
Los Monjes de Plaga del Clan Pestilens son fanáticos dedicados en cuerpo y alma a extender la corrupción y la podredumbre en nombre de la Gran Rata Cornuda.
Descripción[]
Estos devotos discípulos de la enfermedad son únicos en la sociedad Skaven, que están completamente entregados a su clan y a su objetivo de crear la enfermedad definitiva. Una vez que esta plaga devaste a todos los habitantes de la superficie, los Skavens podrán alzarse entre las ruinas y reclamar su herencia: ni más ni menos que el mundo entero. Siguiendo con esta teoría, la Gran Rata Cornuda sabrá quien ha llevado a sus hijos hasta su legítima y preordinada ascensión, y el Clan Pestilens se sentará sobre todos los demás clames, y reinará supremo.

Cualquier criatura razonable (e incluso los otros Skavens), consideran que los Monjes de Plaga son un horror para los sentidos Los Monjes de Plaga son inmediatamente reconocibles por sus harapientos ropajes, mugrientos sudarios que apenas cubren las supurantes llagas, las deformaciones óseas y las hinchadas ampollas que recorren sus torturados cuerpos. Sus gruesas capuchas y podridos vendajes no pueden ocultar el enfermizo olor dulzón de la purificación, que parece flotar en el aire casi de forma visible, y es este hedor el que atrae a los enjambres de zumbantes moscas que acompañan a los repugnantes acólitos.
Cuando se reúnen varios Monjes de la Plaga, pueden oírse sus chillones cánticos mientras recitan versos del libro de las Calamidades, repitiendo de forma incesable los Liturgus Infectus, o "Ritos de la infección". Cuando los Monjes de Plaga marchan a la guerra, lo hacen bajo uno de los estandartes del Clan Pestilens, a menudo algún tipo de cadáver medio podrido colgado de un mástil, y salpicado de pesadillescos dibujos hechos con un pigmento que mezcla sangre y Piedra Bruja.

A medida que sus hermanos se acercan a las líneas enemigas, sus cánticos y su ritmo de avance se acompasan, y los Monjes de Plaga parecen entrar en un terrible estado de furia. Los Monjes de Plaga se lanzan al combate presas de una ferocidad fanática, ansiosos por llevar la muerte y la destrucción hasta sus enemigos. Con los ojos desorbitados y las bocas espumeantes, los Monjes de Plaga parecen poseídos por un fervor tan sobrenatural corno profano. Atacan implacablemente con filos incrustados de mugre, báculos de punta metálica, o incluso con sus propios dientes afilados como agujas. La exposición de los Monjes de Plaga a la enfermedad y la pestilencia ha endurecido sus cuerpos llenos de furúnculos hasta hacerles inmunes al dolor. Esta capacidad de enjugar heridas que incapacitarían a cualquiera, combinada con un histérico fanatismo por su causa; significa que la única manera segura de detenerlos en combate es desmembrarlos por completo.
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Imágenes[]
Fuente[]
- Ejércitos Warhammer: Skaven (7ª Edición), pág. 44.