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Paso del Fuego Negro arte conceptual Warhammer Total War

El mayor y más famoso de todos los pasos de las Montañas Negras es aquel al que los Enanos bautizan como Haz-Drazh-Kadrin en Khazalid, aunque es mucho más conocido como el Paso del Fuego Negro. El Paso se encuentra al sureste del Imperio, en la provincia de Averland, conectando con los Reinos Fronterizos y los territorios del este.

El Paso del Fuego Negro es uno de los hitos de mayor importancia histórica, política y espiritual del Viejo Mundo. Fue aquí donde Sigmar unió a las tribus de humanos para desafiar a los pieles verdes y asegurar las tierras del norte. Más de dos mil quinientos años después, sigue siendo una importante ruta comercial hacia el Imperio desde el sur y un riesgo significativo de invasión por parte de los pieles verdes.

Descripción[]

Desfiladero Perdido - Imperio en Ruinas

El Paso del Fuego Negro es un profundo precipicio que atraviesa las Montañas Negras, que se formó hace mucho tiempo cuando violentas erupciones volcánicas partieron las Montañas Negras en dos. Hoy en día, este abismo es una espeluznante grieta cubierta de fantasmales paredes de lava solidificada, y bellos y altos acantilados negros de cristal volcánico pulido.

Las escarpadas, amenazadoras y altas paredes de roca negra del paso se abren para formar un valle más o menos en la mitad de su recorrido. Las escarpadas laderas tienen una pátina ligeramente vidriosa que refleja el sol cuando está bajo en el cielo. De sus grietas en la base de los acantilados surgen extraños vapores de color negro que se alzan hacia el cielo.

El paso ha sido durante mucho tiempo un lugar de gran importancia estratégica, siendo la ruta preferida de los invasores Orcos para atravesar las montañas y también es la principal ruta entre el Imperio y las escasamente pobladas tierras de los Reinos Fronterizos. Además, la Vieja Carretera Enana atraviesa el Paso del Fuego Negro. Por ella transitan mercaderes y caravanas procedentes de los Reinos Fronterizos y de más al este, mercenarios del sur y una gran variedad de nobles, refugiados y todo tipo de personas. Los soldados de Averland patrullan el extremo norte y los Enanos aún lo vigilan en toda su longitud, aunque son pocos y cada vez es más difícil vigilar la actividad de los pieles verdes en las montañas.

Uno puede recorrer la ruta de la Vieja Carretera Enana hasta los bosques de los Reinos Fronterizos y llegar hasta las puertas de la gran fortaleza Enana de Karaz-a-Karak, uniendo el Imperio con los reinos de los Enanos. Allí, la Carretera Enana se convierte en la Carretera de la Plata, y recorre las Montañas del Fin del Mundo, emergiendo del Desfiladero de la Roca Muerta al pie del Monte Lanza de Plata en las Tierras Oscuras.

Ciudadela de Karaz-a-Karak

La importancia geoestratégica del paso no es nada exagerada; pues es una de dos rutas más importantes que atraviesan el imponente anillo montañoso que protege las fronteras orientales del Imperio. La otra ruta, situada al norte, es el largo y antiguo Paso de los Picos, que va desde Ostermark y pasa por Karak-Kadrin, o la Torre de los Matadores. El Paso del Fuego Negro siempre ha sido una espada de doble filo debido a esta escasez de rutas accesibles a través de las montañas. Es a la vez un agujero en la armadura del Imperio, pues es la ruta preferida de los ejércitos invasores; y también una ruta de vital importancia, ya que es un camino comercial esencial que conecta al Imperio con los restantes Karaks Enanos, Tilea y los anárquicos Reinos Fronterizos.

