Muchos de los filos de las armas de los Hombres Lagarto están hechos de un material único de Lustria, desconocido tanto para los metalúrgicos del Colegio de Ingenieros como para los hechiceros del Colegio Dorado de Altdorf.
Los estudiosos han bautizado a este desconocido material como "Obsinita" y es de un negro azabache, aunque la obsinita extraída del Pantano Wotchotep tiene un tono similar al mármol. Parece tratarse de una piedra durísima pero no es tan frágil como las armas de piedra de las tribus más primitivas. De hecho, se dice que la obsinita es más resistente y más duradera que el acero de más alta calidad y capaces de aplastar cualquier armadura.
Los secretos de la manufactura de la obsinita han permanecido ocultos para los ojos envidiosos de los extraños, y se ha mantenido en vigilancia constante por los sacerdotes artesanos eslizones, responsable de la construcción de estas armas. La obsinita de las armas de los Hombres Lagarto tiende a estar trabajada en forma de pinchos en el filo, con la evidente intención de causar heridas aún más graves, puesto que estas armas rasgan la armadura y la piel con facilidad. Con todo, la fuerza necesaria para poder manejar estas armas tiene que ser inmensa.
Los artesanos Eslizones suelen reforzar y decorar las armas de piedra con tiras de bronce u oro, y les inscriben los glifos de los Ancestrales. También les añaden púas de metal o trozos de jade afilados para asegurarse de que estas armas pesadas y contundentes perforan las armaduras y causan el mayor daño posible en la carne. Los Chamanes Eslizones bendicen las armas predilectas de los guerreros, adornándolos con plumas y gemas para atraer el favor de los Ancestrales.
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