
Su distinguida alteza Piggalo I.
Piggalo I fue un cerdo que fuera elegido como Príncipe de Tobaro en el 1877 CI, conservando trono durante 12 años.
Historia[]
La familia Marcelli fueron príncipes de Tobaro durante siglos y su reinado se considera una época dorada de la cultura de la ciudad. Su gobierno llegó a su fin en 1877 cuando estalló una disputa de secesión tras la muerte de Antonio Marcelli III. Existían varios candidatos elegibles que conspiraban unos contra otros para reclamar el título de Príncipe.
La guerra civil se pudo evitar cuando el vidente de la corte profetizó que el siguiente Príncipe de Tobaro estaba destinado a tener un horrible final. La crisis por la secesión terminó en el acto, ya que de repente nadie quería el puesto, y para no jugársela, los rivales acordaron elegir a un cerdo como Príncipe para que presidiera el consejo de ciudadanos, ¡al menos hasta que la profecía tuviera lugar!
No ocurrió nada: pasaron los años y el cerdo, al que habían nombrado como Piggalo I, continuó presidiendo el consejo luciendo sombrero principesco y la cadena de su cargo, y bajo su benevolente reinado, Tobaro disfrutó de años de paz, libre de las maquinaciones y maniobras de los Marcellis, que regresaron a lo que mejor se les daba: el comercio. El resto de presuntos aspirantes al principado empezaron a impacientarse, así que uno de ellos planeó matar al cerdo. Entonces, sus rivales le indicaron que cualquiera que matara al cerdo estaría cometiendo traición ¡y, por tanto, sería ejecutado!
El cerdo continuó reinando durante largos doce años; hasta que un día, mientras inspeccionaba la guardia, ¡cayó desde el borde de uno de los acantilado de Tobaro al mar! Abundaron los rumores de que se trató de un asesinato y un gran número de sus cortesanos fueron arrestados bajo sospecha de traición. Para entonces, sólo uno de los contendientes seguía vivo, por lo un nuevo príncipe humano fue elegido, que asumió el cargo sin oposición, y la corte regresó rápidamente a los anteriores politiqueos.
Ahora la tradición dicta de que un cerdo también puede ser uno de los pretendientes al principado, y los otros candidatos suelen adoptar cerdos como mascotas de la suerte. Hasta la fecha, ningún cerdo han vuelto a ser elegido, pero los príncipes son siempre se muestran cautelosos ¡para no volver a ser vergonzosamente usurpados por un cerdo!
Fuentes[]
- Ejércitos Warhammer: Mercenarios (5ª Edición), pág. 78.
- Warhammer Fantasy JdR: The WFRP Companion (2ª Ed. Rol), págs. 80-81.