Al frente del Gran Templo de Sigmar, a través de la plaza central, se encuentra el Palacio Imperial, alzándose por encima de casi todos los demás edificios y desde casi cualquier lugar de Altdorf se pueden ver las espiras del Palacio Imperial. Representa uno de los dos centros de poder en el Imperio, siendo el otro el Gran Templo, equiparable en tamaño e influencia.
El Palacio Imperial es un complejo enorme y extenso, posiblemente el más grande de toda la ciudad. Los diversos edificios se extienden por un barrio amurallado del tamaño de una población, con una mescolanza de diferentes estilos arquitectónicos y de fortificaciones. En el interior de los muros de piedra blanca hay patios y jardines, donde los cortesanos conspiran y los sirvientes se apresuran en sus cometidos.
Lo más cerca que se permite acceder al público en general es la Kaiserplatz, una gran plaza abierta entre el palacio y el Templo Sagrado, donde el Emperador inspecciona a veces a sus tropas, y donde la Reiksguard realiza regularmente ejercicios de marcha (parte entrenamiento, parte recordatorio a la población de la fuerza y el poder de la guardia personal del Emperador).
Dinastías completas de sirvientes y líneas genealógicas de jardineros llevan generaciones viviendo intramuros, e incluso ellos se pueden perder en la confusión del palacio. No hay nadie que conozca todos y cada uno de los sótanos, pasadizos y escaleras olvidadas. Ninguna persona viva ha subido a todas las torres o explorado la longitud de todos los pasillos y desvanes.
Cuando Karl-Franz se encuentra en palacio, docenas de estandartes ondean sus colores desde los baluartes y la Guardia Imperial refuerza sus patrullas alrededor de los muros. Un pequeño ejército entre Reiksguard e infantería de Reikland patrulla el barrio. Hay ballesteros, pistoleros y alabarderos acuartelados en dos puntos diferentes de los terrenos. Cuando no hacen instrucción en una de las plazas de armas, los guardas protegen las puertas, los muros y los jardines. Cualquiera que busque problemas acabará encarcelado y castigado rápidamente.
Descripción[]
Aunque los príncipes de Reikland habían sido elegidos para el trono hace poco más de cien años, el palacio fue construido mucho antes. Algunos incluso dicen que una parte de la estructura data de la primera vez que Altdorf había sido capital del Imperio, muchos siglos atrás.
El edificio fue construido y reconstruido, ampliado y rediseñado según los diferentes usos que se le han dado a lo largo de los años. Este ritmo de expansión no hizo más que incrementar cuando los emperadores establecieron allí su corte y lo adaptaron como sede principal del gobierno. Se erigieron edificios independientes en las proximidades para estos propósitos, y, al ampliarse aún más el palacio, dichos edificios fueron conectados e integrados en la totalidad.
Muchos estilos arquitectónicos diferentes compiten entre sí por la dominancia. Por ejemplo, una antigua torre en el ala sur se apoya en un puente de granito fortificado que conduce a una masa gótica de piedra blanca de Altdorf y un racimo de altas espiras y chimeneas. Hay partes del edificio en mal estado de conservación y otras en un estado prístino, que se revocan y se pintan dos veces al año. Nichos, saeteras y bellos vitrales policromados salpican los muros. Múltiples columnatas, puentes cubiertos y escalinatas adornan los edificios y conectan las torres y los anexos con el palacio conocido como la Residencia.
Un antiguo arquitecto imperial describió el resultado como «una residencia donde los diferentes estilos arquitectónicos no estaban tanto reñidos entre sí como en abierto conflicto», y le había implorado al Emperador de su época que le concediera los fondos necesarios para construir un nuevo palacio partiendo de cero. Esos fondos, una vez reunidos, se gastaron en aquietar un levantamiento provincial, cosa que llevó al arquitecto a añadir al comentario anterior las palabras siguientes: «y, por tanto, el palacio es un símbolo del Imperio de lo más apropiado».
Simbolismos arquitectónicos aparte, esto hace que el palacio tenga áreas llenas de regios salones de recepción y elegantes aposentos, y otras que eran un laberinto de patios desordenados y pasillos serpenteantes, todo lo cual daba como resultado que sea un laberinto muy difícil de vigilar.
