Los agitadores de toda la ciudad se adhieren a las ideas de los Nuevos Milenaristas. Éstos creen que la sociedad es injusta, que beneficia a los ricos y poderosos a expensas de la gente sencilla. Les gustaría ver cómo cambian las cosas dentro del Viejo Mundo en general, y en su ciudad en particular.
Descripción[]
A los Nuevos Milenaristas no les arredra el hecho de que la llegada del nuevo milenio propiamente dicho se encuentre a cientos de años de distancia (al menos según el calendario Imperial). Es más, el grueso de sus miembros (y, desde luego, la mayoría de aquellos a quienes predican) apenas posee una idea clara de lo que es un milenio. Entre quienes sí lo saben, la mayoría eligen interpretar la palabra de forma figurada, refiriéndose más a una nueva era que a un cambio de fechas. Al menos un grupúsculo dentro de la orden ha intentado encontrar un milenio más próximo, sirviéndose de oscuros calendarios Élficos y Enanos con desigual grado de éxito.
Los Nuevos Milenaristas son, por lo general, honrada gente trabajadora a los que no les gusta que el sudor de su frente sirva para pagarles el pan a los ricos y a los poderosos. Sus miembros señalan la pobreza y decadencia que asola la ciudad como evidencia del desinterés que sienten los gobernantes por el pueblo llano.
Muchos adoran a Verena, la Diosa del Aprendizaje y la Justicia, y desearían ver un Imperio regido por la razón en lugar de por los caprichos e intereses particulares de los ricos. Para ellos, el cisma entre los seguidores de Ulric y los de Sigmar no es sino una cortina de humo que intenta distraer la atención de la gente de lo que verdaderamente importa, es decir, su falta de dinero y la amenaza constante del Caos.
Aunque los que entren en contacto con las actividades de los Nuevos Milenaristas podrían sospechar de ellos que no son sino adoradores del Caos, en realidad no podrían estar más equivocados, puesto que para esta gente el Caos simboliza el final de todo orden y razón. Los sospechosos de pertenecer al Caos se verán perseguidos por agitadores que buscan exponerlos a la vista de todos y organizarán manifestaciones a la puerta de donde residan.
Para todo el escándalo que arman, los Milenaristas no son todo lo influyentes que les gustaría. Aunque sus agitadores son bastante activos, la mayoría de los habitantes de la ciudad hacen oídos sordos a sus diatribas. De vez en cuando llaman la atención de la gente si es que éstos tienen el día, pero como saben bien los gobernantes de la ciudad, la "masa" enseguida es capaz de concentrar toda su atención en los preparativos de un festival o desfile organizados a última hora. Los ataques a personajes públicos suelen resultar más efectivos a la hora de poner nerviosos a aquellos que habitan en las alturas; resulta difícil hacer pasar por alto la arenga de un agitador subido a una caja en una esquina, sobre todo cuando comienza a hacer alegatos referentes al Caos.
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