un Príncipe Demonio", Grimorio Daemonicus}}
   
Convertirse en demonio es la meta final de todos aquellos que siguen la senda del [[Caos]]. Es la recompensa tras décadas de dedicación a los [[dioses del Caos]] con la que se obtiene la inmortalidad y un poder y una fuerza inimaginables.
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Los Príncipes Demonio son los Paladines mortales del Caos que han logrado su vil deseo y han sido convertidos en Demonio por los Dioses del Caos. Son poderosos más allá de toda posible comparación, criaturas señoriales con un poder terrible. Convertirse en demonio es la meta final de todos aquellos que siguen la senda del Caos. Es la recompensa tras décadas de dedicación a los dioses del Caos con la que se obtiene la inmortalidad y un poder y una fuerza inimaginables.
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Dado que se encuentran en la frontera entre la mortalidad y la existencia demoníaca, los príncipes demonio pueden estar al mando tanto de legiones humanas como de legiones de demonios. Algunos Príncipes Demonio abandonan a sus seguidores mortales y penetrarán en el Reino del Caos para servir a su dios en otros mundos o dimensiones, mientras que el resto les servirán como generales y comandantes de las legiones demoníacas surgidas del Reino del Caos, a las que mantienen en el plano mortal gracias a su energía antinatural, destinados a continuar la guerra eterna para el provecho de sus amos. Otros, en cambio, siguen al frente de su horda, cuyos miembros adoran a su gran líder como a un semidiós, afirmación que no se aleja demasiado de la realidad.
   
 
==Descripción==
 
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Aunque hay muchos mortales que sirven al Caos -adoradores, tribus bárbaras y renegados de la sociedad humana- la mayoría de ellos tan sólo utilizan a los Dioses del Caos para aumentar su poder en un mundo donde el poder es difícil de conseguir. Estos mortales piensan que utilizan a los Dioses del Caos, pero a la larga no les supone ningún beneficio, ya que la condenación termina por llegarles tarde o temprano. Todas sus vanas maquinaciones y fechorías con el tiempo terminan por servir únicamente a sus amos, y su voluntad simplemente proporciona a los dioses oscuros más energía con la que crecer y conseguir aún más poder.
Algunos consideran a los '''príncipes demonio''' incluso más peligrosos que los grandes demonios, ya que los primeros conservan gran parte de su individualidad e independencia a diferencia de otros demonios que solo son meros instrumentos para sus amos. Todos ellos nacen con unas enormes alas, uno de los signos de los demonios, con las que pueden atravesar volando el campo de batalla para descargar sobre sus enemigos toda la potencia de sus armas gigantescas, saturadas de energía del Caos en estado puro.
 
   
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Pero hay quienes siguen al Caos con fe profunda y ferviente, entregándose a ello por completo, en cuerpo y alma. Existe un premio final para aquellos Paladines del Caos que muestran una total devoción hacia los oscuros Dioses del Caos. Si el Paladín sobrevive al sinfín de batallas, a devastadoras mutaciones concedidas por sus amos, y consigue el favor de los inconstantes dioses, será recompensado. El dios del Paladín lo convertirá en un Príncipe Demonio, condenado para toda la eternidad a la oscuridad.
Además de transformarse en un príncipe demonio, un sirviente de los Dioses Oscuros puede llegar a ser poseído por el espíritu de un demonio. Estas criaturas no son tan poderosas como los príncipes demonio, pues deben emplear gran parte de su energía en mantener su vínculo con el reino mortal. Se les denomina demonios mayores y suelen acompañar a los príncipes demonio y a los grandes demonios en la batalla, aunque también suele ocurrir que un paladín del Caos de órdenes a un demonio mayor. Los príncipes demonio y los demonios mayores son tan variados como los mismos paladines del Caos.
 
