Ogros Dragón Shaggoth

Realmente enormes y tan viejos como las mismísimas montañas, los Ogros Dragón Shaggoth son quizás los monstruos más viejos que habitan en el mundo. Son las mismas criaturas que comerciaron con los Dioses del Caos antes del amanecer de la humanidad, seres que negociaron con las divinidades y no solo sobrevivieron, sino que también obtuvieron la inmortalidad. Por sus inescrutables razones, los Dioses Oscuros aún mantienen su antigua promesa y muchos Shaggoths que marchan a la guerra en los ejércitos del Caos tienen más de seis mil años.

Descripción[]

Los Ogros Dragón Shaggoth son leyendas vivas de matanza y devastación. Sus cuatro extremidades como las de un dragón, nervios de acero y garras, acorazados con una brillante capa de escamas más duras que cualquier metal. El torso de un Shaggoths es ancho y muscular, y sus brazos son tan gruesos como los troncos de los árboles. De su bestial cabeza fluye una mata de pelo blanco que cuelga y castañea como la escarcha. Equipado con trozos de armadura de siglos de edad, un Shaggoth va a la guerra equipado con una enorme hacha que rebana a doce hombres de un golpe. Cuando se encoleriza, centellas de luz salen de sus ojos y boca, y un trueno ensordecedor sale de su garganta.

Los Shaggoths son seres realmente titánicos, montañas de músculo y furia, reforzadas por el poder de las recias tormentas. A medida que un Ogro Dragón envejece, crece tanto en tamaño como en poder; y los más ancianos y primigenios entre su raza son verdaderos titanes. Existe la creencia de que solo la muerte en batalla puede acabar con la vida de un ogro dragón, que, si no, vivirá por toda la eternidad y no tendrá límites para su tamaño se hará más grande siempre que hallen relámpagos que refresque su cuerpo y revitalice su mente.

Ya vivos antes de que los Elfos aprendieran a escribir, de que los primeros pieles verdes gatearan fuera sus cuevas, antes de que los gélidos vieran el mundo, y puede que antes incluso de que los Ancestrales visitaran el planeta, los Shaggoths más viejos pueden llegar a ser más altos que los doseles del bosque, los templos o las fortalezas. Es tal el horror de los Shaggoths que se dice que el padre de la raza de ogros dragones, Krakanrok el Negro, tenía el tamaño de una montaña.

Afortunadamente, solo la tormenta más fiera puede despertar a los más ancianos de su especie y es una suerte para el Viejo Mundo que tales tormentas sean raras. Pero cada año que pasa las nubes de tormenta son más negras. La leyenda dice que cuando llegue el Fin de los Tiempos, se desencadenará una tormenta de proporciones apocalípticas y el padre de los Ogros Dragón, Krakanrok el Negro, despertará de su letargo para liderar a su pueblo en la última batalla, y desatar su ira sobre el mundo. Posiblemente esta historia no sea más que una exageración, pero ilustra el terror que estas poderosas y extremadamente escasas criaturas provocan en sus enemigos.

Aunque están adscritos al Caos, los Shaggoths son ferozmente independientes y no prometerán fidelidad a un maestro demoníaco, ya que para eso están los esclavos de los dioses y creen que vincularse a un demonio arriesgará lo que queda intacto de su alma. Aún así, los Shaggoths son inteligentes y astutos a su manera, y cuando se les llama mantienen su parte del pacto con los poderes Ruinosos provocando la destrucción de los enemigos del Caos. Por eso, los Shaggoths dejarán sus reinos montañosos y se dirigirán al Sur hacia el Viejo Mundo cuando las fuerzas del desorden estén en marcha, creando leyendas a su paso.