Con un chasquido de los dedos del chamán, una masa de efímeras arañitas salen correteando de sus ropas sucias para arrollar a sus enemigos cercanos, picando mientras avanzan. Mientras el chamán sigue rezando, quienes que se encuentran en el área de efecto tendrán algunas dificultades para realizar cualquier acción debido a las numerosas distracciones causadas por la plaga de arañas místicas que recorren su cuerpo.