   
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[[Archivo:Madail,_Sacerdote_Oscuro_Demoníaco_por_John_Gravato_príncipe_demonio.jpeg|thumb|left|354px]]
[[Archivo:Madail,_Sacerdote_Oscuro_Demoníaco_por_John_Gravato_príncipe_demonio.jpeg|thumb|329x329px]]Los Príncipes Demonio varían enormemente de aspecto, según los antojos de sus dioses protectores. Algunos portan los regalos que recibieron cuando eran paladines, como brazos adicionales, tentáculos o piel escamosa, aunque hay características que comparten prácticamente todos los Príncipes Demonio. Por algún extraño efecto de la demonización, todos ellos tienen cuernos torcidos, unas garras asesinas y una cola retorcida y en forma de látigo. Aunque no necesitan armas (en muchos aspectos el propio Príncipe Demonio lo es) la mayoría de ellos llevan espadas gigantes imbuidas con pura energía del Caos o con el espíritu de algún demonio inferior.
 
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Los Príncipes Demonio son poderosos más allá de toda comprensión. Han superado las triviales preocupaciones humanas, alcanzando el máximo nivel de poder, logrando la inmortalidad, y convirtiéndose en los enemigos de todo lo vivo. Hay muchos que se adentran en el camino de la condenación con la vana esperanza de conseguir el favor de los dioses, pero por cada Paladín que alza su cabeza y ruge su triunfo a los cielos como nuevo Príncipe Demonio, incontables millares perecen en los campos de batalla o terminan sus vidas como un Engendro del Caos sin mente.
   
 
Algunos consideran a los príncipes demonio incluso más peligrosos que los grandes demonios, ya que los primeros conservan gran parte de su individualidad e independencia a diferencia de otros demonios que solo son meros fragmentos e instrumentos de la voluntad de sus amos. De hecho, algunos de los príncipes demonio más antiguos y poderosos son adorados como deidades. Estos se convierten en dioses locales para los habitantes de las aldeas y tribus: actúan como intermediarios de su deidad protectora y sus palabras y acciones se consideran palabras y acciones de los propios Dioses Oscuros. Pese a ello, solo un príncipe demonio demente podría llegar a pensar que es más poderoso que los propios dioses.
Algunos de ellos son guerreros temibles, en particular los príncipes demonio de [[Khorne]], mientras que los seguidores de [[Tzeentch]] elevados a la categoría de demonios suelen destacar como poderosos hechiceros. Un Príncipe de [[Nurgle]] de cuerpo podrido derrama pestilencia por donde pasa. Dado que se encuentran en la frontera entre la mortalidad y la existencia demoníaca, los príncipes demonio pueden estar al mando tanto de legiones humanas como de legiones demoníacas. Algunos príncipes demonio abandonan a sus seguidores mortales y se ponen en frente de huestes demoníacas surgidas del [[Reino del Caos]], a las que mantienen en el plano mortal gracias a su energía antinatural. Otros siguen al frente de su horda, cuyos miembros adoran a su gran líder como a un semidiós, afirmación que no se aleja demasiado de la realidad.
 
   
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Los Príncipes Demonio conservan gran parte de su individualidad e independencia a diferencia de otros demonios que son meros fragmentos de la voluntad de sus amos. De hecho, algunos de los príncipes demonio más antiguos y poderosos son adorados como deidades. Estos se convierten en dioses locales para los habitantes de las aldeas y tribus: actúan como intermediarios de su deidad protectora y sus palabras y acciones se consideran palabras y acciones de los propios Dioses Oscuros. Pese a ello, solo un príncipe demonio demente podría llegar a pensar que es más poderoso que los propios dioses.
 