El Paso del Fuego Negro se encuentra en el centro de un triángulo, en cuyos vértices se encuentran tres grandes Karaks Enanos. Al norte, tallado en los acantilados cerca de Agua Negra, se encuentra Karak-Varn, la Fortaleza del Lago. Las montañas alrededor del karak son ricas en gromril, un metal meteórico muy apreciado por los Enanos, lo que enriqueció a Karak Varn como resultado. Sin embargo, la prosperidad del Karak-Varn no duró. Unos mil quinientos años antes de la coronación de Sigmar, salvajes terremotos sacudieron las Montañas del Fin del Mundo y Agua Negra se requebrajó, inundando los niveles inferiores del Karak. Como perros salvajes percibiendo la debilidad de su presa, un poderoso contingente de skavens invadió la ciudad a través de sus túneles subterráneos mientras una vasta horda de pieles verdes atacó desde la superficie, cada uno decidido a aprovechar la tragedia para reclamar el karak como suyo. Los debilitados Enanos no tenían fuerzas para resistir y la ciudad fue conquistada, para nunca ser reclamada.

Guía Enano por Pat Loboyko

Al sureste se encuentra Karaz-a-Karak, el Pico Eterno, la antigua capital del antiguamente poderoso Imperio Enano. El Señor del Pico Eterno es el Gran Rey de todos los Enanos, y los clanes nobles de la ciudad fortaleza remontan sus árbol genealógico hasta los mismos dioses ancestros. El Gran Libro de los Agravios y el Libro del Recuerdo, poderosas herencias de los Enanos, descansan en la fortaleza. Se dice que Karaz-a-Karak nunca ha caído, y cuando uno pone sus ojos en sus formidables defensas es fácil, creerse estas historias, pues los Enanos nunca alardean por nada.

Por último, al suroeste se encuentra Karak-Hirn, la Fortaleza del Cuerno. Nombrado para el sonido aterrador causado causada por los vientos que soplan a través de una cueva enorme en el corazón del karak. Los Enanos utilizan este peculiar fenómeno natural para convocar a guerreros y para advertir a ootros asentamientos de cualquier amenaza inminente. Con el paso de los años, los habitantes de la Fortaleza del Cuerno han construido cámaras de resonancia y enormes puertas para cambiar el tono y la duración del sonido e incluso han aprendido a encender hogueras en las profundidades de la ciudad para hacer sonar la nota a voluntad.

Jinetes Lobo Goblins atacando carruaje

Gracias a la victoria final de Sigmar sobre las tribus Pieles Verdes, el Imperio se estableció como una gran potencia y el Paso adquirió una mayor importancia económica, así como militar. El Paso del Fuego Negro en un enlace entre el Imperio y sus vecinos, especialmente con Tilea al suroeste, y con el tiempo hombres y bienes comenzaron a fluir libremente entre las dos naciones. El paso es también la única conexión del Imperio con los escasamente poblados Reinos Fronterizos, tierras salvajes y salvajes fuertemente disputadas y bajo constante amenaza de las tribus de Orcos y Goblins. El comercio depende en gran medida del ascenso y caída de numerosos y pequeños reinos y ciudades, pero al Imperio le interesa que los Reinos Fronterizos se mantengan firmes, porque si caen el Imperio puede encontrarse bajo asedio.

Averland ha prosperado como resultado de su proximidad al paso, enriqueciéndose gracias al comercio que fluye a través de las montañas. Las mercancías son llevadas a Averheim, y luego por río hasta Nuln. Sin embargo, esta prosperidad está siempre mancillada por el conocimiento de que Averland, y por ende el propio Imperio, siempre serán vulnerables a invasiones procedentes del Paso del Fuego Negro.

Historia[]

Portada La leyenda de Sigmar Heldenhammer por Jon Sullivan Orcos

El Paso del Fuego Negro ha sido el escenario de muchas batallas a lo largo de la historia, por lo que este lugar está lleno de espadas y corazas roñosas y huesos descarnados, pertenecientes a las víctimas de las innumerables batallas que han ocurrido en ese lugar.

