Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
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Horda del Caos por Adrian Smith Guerreros del Caos

Imagen ilustrativa

Muy al norte del territorio de Kislev, cerca del Territorio Troll, se eleva una oscura cadena de montañas. Sus enormes masas parecen talladas en los huesos pelados de la tierra, y presentan un aspecto desolado. Apenas hay copos de nieve cubriendo sus dentados picos; pero hay si hay una especie de película de aspecto aceitoso cuyos colores cambian y viran a la luz del sol. En torno a las montañas, reina un aire siniestro, amenazador, recordando a todos el hecho de que detrás de ellas se extienden los territorios que limitan con los Desiertos del Caos.

En este lugar hay una brecha que parece haber sido creada en la barrera montañosa por el hacha de un gigante. Como la bostezánte boca de un demonio gigantesco, el Paso de la Sangre Negra se abre en la vasta masa rocosa. El paso en sí mismo es rocoso e inhóspito, rodeado por las altas montañas y picos de extraño brillo. Cualquiera que se atreva a estudiar esta brillantez de los picos más bajos, notará que la sustancia rielante que los corona resulta difícil de mirar. Los ojos se deslizan por ella como un hombre sobre el hielo, y descubrirá que no podrá enfocar de verdad los picos más cercanos. Este es el primer indicio de la extraña influencia del Caos en el lugar, y desde luego no el último. Ahí y allá, hay piedras de extrañas formas a lo largo del sendero, muchas de las cuales tienen esqueletos y cadáveres deformados, sujetos a las rocas mediante cadenas, que pueden ser tanto sacrificios humanos dejados allí por los Guerreros del Caos, como señales de advertencia dejadas por los kislevitas.

Junto al Paso Elevado, el Paso de la Sangre Negra es una de las principales rutas empleadas por los caóticos habitantes de los Desiertos del Caos para lanzar incursiones sobre las tierras de los Kislevitas. Por este motivo, los diversos zares y zarinas han situado cerca de la entrada numerosos puestos avanzados y bastiones como protección, siendo el más importante el Fuerte Straghov. No puede deducirse ningún ritmo ni razón para las incursiones. No importa si se está en pleno verano o en lo más frío de los inviernos; los servidores del Caos aparecen en cualquier momento. Ni siquiera puede saberse cómo será la siguiente amenaza a enfrentarse. A veces, son partidas de Bárbaros, en otras, Hombres Bestia, y en ocasiones surgen cosas aún peores como monstruos deformados y retorcidos e incluso Demonios.

Independientemente de la naturaleza de la amenaza que surga del Paso de la Sangre Negra, el mejor curso de acción de los Kislevitas es estar preparados para luchar en cualquier momento y mantener un sistema de almenaras que se extiende desde el paso. Cuando se encienden, todos los aldeanos en las cercanías saben que deben huir a sus poblados y cerrar las puertas de las murallas, y todas las patrullas de jinetes que recorren estos territorios saben que deben retirarse y reunirse en las fortalezas de los boyardos para prepararse y hacer frente a la amenaza.

Fuentes[]

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