 
[[Archivo:Rostro_Príncipe_Demonio_5ª.jpg|thumb]]Además de transformarse en un príncipe demonio, un sirviente de los Dioses Oscuros puede llegar a ser poseído por el espíritu de un demonio. Estas criaturas no son tan poderosas como los príncipes demonio, pues deben emplear gran parte de su energía en mantener su vínculo con el reino mortal. Se les denomina demonios mayores y suelen acompañar a los príncipes demonio y a los grandes demonios en la batalla, aunque también suele ocurrir que un paladín del Caos de órdenes a un demonio mayor. Los príncipes demonio y los demonios mayores son tan variados como los mismos paladines del Caos.
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==Aspecto==
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Los Príncipes Demonio son inmensamente grandes, destacando sobre las criaturas menores; sus cuerpos han sido trasformados para adoptar una forma que agrade a su amo. Empuñan armas arcanas, muchas veces de naturaleza mágica, y están adornados con joyas cubiertas con los símbolos y las runas de su dios.
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La variedad de aspecto entre los Príncipes Demonio es casi infinita, tanto en poder como en forma, según los antojos de sus dioses protectores. Algunos portan los regalos que recibieron cuando eran paladines, como brazos adicionales, tentáculos o piel escamosa, aunque hay características que comparten prácticamente todos los Príncipes Demonio. Por algún extraño efecto de la demonización, todos ellos tienen cuernos torcidos, unas garras asesinas y una cola retorcida y en forma de látigo. Igualmente, casi todos nacen con unas enormes alas, uno de los signos de los demonios, con las que pueden atravesar volando el campo de batalla para descargar sobre sus enemigos toda la potencia de sus armas. Aunque no necesitan armas (en muchos aspectos el propio Príncipe Demonio lo es) la mayoría de ellos llevan espadas gigantes saturadas de energía del Caos en estado puro o con el espíritu de algún demonio inferior.
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Después, dependiendo de la deidad a la que sirvieran en vida mortal, adquieren características determinadas como reflejo de la naturaleza de su dios patrón. Algunos de ellos son guerreros temibles, en particular los príncipes demonio de Khorne, que pueden ser terribles criaturas, en un constante estado de ira, o puede tratarse de poderosos guerreros llenos de disciplina y orgullo marcial. A los seguidores de Tzeentch que son elevados a la categoría de demonios muchas veces les son concedidos poderes de hechicería y sabiduría arcana. Los Príncipes Demonio de Slaanesh habitualmente son bendecidos con el don de la belleza física divina, incluso si sus almas son malignas y corruptas. Son los Príncipes Demonio de Nurgle los más transformados. Sus cuerpos podridos devastados por la plaga están inflados y hieden, recubiertos de mugrientos ropajes y armaduras oxidadas, y derraman pestilencia por donde pasa.
   
 
==Príncipes Demonio de los Dioses del Caos==
 
==Príncipes Demonio de los Dioses del Caos==
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Revisión del 06:20 5 jun 2017

Príncipe Demonio Caos

"Mira, el Príncipe Demonio llega con todo su esplendoroso equipo de combate. A su paso, los árboles chillan de rabia hacia el cielo indiferente y las piedras se retuercen de odio. Caza a los enemigos de su amo, pues su comida es la carne mortal y su vino las almas mortales.
Su amo lo ha equipado para la batalla. En su mano izquierda lleva un demonio subyugado en forma de espada. Su canto de sangre y odio retumba continuamente y llena el cielo con un sonido terrible que despierta a la muerte y acaba con la vida. En su mano derecha lleva un grupo de demonios, todos cazadores, que esperan el momento de liberar a sus perros, sedientos de sangre y cráneos y el sabor de almas inocentes.
Mira, el Príncipe Demonio. Ha llegado el tiempo de la desesperación.
"

"La Visión de un Príncipe Demonio", Grimorio Daemonicus

Los Príncipes Demonio son los Paladines mortales del Caos que han logrado su vil deseo y han sido convertidos en Demonio por los Dioses del Caos. Son poderosos más allá de toda posible comparación, criaturas señoriales con un poder terrible. Convertirse en demonio es la meta final de todos aquellos que siguen la senda del Caos. Es la recompensa tras décadas de dedicación a los dioses del Caos con la que se obtiene la inmortalidad y un poder y una fuerza inimaginables.

Príncipes Demonio

Dado que se encuentran en la frontera entre la mortalidad y la existencia demoníaca, los príncipes demonio pueden estar al mando tanto de legiones humanas como de legiones de demonios. Algunos Príncipes Demonio abandonan a sus seguidores mortales y penetrarán en el Reino del Caos para servir a su dios en otros mundos o dimensiones, mientras que el resto les servirán como generales y comandantes de las legiones demoníacas surgidas del Reino del Caos, a las que mantienen en el plano mortal gracias a su energía antinatural, destinados a continuar la guerra eterna para el provecho de sus amos. Otros, en cambio, siguen al frente de su horda, cuyos miembros adoran a su gran líder como a un semidiós, afirmación que no se aleja demasiado de la realidad.