Para los antiguos Enanos, Haz Drazh Kadrin era una importante ruta a través de las montañas y testigo de varias batallas contra los Asur durante la Guerra de la Venganza. Hoy, las paredes muestran este legado, desde las tumbas y los reductos en ruinas de los montañeses hasta las colosales estatuas de los dioses ancestrales, curtidas por milenios y desfiguradas por los invasores.

Para el Imperio, esta profunda grieta en la roca es conocida por ser el emplazamiento de una batalla épica, y la más significativa de todas, en la que Sigmar se impuso a las hordas de pieles verdes y en el que fue proclamado emperador.

En el Paso del Fuego Negro, un gran contingente de Enanos liderados por el Gran Rey Kurgan Barbahierro se unió al ejército humano a las órdenes de un joven Sigmar, para enfrentarse y finalmente destruir una gran horda de pieles verdes. Después de la batalla, el rey Barbahierro pronunció un gran juramento por el que los Enanos se comprometieron a proteger los accesos de las montañas orientales a las tierras de los hombres. En el año siguiente, Sigmar fue proclamado primer emperador, uniendo las tribus dispersas de seres humanos bajo una misma bandera.

La historia del sur del Imperio está ligada al paso del Fuego Negro. Tras la victoria de Sigmar, los brigundianos juraron proteger la boca del paso. Los ciudadanos del Imperio se han asentado en el Paso del Fuego Negro, y el gobernante de Averland ha heredado el título de ‘Protector del Fuego Negro’, que conlleva un gran significado para los Enanos y el Culto de Sigmar.

El sitio de la antigua batalla donde Sigmar luchó es un importante lugar de peregrinación, y sacerdotes y peregrinos acudieron en masa al paso, construyendo multitud de santuarios, templos y estatuas conmemorativas a Sigmar, Kurgan y el resto de héroes de aquella batalla a lo largo del paso.

Orcos y goblins también han dejado su huella. Crudas efigies de piedra de sus dioses se erigen como centinelas, cubiertas por la hierba de las montañas. Hay montículos de cráneos de pieles verdes que atestiguan la muerte de muchos Enanos y soldados del Imperio. A lo largo de dos mil quinientos años, innumerables invasiones han desgarrado el paso, incluyendo la horda de Gorbad Garra’ierro en el 1709 CI y, más de setecientos años después, las fuerzas del señor de la guerra goblin, Grom el Panzudo.

A pesar del poderío de las patrullas del Imperio y del apoyo de los aliados Enanos, el paso de Fuego Negro volverá a ver inevitablemente una invasión.

Elementos[]

Santuario de Sigmar[]

Templo de Sigmar por Jonathan Kirtz

El paso se estrecha por un corredor dentado de roca retorcida. Todo es sombrío y oscuro. La luz del sol apenas penetra y los zarcillos de vapor negro se deslizan de los respiraderos en la roca para retorcerse y danzar bajo los pies de los viajeros. Decenas de cadáveres de Pieles Verdes cuelgan de árboles atrofiados que bordean el camino, sirviendo de advertencia contra los de su raza. Sin embargo, junto a ellos, también se pude ver el cadáver colgado de algún mutante o servidor de los dioses oscuros, con las palabras Caos escrita a cuchillo en el pecho.

No muy lejos de aquí se encuentra un Santuario a Sigmar. Es un edificio algo sencillo, pero no menos inspirador a pesar de la falta de ostentación. Un marco de resistente roble había sido colocado cuidadosamente en una pequeña grieta en la roca, entre dos y tres metros de altura. De esta manera está al abrigo de lo peor de los elementos. La madera oscura había sido intrincadamente tallada con escenas de la primera gran batalla del Paso del Fuego Negro, y aunque la mayor parte del detalle había sido desgastada por el paso del tiempo, se puede identificar claramente la furiosa carga final de Sigmar. El marco también está decorado con decenas de sellos de color rojo rubí, con los pergamino llenos oraciones bailando alegremente con la brisa, susurrando sus liturgias al cielo.