La parte septentrional del complejo está dominada por enormes edificios palaciegos, donde viven el Emperador y su familia. Los alojamientos del Emperador y las salas de audiencias dominan las torres orientales de la Residencia, donde Karl-Franz, sus hijos y la solitaria Emperatriz viven y, ocasionalmente, reciben visitas en habitaciones habilitadas para ello, terrazas interiores o jardines privados. Protegen estas cámaras los Altos Yelmos, un regimiento recientemente constituido de la Reiksguard. Cada antojo de la familia real es anticipado por un pequeño ejército de sirvientes de la casa, organizado alrededor de su propia (y barroca) estructura de mando. Por ejemplo, el Sumo Mayordomo de las Calzas del Emperador supervisa un regimiento de costureras y pajes cuya única responsabilidad es asegurarse de que cada par de medias o de calzones está impecablemente limpio y libre de agujeros.
La Corte Privada se reúne en la grandiosa Cámara de Estado. El gran salón está rodeado de muchas cámaras privadas y de rincones silenciosos donde los consejeros y sus asesores pueden discutir asuntos en secreto.
El núcleo duro de la zona septentrional del palacio es un bastión construido por los Enanos, que contiene la armería del Emperador y su sala de trofeos. Algunos de los artefactos que se guardan aquí están encantados o son peligrosos, como por ejemplo el Yelmo de Morkar, el primer Elegido del Caos. El propio Ghal Maraz se guarda aquí cuando el Emperador no lo requiere en combate o para una ceremonia. La armería está custodiada por salvaguardas mágicas poderosas, junto con los Custodios de los Armamentos, una orden exclusiva de tan solo una docena de caballeros dedicados a esta única tarea.
Los edificios septentrionales y la Residencia albergan muchos secretos. Hay salas olvidadas y escalinatas enladrilladas que conducen a desvanes polvorientos, bibliotecas abandonadas o cámaras vacías. Algunos sirvientes de la casa insisten en que hay toda una planta perdida, que Wilhelm II hizo sellar poco después de su coronación.
Las abejas a menudo importunan a los habitantes de la octava planta, pero no se ha encontrado colmena alguna. De hecho, hay un enjambre en un apiario largo tiempo olvidado, un lujo que se permitió el emperador Boris el Incompetente hace más de mil años. La baronesa bruja von den Linden fue emparedada viva en él, donde las abejas acabaron con ella. Los insectos siguen vivos, quizá poseídos por su espíritu inmortal.
Secciones[]
Entrada[]
La puerta que conduce de la Kaiserplatz al complejo del palacio se mantiene cerrada y custodiada por un par de caballeros de la Reiksguard, con brillante armadura de plata, espadas fantásticamente ornamentadas y escudos. Un pequeño contingente de mensajeros permanece en la puerta, para que los que tengan un negocio en el palacio puedan enviar mensajes a sus contactos dentro.
El palacio está equipado con numerosas defensas. En en lo alto de la puerta principal, hay una hilera de gárgolas exquisitamente talladas por Enanos, representando caricaturas de demonios. Durante los asedios, estas gárgolas arrojan plomo fundido sobre el enemigo, pero en tiempos de paz, mediante un ingenioso mecanismo, se puede conectar las viejas tuberías de estas defensas con el sistema de alcantarillado, permitiendo a las gárgolas vomitar aguas residuales, lo cual es muy útil para dispersar multitudes concentradas frentes a las puertas.
Jardines[]
Los jardines del palacio no son muy grandes, como corresponde a una residencia que en su mayor parte había sido construida en una ciudad ya existente, pero son hermosos. Las flores se encuentran agrupadas en torno a estatuas de héroes del Imperio, tanto antiguos como modernos, y han sido cuidadosamente escogidas para representar algún aspecto del carácter o los logros de cada uno. Allende los cultivados jardines, los terrenos se extienden en una verde explanada bordeada por la fresca sombra de los árboles y setos vivos que suavizaban el ruido de la ciudad.
Palacio del Príncipe[]
El Palacio del Príncipe es un antiguo edificio adjunto al grandioso palacio que parece pequeño en comparación. El Palacio del Príncipe es anterior al estado de Altdorf como capital imperial, y es la residencia para el Príncipe de Altdorf (que también es el Emperador).
