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Milicia imperial por Karl Kopinski imagen caja

"A ojos de tu Sargento pueden parecer una indisciplinada chusma, pero todo hombre lucha con el doble de sus fuerzas cuando tiene que defender su casa."

Capitán Edwalst von Hilde

Estos hombres no deseaban la guerra, pero la guerra ha llegado, lo quieran ellos o no. Luchan espada en mano porque es su deber.

Aunque las Tropas Estatales componen el grueso de las fuerzas militares imperiales, sus ejércitos suelen contar además con el respaldo de regimientos de milicia, para luchar donde y cuando sea necesario. Normalmente llamadas tropas irregulares, las unidades de milicianos consisten en regimientos de gente reclutada (ya sea por las buenas o por las malas) para luchar en ocasiones especiales y nadie sabe a ciencia cierta con cuántos se puede contar ni cuál será su calidad de combate pues estas tropas no reciben ningún tipo de entrenamiento formal ni disciplina castrense.

Descripción[]

Muchas milicias están formadas por habitantes de los pueblos y ciudades de los alrededores, hombres valientes dispuestos a defender sus hogares y familias de los monstruos y bestias que los amenazan constantemente. Otras milicias son bandas de mercenarios adustos u hombres acostumbrados a empuñar una espada en su día a día, así como bandidos y malhechores u otros patibularios condenados a vivir combatiendo, ya sea como espadas de alquiler o por haber sido llamados al servicio obligatorio. Para muchos, este es un modo de conseguir algunas coronas de oro en tiempos de necesidad, ya que incluso la escoria más abyecta del Imperio lucha para proteger su tierra natal si es necesario.

Los combatientes de la milicia suelen vestirse con su propia ropa, que a veces, puede parecerse vagamente a un uniforme y a menudo incorpora elementos de los colores de sus propios estados. También acostumbran a ir armados con su propio equipo personal, ya sean arcos, espadas, garrotes o, sobre todo en las provincias más rurales, simples aperos de labranza.

Aunque las tropas de la milicia pueden actuar como unidades independientes, a menudo se unen como destacamentos a las Tropas Regulares.

Alistar Tropas No Regulares[]

No siempre se dispone de un suministro regular de soldados profesionales, por lo que a veces se encuentran reclutas no regulares entre las filas de un ejército.

El Imperio es la única de todas las naciones humanas en mantener sistemáticamente un ejército permanente. Lleva haciéndolo siglos, tal vez ya desde Hedrich I, aunque el ejército de este estaba conformado por guerreros tribales, no por soldados profesionales, como los de hoy en día. Con todo, el Imperio tiene que luchar en tantos frentes que el ejército permanente suele andar falto de números. En esas ocasiones, el Imperio debe reclutar a más individuos, ya sea forzosamente o mediante el pago a un proveedor vasallo.

Tipos de Milicias[]

Compañías​ Libres[]

Compañia de Milicias Libres del Imperio

Siempre hay un aluvión de aventureros, piratas y bandidos deambulando en busca de fortuna procedentes desde lugares tan anárquicos como los Reinos Fronterizos, las Tierras Desoladas o los bosques del propio Imperio y que suponen una fuente inagotable de tropas frescas para las Compañías Libres de cualquier Conde Elector. Los mejores combatientes pueden incluso acabar como nobles en alguna tierra lejana; mientras que otros se convierten en bandidos o piratas. Las batallas en tierras lejanas y horribles han convertido a estos hombres en guerreros curtidos, aunque también seres zafios, de dudosa reputación y más que dispuestos a causar problemas en tabernas o a vagabundear en bandas peligrosas.

La mayoría no vuelven a ser vistos nunca más, mientras que gran parte de los que sobreviven regresan en oleadas a su tierra natal llenos de cicatrices, arruinados y totalmente incapaces de establecerse en una sociedad normal o aceptar la disciplina como soldados de tropas regulares.

El Conde Elector, sabiamente, intenta reclutar a estas bandas como tropas irregulares por dos razones. La principal es tener a estos fuertes luchadores bajo algún tipo de control y, de este modo, prevenir el bandidaje y la rebelión. La otra razón es que representan una fuente de tropas preparadas y totalmente prescindibles, generalmente valientes, temerarias y acostumbradas a los rigores de una campaña. El término cortés y diplomático para estas tropas es el de "Compañías Libres", aunque hay otros menos corteses pero más acertados. Por ejemplo, los disciplinados soldados profesionales del Imperio los denominan simplemente "escoria".

En cuanto acaba la batalla, se obliga a estas bandas a dispersarse antes de que se vuelvan peligrosas y saqueen las tierras que acaban de defender. Las Compañías Libres cobran por sus servicios tras la batalla, en parte gracias a los restos del botín de guerra y en parte con el dinero salido del propio Conde. Algunos Condes Electores desalmados sin escrúpulos suelen enviar a los milicianos a lo más crudo de la batalla, pues todo el mundo sabe que los mercenarios muertos no exigen su soldada...

Arqueros[]

En el Imperio, el arco es el arma clásica de los campesinos, los cuales se organizan normalmente en pequeños grupos de hostigadores que apoyan a otras unidades formadas en regimientos durante la batalla. Los arqueros se cuentan entre las tropas más flexibles de infantería a disposición de un general del Imperio. Pueden moverse y dispara, lo que les convierte en una unidad extremadamente móvil por lo que es más recomendable organizarlos en grupos de hostigadores que formaciones de regimentales.

A los tramperos y los cazadores de las provincias "menos civilizadas", como Ostland y Ostermark, se los suele llamar para que presten servicio en unidades especiales llamadas "Cazadores". Estos exploradores experimentados avanzan por delante del ejército para conseguir información, entorpecer los movimientos enemigos y abatir a las dotaciones de las máquinas de guerra enemigas gracias a su estupenda puntería.

Ballesteros[]

Las ballestas no son armas populares entre las tropas del Imperio, aunque muchas veces se reclutan mercenarios tileanos para aumentar la potencia de fuego del ejército de un Conde. Algunos Condes de las provincias situadas más al Sur contratan unidades de Ballesteros como parte de sus tropas personales. Las ballestas carecen del poder de penetración de las armas de fuego; pero, en manos de un experto, son tan letales como estas.

Miniaturas[]

Imágenes[]

Fuentes[]

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