En el centro del Santuario hay una escultura de Ghal Maraz, el poderoso martillo de guerra cubierto de pan de oro que ha visto mejores días. Junto a él hay una cepillo estampado con la cruz de Sigmar y toscamente forjado con una sola pieza de estaño. Frente al Santuario hay filas de velas colocadas simples estantes de hierro que iluminan el lugar con haces de luz dorada y parpadeante.

Ídolos Pieles Verdes[]

Ídolo Orco por Jonathan Kirtz

De tanto en cuanto se puede encontrar ídolos de los dioses Pieles Verdes. Bandas de asaltantes Orcos y Goblins recorren el lugar para atacar a aquellos que atraviesan el paso, asesinando a todos, saqueando lo que pueden y destrozando sin pudor lo que no se pueden llevar. Las patrullas imperiales y Enanas siempre destruyen estas blasfemias en cuando tienen ocasión, pero con el tiempo los pieles verdes volverá a erigir otros.

Los ídolos suelen ser de un tamaño prodigioso, construido con cualquier material aprovechable, desde maderos hasta estiércol, alrededor de un afloramiento rocoso, hasta levantar un ídolo con el burdo aspecto de una cabeza de orco, aunque con sus facciones tremendamente exageradas: la frente suele ser pequeña y afilada y la mandíbula enorme, llena de estacas y/o pedazos dentados de roca, aunque no se sabe si esto es parea representar toscamente los dientes o para mantener fija la estructura. En las profundidades de sus fauces se dejan ardientes antorchas, que parpadean misteriosamente por la noche, proyectando sombras fundidas que emergen a través de la estructura.

Los ídolos suelen estar adornado con pintadas y las palabras mal escritas como una vil burla del Reikspiel. Armas rotas, cadáveres y otras ofrendas (desde baratijas a uniformes de las tropas de Averland, incluso muñecas de juguete) son ofrecidas a los salvajes dioses Pieles Verdes, amontonan alrededor de la base de los ídolos.

Templo Enano[]

Tras recorrer un túnel, se llega a una gran caverna llena de centenares de pilares, de más de siete metros de diámetro. Unos cuantos continúan de pie, pero la mayoría se ha desmoronado, y sin ellos el techo está algo hundido. Los escombros están esparcidos y la esquina sureste se había derrumbado por completo. Este lugar solo puede describirse como un templo, tal vez de unos seiscientos cincuenta metros de largo por apenas sesenta y cinco de ancho. En un extremo hay un estrado o altar de algún tipo. Se pueden encontrar runas Enanas en todas partes, aunque están demasiado gastadas como para que se pudieran leer con cierto grado de precisión.

Hay numerosas numerosas estatuas alienadas de Guerreros Enanos, todos vestidos con parafernalia bélica. Son dos veces más alto que un hombre, aunque sólo la mitad son reconocibles pues la mayoría se habían desmoronado o transformados en polvo. Parecen estar ordenados cronológicamente, porque la complejidad de la armadura y la magnificencia de sus armas disminuyen cuanto más se aleja del estrado. Dependiendo de las perspectiva, esta secuencia puede representar el declive de los Enanos, o visto en la dirección opuesta, la ascensión.

Además de estos desperfectos, por todo el entorno hay marcas de quemaduras, rastros de hollín, y un agujero irregular con restos de una roca de un color verde oscuro y espeluznante.

Fortalezas y torres de vigilancia[]

El paso del Fuego Negro tiene numerosas fortalezas y torres de vigilancia dispersas. A pesar de ser estructuras robustas, muchas de ellas muestran signos de deterioro, especialmente en las partes más profundas del paso que han estado descuidadas durante décadas. Están ocupadas de forma intermitente por la Guardia de la Montaña de Averland y los Bergjaeger, destacamentos de rurales que vigilan las montañas en busca de amenazas. Los viajeros pueden ser admitidos en estas pequeñas fortalezas durante la noche si su aspecto no es demasiado deshonroso o si pueden ser útiles en una pelea.

Lugares de Interés[]

Imágenes[]

Mapas[]

Fuentes[]