Descripción

Príncipe demonio por Karl Kopinski

Aunque hay muchos mortales que sirven al Caos -adoradores, tribus bárbaras y renegados de la sociedad humana- la mayoría de ellos tan sólo utilizan a los Dioses del Caos para aumentar su poder en un mundo donde el poder es difícil de conseguir. Estos mortales piensan que utilizan a los Dioses del Caos, pero a la larga no les supone ningún beneficio, ya que la condenación termina por llegarles tarde o temprano. Todas sus vanas maquinaciones y fechorías con el tiempo terminan por servir únicamente a sus amos, y su voluntad simplemente proporciona a los dioses oscuros más energía con la que crecer y conseguir aún más poder.

Pero hay quienes siguen al Caos con fe profunda y ferviente, entregándose a ello por completo, en cuerpo y alma. Existe un premio final para aquellos Paladines del Caos que muestran una total devoción hacia los oscuros Dioses del Caos. Si el Paladín sobrevive al sinfín de batallas, a devastadoras mutaciones concedidas por sus amos, y consigue el favor de los inconstantes dioses, será recompensado. El dios del Paladín lo convertirá en un Príncipe Demonio, condenado para toda la eternidad a la oscuridad.

Madail, Sacerdote Oscuro Demoníaco por John Gravato príncipe demonio

Los Príncipes Demonio son poderosos más allá de toda comprensión. Han superado las triviales preocupaciones humanas, alcanzando el máximo nivel de poder, logrando la inmortalidad, y convirtiéndose en los enemigos de todo lo vivo. Hay muchos que se adentran en el camino de la condenación con la vana esperanza de conseguir el favor de los dioses, pero por cada Paladín que alza su cabeza y ruge su triunfo a los cielos como nuevo Príncipe Demonio, incontables millares perecen en los campos de batalla o terminan sus vidas como un Engendro del Caos sin mente.

Algunos consideran a los príncipes demonio incluso más peligrosos que los grandes demonios, ya que los primeros conservan gran parte de su individualidad e independencia a diferencia de otros demonios que solo son meros fragmentos e instrumentos de la voluntad de sus amos. De hecho, algunos de los príncipes demonio más antiguos y poderosos son adorados como deidades. Estos se convierten en dioses locales para los habitantes de las aldeas y tribus: actúan como intermediarios de su deidad protectora y sus palabras y acciones se consideran palabras y acciones de los propios Dioses Oscuros. Pese a ello, solo un príncipe demonio demente podría llegar a pensar que es más poderoso que los propios dioses.


Rostro Príncipe Demonio 5ª

Además de transformarse en un príncipe demonio, un sirviente de los Dioses Oscuros puede llegar a ser poseído por el espíritu de un demonio. Estas criaturas no son tan poderosas como los príncipes demonio, pues deben emplear gran parte de su energía en mantener su vínculo con el reino mortal. Se les denomina demonios mayores y suelen acompañar a los príncipes demonio y a los grandes demonios en la batalla, aunque también suele ocurrir que un paladín del Caos de órdenes a un demonio mayor. Los príncipes demonio y los demonios mayores son tan variados como los mismos paladines del Caos.

Aspecto

Los Príncipes Demonio son inmensamente grandes, destacando sobre las criaturas menores; sus cuerpos han sido trasformados para adoptar una forma que agrade a su amo. Empuñan armas arcanas, muchas veces de naturaleza mágica, y están adornados con joyas cubiertas con los símbolos y las runas de su dios.

Principe demonio rostro

La variedad de aspecto entre los Príncipes Demonio es casi infinita, tanto en poder como en forma, según los antojos de sus dioses protectores. Algunos portan los regalos que recibieron cuando eran paladines, como brazos adicionales, tentáculos o piel escamosa, aunque hay características que comparten prácticamente todos los Príncipes Demonio. Por algún extraño efecto de la demonización, todos ellos tienen cuernos torcidos, unas garras asesinas y una cola retorcida y en forma de látigo. Igualmente, casi todos nacen con unas enormes alas, uno de los signos de los demonios, con las que pueden atravesar volando el campo de batalla para descargar sobre sus enemigos toda la potencia de sus armas. Aunque no necesitan armas (en muchos aspectos el propio Príncipe Demonio lo es) la mayoría de ellos llevan espadas gigantes saturadas de energía del Caos en estado puro o con el espíritu de algún demonio inferior.