Gran Salón de Baile[]
La mayor de las estancias del palacio es el Gran Salón de Baile del Emperador. Aquí es donde se congrega la alta sociedad Imperial varias veces al año para bailar, conspirar, flirtear y acordar alianzas. Es un lugar diseñado para impresionar, de una riqueza conspicuamente exhibida. El salón de baile tiene un fresco en el techo que representa una enorme batalla contra los orcos, y cada una de las armas empuñadas por los soldados del Imperio tiene un relieve en pan de oro.
El emperador Mattheus era famoso por sus entradas cuando organizaba un baile. En una ocasión, llegó dos horas tarde, en un Tanque de Vapor. Su nieto Karl-Franz no es dado a semejantes frivolidades.
Habitaciones Sacras[]
Las habitaciones sacras dominan los niveles inferiores y los anexos menores. Cada una está dedicada a un antiguo gobernante del Imperio y decorada con tapices que muestran sus logros y trofeos de sus campañas militares. Hay una por cada emperador, aunque algunas que corresponden a emperadores que no eran de Reikland están bastante vacías. En el centro de cada cámara hay un pedestal de piedra que alberga un resto mortal de dicho Emperador.
Algunas contienen ataúdes de piedra, otras, urnas mortuorias; relicarios con huesos bañados en oro; o, en el caso de Carolus I, sus ojos milagrosamente conservados. Las habitaciones sacras están iluminadas con docenas de velas, que les brindan un aire solemne y contemplativo.
Una guardia de honor de caballeros de la provincia del Emperador respectivo monta guardia día y noche. Por ejemplo, la habitación del emperador Mandred IV está protegida por veteranos de la Guardia Teutógena de Middenheim, mientras que la del emperador Sigismund I tiene cuatro miembros de la Reiksguard apostados en el exterior.
La cámara central está dedicada a Sigmar Heldenhammer. Aquí hay pocos adornos. El pedestal alberga un fragmento de hueso, que se dice procede de la empuñadura de una daga que el Emperador utilizó en la Batalla del Paso del Fuego Negro. Siempre ha habido alguna que otra discusión acerca de quién debería montar guardia en esta sala. La solución de compromiso son cinco guardias, una de cada de: la Reiksguard, el Corazón Ardiente, la Sangre de Sigmar, el Martillo de Sigmar y los Caballeros del Grifo.
Escaleras Abajo[]
En la planta baja y en los sótanos están las lavanderías, cocinas y despensas, emanando un humo grasiento que se mezcla con el dulce aroma del pan y de los pasteles recién horneados. Centenares de cocineros, ayudantes, pinches, camareros, carniceros, ayudantes de espetón, lavacopas, friegaplatos y salseadores se afanan en medio del calor que generan las parrillas y los hornos. Hay docenas de cocinas, cada una de ellas dedicada a una comida diferente. Por ejemplo, el Sargento del Fuego del Tocino supervisa a los cocineros de la cocina del cerdo, que asa carne de cerdo y nada más. Su gran rival, la Señora del Espetón de Bovino, está encargada de asar ternera, pero no las pezuñas, cerebro o tripas, que tienen una cocina dedicada en otra parte.
Hay enormes graneros, cámaras de hielo e incluso un estanque subterráneo de salmones. Una ingeniosa serie de montacargas permite a los sirvientes de la cocina enviar la comida al palacio sin siquiera poner un pie escaleras arriba. Nadie ha visto jamás el Gran Comedor donde los huéspedes del Emperador disfrutan de lo que los sirvientes cocinan.
Palacio Meridional[]
La zona meridional es la parte ‘pública’ del barrio de Palacio. Aquí hay salas de reuniones, oficinas y escribanías donde trabajan los amos administrativos y militares de Reikland y (supuestamente) del Imperio. En los edificios adyacentes, incontables burócratas pugnan por el poder, cada uno de ellos en busca de expandir su influencia. Aquí es donde se redactan las leyes, se dan las órdenes y las vidas cambian para siempre a golpe de cálamo.
