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Este artículo contiene información de Total War: Warhammer II
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"Ni los pináculos de la gloria y la caballería de Bretonia están a salvo de ser revividos como esclavos etéreos."
- —Anónimo
Hace muchas décadas, Cylostra era la cantante favorita de la corte real de Bretonia, una famosa intérprete que actuaba ante de reyes, nobles acaudalados y eminentes dignatarios. Dotada de una inmensa arrogancia, siempre que recorría las tierras de la caballería para dar alguno de sus conciertos, lo hacía acompañada por un séquito gigantesco de sirvientes y asistentes que se encargaban de satisfacer hasta el menor de sus caprichos.
Entre ellos se encontraban los desgraciados caballeros y paladines que debían protegerla en sus viajes, una tarea que solía recaer como castigo sobre quienes cometían algún delito o exhibían conductas que, aunque impropias del código de la caballería, tampoco eran merecedoras de una ejecución. Muertos hace tiempo, estos formidables jinetes no pudieron salvar a Cylostra de la muerte en la Lamprea, pero a veces el espíritu vengativo de la diva los convoca desde la otra vida para que vuelvan a servirla en el mundo tangible.