Después, dependiendo de la deidad a la que sirvieran en vida mortal, adquieren características determinadas como reflejo de la naturaleza de su dios patrón. Algunos de ellos son guerreros temibles, en particular los príncipes demonio de Khorne, que pueden ser terribles criaturas, en un constante estado de ira, o puede tratarse de poderosos guerreros llenos de disciplina y orgullo marcial. A los seguidores de Tzeentch que son elevados a la categoría de demonios muchas veces les son concedidos poderes de hechicería y sabiduría arcana. Los Príncipes Demonio de Slaanesh habitualmente son bendecidos con el don de la belleza física divina, incluso si sus almas son malignas y corruptas. Son los Príncipes Demonio de Nurgle los más transformados. Sus cuerpos podridos devastados por la plaga están inflados y hieden, recubiertos de mugrientos ropajes y armaduras oxidadas, y derraman pestilencia por donde pasa.

Príncipes Demonio de los Dioses del Caos

Príncipes de Khorne

Archivo:Príncipe Demonio de Khorne.png

Para complacer a Khorne, un mortal tiene que convertirse en un asesino de hombres, matando a sus enemigos sin compasión o asesinando y cazando a los usuarios de la magia. Si un mortal se encuentra digno a los ojos de Khorne, sufre una transformación. El sujeto recompensado con la demonicidad crece en tamaño, convirtiéndose en una terrible criatura más de metros de alto y tremendamente fornidas, con músculos duros como el hierro. Le brota cola, cuernos y garras temibles, y aquellos regalos de Caos y mutaciones que ganara a lo largo de su vida permanecen, sólo más grandes para adaptarse a su nuevo tamaño.

Los Príncipes Demonios de Khorne están lejos de ser uniformes, ya que cada uno representa la personalidad y las características de los campeones que fueron una vez en la vida, pero hay algunos factores que tienen en común. Muchos de ellos tienen grandes alas coriáceas como las de un Devorador de Almas, pieles escamosas de color de sangre, y cabezas de enormes perros de presa. Muchos príncipes demonios llevan armas arcanas o piezas de armadura mágica. Debido a que Khorne es el patrón de los guerreros, sus servidores demoníacos son aún más propensos a llevar equipamiento bélico que los Príncipes Demonios de los demás dioses. Como todos los Servidores del Dios de la Sangre, sus príncipes demonios nunca usan magia, y pueden usar objetos que los protegen de hechizos como los Collares de Khorne.

Príncipes de Nurgle

Príncipe demonio de Nurgle by adrian-smith

Los Campeones del Caos que destacan al servicio a Nurgle, llevando la peste y la ruina a las tierras civilizadas, a veces son recompensados por su patrón. Los que no tienen suerte perecen por sus enfermedades, o son afectados por tantas mutaciones que involucionan a Engendros del Caos. Unos pocos favorecidos son llevados ante el mismo Nurgle, y si sobreviven a los terrores de su asqueroso jardín, los eleva a la demonicidad. Su cuerpo se agranda, surgiéndo de su forma cambiante cuernos, garras, cola y, en ocasiones, alas. Todo tipo de contagio eclosiona sobre su nuevo cuerpo, atesorando cada quiste de infección y ampolla escabrosa. Nurgle les concede una espada demoníaca capaz de cortar la carne con un simple toque.

Los Príncipes Demonios de Nurgle suelen permanecer en la fortaleza de su señor como sus criados devotos, aunque a veces vuelven a su vieja tribu en los Desiertos del Caos. Lideran a sus antiguos compañeros a la batalla, temidos y reverenciados como verdaderos dioses, pero en realidad no son más que esclavos del Señor de la Peste, condenados a servir a todos sus caprichos.