Las plazas y los patios son aquí tan laberínticos como en cualquier otra parte del palacio. El Volkshalle domina estos edificios, junto con los cuarteles principales. Los segundos disponen de un amplio balcón donde la tradición exige que aparezcan los generales victoriosos, a fin de mostrar a la gente quiénes son los guardianes del Imperio. Entre la Residencia del Emperador y el Palacio Meridional hay una hacienda cerrada, salpicada de pequeños edificios, jardines, campos de prácticas, un Jardín de Morr y un parque con ciervos.
Cámara del consejo Mattheus-Ferrand[]
El Consejo de Estado se reúne en esta habitación circular, con las paredes paneladas en roble. Cada miembro dispone de un trono, tallado en madera extraída de los bosques del Imperio. Siempre se deja uno vacío para Sigmar, por si volviera antes del Fin del Mundo. El Consejo de Estado celebra sus reuniones a puerta cerrada, pero sus miembros pueden requerir la presencia de sus asesores utilizando una de las campanillas ceremoniales. El tono apagado de la campanilla de bronce convoca a los asesores a la sala, para susurrar sus consejos a sus superiores. La campanilla de plata tiene un tono más claro y convoca a la Guardia de Palacio. El sonido profundo y resonante de la campanilla de oro indica la necesidad de cerveza.
Mazmorras[]
Situadas bajo el mismísimo palacio se encuentran las prisiones del Emperador, que no suelen estar destinadas a prisioneros corrientes si no ha individuos cuyos actos requieran una investigación más exhaustiva. Estas mazmorras está dividida en tres niveles, siendo el tercer nivel donde se tienen a todos los prisioneros especiales. Cuenta con numerosas trampas y con alarmas mágicas que reaccionan ante la presencia de cualquier criatura del Caos (estas medidas especialmente tomadas contra los Skavens).
Vida en el Palacio[]
El palacio es el hogar del mismísimo Emperador Karl-Franz. La corte del emperador siempre está llena de nobles procedentes de todo el Imperio, de funcionarios ejerciendo sus funciones oficiales y de sirvientes encargados de tener sus numerosas estancias ordenadas, y es un semillero de intriga política, tejemanejes sociales y frivolidad hedonista.
Cuando el Emperador está fuera, por ejemplo debido a una campaña militar, el palacio permanece en estado de hibernación. Sin el Emperador ni los frenéticos suplicantes que habitualmente lo rodeaban, el personal tiene poco que hacer que no sea mantener las habitaciones en orden. Los funcionarios de la corte que no parten con el emperador prefieren ejercer sus funciones oficiales desde su propia residencia. Aparte de la servidumbre, unos cuantos administradores se quedan en palacio manteniendo el flujo de correspondencia.
Cuando el emperador vuelven, el edificio despierta con un torrente de vitalidad. Los funcionarios imperiales regresan y se establecen en las salas que tienen asignadas, junto con sus ayudantes. Los sirvientes van y vienen entre las habitaciones, preparándolas con el fin de que, cualquiera que fuese la que el Emperador escogiera para entrar, hallará el camino preparado y bien perfumado para ocultar los olores de la ciudad que lo rodeaba. Y los nobles regresan en bandada para poder cosechar los favores del Emperador.
Los integrantes de la Reiksguard forman parte de la Guardia del Palacio cuando el Emperador reside aquí y cuentan con una residencia para ellos. Hacer guardia en el palacio es uno de los más solemnes cometidos que existen dentro de la Reiksguard ya que la seguridad del regente del Imperio y su familia depende de ellos, aunque en general casi lo único que hacen es mantener alejados a los cortesanos y nobles insistentes del Emperador cuando este desea privacidad, lo cual no es un deber demasiado glorioso.
Fuentes[]
- Warhammer Fantasy JdR: El Enemigo Interior (3ª Ed. Rol), págs. 118-119.
- Warhammer Fantasy JdR - Altdorf: Corona del Imperio (4ª Ed. Rol), págs. 68-70.
- Novela: Reiksguard, por Richard Williams.
- Cap. 6: Krieglitz.
- Saga de Brunner, el Cazador de Recompensas : Dinero Sangriento, por C.L. Werner.
- Cap. 5: Honor entre alimañas.
- Saga Genevieve la Vampira: La Bestia de Altdorf, por Jack Yeovil.
- Primera parte: Asesinato.
- Capítulo 1.
- Primera parte: Asesinato.