
Para los Hombres Bestia, los más sagrados de todos los oscuros lugares que en los bosques son las llamadas Piedras de la Manada, también denominadas Pilares del Rebaño.
Estas piedras, a las que también se las conoce con el nombre de Corazones del Caos, son sagradas para los Hombres Bestia y junto a ellas se apilan todo tipo de ofrendas para aplacar a los dioses o para ganarse su favor: armas, armaduras y estandartes capturados e incluso los cuerpos mutilados de enemigos.
Descripción[]

Las Piedras de la Manada son monolitos de aspecto crudo y amenazador a los que adoran. Los Pilares del Rebaño suelen ser salientes rocosos o antiquísimos fragmentos de meteorito, tallados por los Hombres Bestia en forma de columnas llenas de cráneos, bocas retorcidas, runas escritas en la lengua oscura del Caos y demás imaginería que hace daño a la vista de cualquier criatura con cierta sensibilidad. Los campamentos de los Hombres Bestia suelen construirse junto a alguna de las Piedras de la Manada de todas las que hay diseminadas por los bosques más tenebrosos. Son una parte integral de las creencias de los Astados, y sirven de punto de reunión para sus manadas de guerra.
A los pies del monolito pueden encontrarse grandes pilas de ofrendas, por lo general oxidadas armas y armaduras arrebatadas a enemigos derrotados hace ya mucho. El sucio del claro boscoso donde se alza el Pilar del Rebaño suele estar cubierto por una alfombra de huesos que puede superar el palmo de altura; son los restos de los prisioneros que han sido capturados en batalla y luego sacrificados por los Chamanes del Rebaño a mayor gloria de los Poderes de la Corrupción. Muchas de las piedras de la manada descubiertas en las regiones salvajes están rodeadas de huesos, madera calcinada y estiércol. La propia roca, tiznada de humo, suele ostentar el símbolo o runa del hombre bestia que la erigió.

Para reunir a los rebaños, se enciende un gran fuego en el anillo que rodea una piedra de la manada. A menudo, los chamanes del rebaño arrojan al fuego hierbas que alteran la mente y que hacen que el humo que se alza en el cielo adquiera extraños y vivos colores. Este fuego se alimenta con madera y carroña y se mantiene encendido varios días. Durante las siguientes noches, otros Hombres Bestia se irán acercando a la piedra sagrada, atraídos por el fuego y el olor a grasa quemada; cada caudillo garabateará su nombre en la piedra de la manada con su versión particular de la Lengua Oscura, también conocida vulgarmente como Lengua de las Bestias, tras lo cual su rebaño se acomodará en el campamento.
Las celebraciones y festivales más importantes de los Hombres Bestia acontecen alrededor de las piedras de la manada. Se trata del único lugar en el que las manadas pueden reunirse sin que se peleen entre sí. Aquí se celebra el Festín del Campeón, donde se consume la carne de los caudillos muertos durante un desafío.
Localización[]

Las Piedras de la Manada siempre son erigidas en lugares de hondo significación mágica, por lo general a partir de uno de los siniestros meteoritos que hace muchos milenios trajeron a la vida a los propios Hombres Bestia. Las piedras de la manada suelen estar ocultas en los lugares más oscuros e inaccesibles del bosque, dentro de cuevas o en valles lejanos, y en sus inmediaciones casi siempre hay rebaños de Hombres Bestia y tribus de Minotauros.
Mantener en secreto las piedras de la manada es crucial para la doctrina espiritual de los Hombres Bestia. A veces, los minotauros especialmente poderosos adoptan el papel de protectores de las piedras de la manada y se convierten en los guardianes de los altares más sagrados de los Hombres Bestia.
La mayoría de Pilares del Rebaño se localizan en puntos muy alejados de cualquier asentamiento humano, porque los humanos saben de sobras que ninguno de sus enclaves cercano a un Pilar del Rebaño ha logrado aguantar más de una estación sin ser destruido. Cualquier intrusión humana a menos de un centenar de leguas de un Pilar del Rebaño hará que todos los rebaños de la región se abalancen con una furia ciega sobre el asentamiento del que provienen dichos intrusos.
Imágenes[]
Fuentes[]
- Ejércitos Warhammer: Bestias del Caos (6ª Edición), pág. 14.
- Ejércitos Warhammer: Hombres Bestias (7ª Edición), pág. 10.
- Warhammer Fantasy JdR: Tomo de Corrupción (2ª Ed. Rol), pág. 107.