 |
El trasfondo de esta sección o artículo se basa en la campaña de El Fin de los Tiempos, que ha sustituido la línea argumental de La Tormenta del Caos.
|
Grimgor Piel'ierro
Malekith cayó de la espalda de Seraphon. El señor de la guerra orco estaba a menos de una docena de pasos de distancia, su hacha cortaba a través de lo último de la Guardia del Fénix. Preparándose, el Rey de la Eternidad caminó directamente hacia su enemigo, con la espada levantada.
Un orco surgió de la lucha a la izquierda de Malekith. Gritó un desafío ininteligible, su saliva salpicando la armadura del Rey de la Eternidad. Luego se desplomó sin sentido cuando el puño del señor de la guerra lo estrelló a un lado. Claramente el orco negro no permitiría que ningún otro reclamara su victoria. Malekith no lo habría esperado de otra manera, y aceleró su paso hacia el señor de la guerra. Este era el momento en que descubriría si había leído el carácter del otro acertadamente. Si no lo había hecho, entonces perecería.
El orco rugió de nuevo cuando Malekith se acercó, pero el Rey de la Eternidad ignoró la exhibición brutal. Con rapidez y elegancia, el Rey de la Eternidad se hundió sobre una rodilla, con la cabeza inclinada y la espada ofrecida - el pomo primero - en la dirección del orco.
"Me rindo", anunció, la necesidad de las palabras no hicieron nada para suavizar su amargura.
El gigantesco orco se quedó paralizado, y Malekith se preguntó qué pensamientos recorrerían la pobre mente del bruto.
"Me rindo", repitió. "En mi nombre, y en el de la raza élfica".
El orco negro no respondió, al principio. Entonces sus labios se ensancharon en una sonrisa gruñida, y levantó su hacha por encima de su cabeza.
"¡GRIMGOR ES EL MEJOR!" gritó, volviendo la espalda a Malekith y golpeando con fuerza un puño contra su pecho blindado. El grito fue seguido a través de las ruinas de la casa gremial, mil voces de pielverde gritando la declaración como una sola.
"No", la voz de Malekith, dura y constante, cortó la proclama.
Grimgor se puso rígido. Bajó el hacha y se volvió, lenta y peligrosamente, para enfrentarse al Malekith arrodillado.
El Rey de la Eternidad igualó la mirada de un solo ojo del señor de la guerra con la suya. "Llegué a esta ciudad para derrotar a un siervo de los Dioses Oscuros. Los hombres rata y los norteños le sirven, a este Elegido. Busca destruir este mundo y todo lo que hay en él".
Grimgor gruñó amenazadoramente, pero su hacha se mantuvo baja.
"¿Cómo puede Grimgor ser el mejor, si el mundo muere por la mano de otro?" preguntó maliciosamente Malekith.
El señor de la guerra, frunciendo el ceño, profundizó en una expresión que Malekith tomó por un pensamiento desconocido. "¿Donde está?" retumbó el orco.
Malekith extendió un delgado dedo hacia el norte. "En el fondo de ese pozo", adivinó, luego presionó. "Te lo mostraré, si nos permites pelear a tu lado".
"Los orejas puntiagudas son débiles", gruñó Grimgor.
"Entonces no tenemos ninguna posibilidad de robar tu gloria", señaló Malekith, "y la oportunidad de demostrar que somos dignos de tu liderazgo".
Después de una larga pausa, una salvaje sonrisa cruzó los rasgos marcados del orco negro. Entonces, Grimgor hizo señas a Malekith para que se pusiera de pie. "Ven".
Oculto bajo su máscara, los labios de Malekith se curvaron en una sonrisa. Había sacrificado su orgullo, pero aún quedaba una esperanza de victoria. En cualquier caso, las promesas a las criaturas menores no tenían sentido. Si el orco sobrevivía las horas venideras, entonces habría un ajuste de cuentas entre ellos.
Prefacio | Expresión de Fuerza | Contendientes | La Caída de la Sombra | Parar a la Bestia | Muerte en el Mirador | Muere Bien | Choque entre Vida y Muerte | Último Abrazo | Lucha por los Huesos de Ulric | Otro Desafío | Tesoro en la Oscuridad | Los Últimos Momentos del Mundo | Tras la Batalla por Middenheim
Fuente[]
- The End Times V - Archaón