Los campesinos que viven alrededor de la fortaleza de Oisement rinden lealtad a su señor feudal como hacen la mayoría de plebeyos de Mousillon, dejando un diezmo de su botín de caza en las puertas de la fortaleza y asignándole a sus mayores la defensa de los últimos decretos de su señor. Lo que hace diferente a los campesinos de Oisement es que su señor feudal, en realidad una Dama llamada Nicolete, fue sentenciada a muerte hace casi cincuenta años.
Descripción[]
En la delicada torre de cuento de hadas de Oisement, se han perpretado algunos de los crímenes más notorios de Mousillon. Muchas Mujeres Rana relatan el cuento de como Lady Nicoletede de Oisement se convirtió en el verdadero señor de sus dominios cuando su marido, un caballero enfermizo y poco conocido, murió de Flujo Cruento. Al principio Nicolete fue una señora relativamente soportable para sus campesinos, ordenando empalamiento solo para los crímenes más graves, como robar cerdos o adentrarse en los terrenos pantanosos. Sin embargo, pronto comenzó a exigir un nuevo diezmo a sus campesinos, sus hijos.
Ahí divergen los cuentos. La mayoría plasman a Nicolete matando a los niños, normalmente para bañarse en su sangre y conservar su aspecto juvenil o para usarlos en horribles adivinaciones. Muchos también mencionan una joven hija del Duque de Lyonesse, quién hizo un mal aconsejado viaje a Mousillon para buscar una rama de la familia del Duque perdida hace mucho tiempo. La joven desapareció y salieron muchos Caballeros Andantes para encontrarla. Uno, Isander, siguió su rastro hasta Oisement y allí fue consciente de la maldad que hacía la Señora en el Château. No se sabe si Nicolete tenía algo que ver con la joven desaparecida porque nunca se la encontró. Sin embargo, Isander se dió cuenta de que la Dama le había guiado a Oisement por una razón, y esa razón era acabar con los villanos métodos de Nicolete.
Los cargos formulados contra Nicolete por Isander no eran específicos, aludiendo solo al asesinato y brujería. Isander y su pequeño grupo de caballeros celebraron un breve juicio cerca de Oisement, encontrando a Nicolete culpable de todos los cargos, así como de cualquier cargo que aún podría presentarse en su contra. La sentencia era la muerte. Sin embargo, la adhesión de Isander al Código de Caballería significaba que no podía hacer daño a una dama de noble cuna, así que reunió una plantilla de robustos campesinos para emparedar a Nicolete en su casa. Se tapiaron puertas y ventanas y se la dejó morir de hambre.
La verdad sobre los crímenes de Nicolete es, si cabe, peor que mundanos asesinatos. Nicolete exigía efectivamente un diezmo de niños, y los niños que se entregaban no se volvían a ver de nuevo. Pero no fueron asesinados, al menos, no de inmediato. Nicolete tenía en mente otro propósito para ellos. Estaba obsesionada con lo desconocido y lo prohibido, y mientras pasaba una vida triste en Mousillon, se aficionó a las artes mágicas. Sin embargo, Nicolete fue atraída a las fuerzas de la magia más oscuras, el tipo de magia que más crecía en Mousillon y parecía que se alimentaba de la desesperación de la tierra.
Con la muerte de su marido, Nicolete fue libre para transformar Oisement en un laboratorio de Magia Oscura. Crió a los niños que tomó de sus campesinos como si fueran suyos, como compañeros acólitos en las artes oscuras, ayudándola en su siniestra investigacion y a menudo dándole sus propias almas para potenciar los hechizos que aprendía. Donde la mayoría de los magos estaban debilitados por la reiterada exposición a la magia oscura, el agudo intelecto de Nicolete y la gran dedicación implicaba que ella solo se hiciera más fuerte y vigorosa, a la vez que sus hijos se corrompían y morían a su alrededor.
Isander no sabía nada de los grandiosos proyectos de Nicolete. Si lo hubiera sabido, seguramente se habría asegurado de que Nicolete muriera en vez de emparedarla en su château dejando que el tiempo impusiera su castigo. Nicolete fue enterrada con varios de sus criados, que ya eran devotos absolutos de su señora y vieron corrompidas sus almas por la exposición a la hechicería prohibida. Ella trasvasó su energía vital para alargar su propia vida y sobrevivir durante las décadas siguientes, ejercitándo sus estudios mágicos incluso con mayor intensidad. Envió a sus acólitos a que le trajeran libros de conocimiento mágico e incluso secuestró más niños de campesinos para criarlos como suyos. En realidad, era sencillo para Nicolete dejar la prisión de su hogar cada vez que quería, pero a medida que pasaban los años lo hacía con menos frecuencia. Simplemente pasaba sus horas de vigía experimentando sobre sus acólitos como zánganos para desbloquear conocimiento que le permitiera llegar a identificarse con los Vientos de la Magia.
Nicolete aún vive en Oisement, aunque desde el exterior de la ventanas bloqueadas no se muestren signos de vida. Nicolete es ya muy vieja, pero su constante exposición a la magia oscura le han dado una siniestra apariencia juvenil, inquietamente atractiva hasta que estás lo suficientemente cerca como para ver la curtida y tirante piel de su cara y el negro azabache de sus ojos. Aún viste como debe vestir una dama y se comporta lo mejor que puede, pero su falta de contacto con otras personas la han hecho incapaz de mostrar nada que no sea una fría cortesía.
Tiene arragaida profundamente una aversión a otros Humanos y prefiere con mucho la compañía de sus acólitos, que ya son secos y marchitos zánganos que responden instantánemente a sus deseos y nunca hablan. Aunque Nicolete tiene varios acólitos por todo el Viejo Mundo persiguiendo tomos de lo oculto y baratijas mágicas, ella cree que en última instancia todo el conocimiento viene del interior, para ser desbloqueado por la introspección y la experimentación.
Aunque su verdadero interés es la erudición, Nicolete es una poderosa e impredecible hechicera. Mallobaude contactó con ella a través de Aucassin, y ella creyó por completo la extraña y chocante “verdad” que él le explicó, ya que apenas parecía imposible comparada con el conocimiento esotérico que ella buscaba. Su papel es proporcionar apoyo mágico a Mallobaude, y Nicolete está actualmente buscando el conocimiento que le permita comandar un ejército de muertos que pudiera luchar junto a los caballeros de Mallobaude cuando llegue el momento de marchar sobre la ciudad. La heráldica de Nicolete es un castillo negro y una llave negra sobre campo blanco, este es el blasón de su difunto marido y no ha visto necesario cambiarlo.