Príncipes de Slaanesh

Príncipe Demonio arrasando Imperio por Adrian Smith

Relatos del Liber Malefic nos hablan de cómo en algunas ocasiones grandes guerreros, consumidos por sus deseos y tentaciones, fueron transformados literalmente delante de otros. En el momento de la asombrosa transformación final, la piel se les cae del músculo, sus hueso se remodelan, y les brotan a la superficie alas, cuernos, y toda clase de apéndices asquerosos, disfrutando de la gloria de su decadente amo. A menudo tres veces o más altos que antes, estas criaturas inspiran con razón pensamientos del terror absoluto. Una vez que en tal estado, estos campeones favorecidos también menosprecian su mortalidad, destinada a servir a su dios para la eternidad. Adquieren una intensa sed de almas y arrasan los reinos mortales y demoníacos, cazando a los enemigos de su amo.

Perversos como cualquier otro seguidor de Slaanesh, estos Príncipes Demoníacos están retorcidos en una forma más agradable a su amo. Mientras comparten rasgos comunes como alas, fuertes colas y garras afiladas, los Príncipes Demonio de Slaanesh son flexibles y mucho más agraciados en sus acciones que los príncipes Demonio que sirven a los otros poderes ruinosos. Pueden incluso llevar finos trajes o armaduras en una vil burla de su aspecto original. Su armadura a menudo está imbuida de runas repugnantes, y su potente armamento es de naturaleza antigua y mágica, capaz de atravesar la carne con la mayor facilidad. Aún más que las criaturas de los otros Poderes Ruinosos, un Príncipe Demonio Slaaneshi estará a la vanguardia de su ejército, azotando a sus tropas a la lujuria de la batalla, acariciando sus sentidos con palabras y desgarrando la carne con magistrales golpes.

Príncipes de Tzeentch

Príncipe Demonio Tzeentch cinemática warhammer Mark of Chaos

La principal ambición de cada adorador mortal de Tzeentch es lograr el poder supremo y ser elevado al rango de Príncipe Demonio. Sin embargo, sólo los más traicioneros, engañosos, manipuladores y dedicados de los siervos de Tzeentch lograrán esta gloria. Cuando un mortal se transforma en un Príncipe Demonio, alcanza un tamaño inconmensurable, y le brota una larga y serpenteante cola de carne musculosa. Sus manos y pies se convierten en garras temibles, y grandes cuernos surgen de su cráneo distendido.

Sin embargo, estos rasgos distintivos son las únicas similitudes que comparten los Príncipes Demonios de Tzeentch, ya que sus personalidades, rasgos e incluso mutaciones que recibieron en su vida anterior pueden dictar el resultado de su transformación, siendo infinitamente variados en forma y matiz. Estos príncipes demonios son poderosos conjuradores, muchos de los cuales han sido brujos o poderosos señores de Tzeentch antes de su renacimiento demoníaco. A menudo tienen enormes alas emplumadas similares a las de los Señores de la Transformación. Un Príncipes Demonios es tan grande y poderoso que puede matar a un hombre con un golpe fortuito de sus garras asesinas, pero la mayoría de ellos llevan una espada ornamentada o un cetro lujosamente decorado, para asesinar mejor a sus víctimas.

Los Príncipes Demonios de Tzeentch son inferiores en poder y prestigio unicamente a los Señores de la Transformación, pero conservan mucho de su individualidad, y no son meras extensiones de la voluntad de su señor de la misma forma que los estos demonios de Tzeentch. El hecho de que fueran una vez mortales les permite a los Príncipes Demonios una comprensión mucho mayor de aquellos que los sirven, y usan sin piedad este conocimiento para corromper y manipular a sus peones para alcanzar sus metas. Como seres conscientes que son tanto en el reino físico como en el mágico, pueden percibir las diversas hebras del destino con una habilidad que ni siquiera los más favorecidos de los vasallos mortales de Tzeentch pueden competir.

Miniaturas

Imágenes

Fuentes

  • Ejércitos Warhammer: Hordas del Caos (6ª edición).
  • Ejércitos Warhammer: Demonios del Caos (7ª edición).
  • Warhammer Fantasy JdR: Liber Carnagia (3ª Ed. Rol).
  • Warhammer Fantasy JdR: Liber Mutatis (3ª Ed. Rol).
  • Warhammer Fantasy JdR: Liber Ecstatica (3ª Ed. Rol).
  • Warhammer Fantasy JdR: Liber Infectus (3ª Ed. Rol).