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Trasfondo Antiguo
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Los denominados Perros del Templo son enormes estatuas guardianas de piedra que vigilan las entradas de los templos en las tierras de Nippón y Catai.
Descripción[]
El aspecto de un Perro del Templo recuerda un cruce entre un pequinés gigante y un león. En tiempos de guerra, el poder de los dioses del templo se canaliza en las estatuas para animarlas y dotarlas de vida. Se considera un gran honor cabalgar sobre este animal divino, pues es una indicación de que su jinete cuenta con el favor de los dioses. Un Perro del Templo tiene el tamaño de un caballo, y dada su naturaleza pétrea, conserva algunas de las propiedades de la piedra, dándole una piel muy dura y un enorme peso.
Miniaturas[]
Fuente[]
- Warhammer: Armies (3ª Edición), pág. 26.