Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
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Martilladoresoctavaimagen

Los guerreros más hábiles de una fortaleza Enana son los Martilladores. Suelen proceder de diferentes unidades y clanes, ya que cualquier Enano que haya demostrado una gran fuerza y destreza marcial en el transcurso de incontables batallas, una lealtad inquebrantable y una naturaleza audaz y valiente, es posible que sea seleccionado para unirse a los Martilladores, que forman una unidad de choque contundente, capaz de romper las formaciones enemigas del mismo modo en que un martillo pesado aplasta una roca.

Además de ser una unidad de combate formidable, los Martilladores suelen componer la guardia personal de un Rey, Señor del Clan o Señor de los Enanos, soliendo ser seleccionados por los mismos señores a los que protegen, por lo que poseen un alto estatus dentro de la fortaleza. La habilidad, la fuerza y el valor, no obstante, no son suficientes para unirse a la unidad. El deber para con su Señor y a su fortaleza es un deber sagrado para los Enanos. Un Martillador tiene que estar dispuesto a ser totalmente leal a su señor y dedicarse en cuerpo y alma a protegerlo de todo mal. Un individuo unido por juramento a su Señor luchará más denodadamente y, por el líder de un clan, un Martillador dará su vida gustoso antes que enfrentarse al fallo o a la deshonra del fracaso. Los Martilladores son famosos por resultar tozudos incluso para los demás Enanos. Un Rey rodeado de sus Martilladores es una fortaleza defendida por su clan: un individuo con gesto adusto, implacable e inamovible; la personificación viva del irreductible espíritu Enano. El lider de los Martilladores es el Guardián de la Puerta, un importante cargo de seguridad de la fortaleza.

Martillador Enano por Wayne England

Por supuesto la lealtad es recíproca y es deber del Señor equipar adecuadamente las unidades elegidas y sellar el juramento entre ellos. El símbolo de la unión entre el Señor y sus Martilladores son las armas que portan. Cada uno recibe un pesado martillo de guerra a dos manos perfectamente equilibrado que, a menudo, es de gromril. El regalo de este martillo es lo que sella el juramento entre el Martillador y su señor. Equipados con una cota de malla pesada, los Martilladores se traban en combate empuñando sus armas a dos manos. Blanden sus martillos describiendo arcos amplios, e impactan a sus enemigos con tal fuerza que únicamente las armaduras encantadas o forjadas en el infierno podrían soportar la fuerza de sus golpes. Entre chasquidos y crujidos, las oscilantes cabezas de los martillos salpican restos sangrientos, pues los escudos astillados, trozos rotos de armadura e incluso cabezas y extremidades saltan por la fuerza del impacto. En batalla, la visión de los enormes martillos subiendo y cayendo sobre sus víctimas alrededor del estandarte del Rey, marcando un ruido rítmico muy parecido al del sonido industrial de los martillos de las grandes forjas Enanas, es toda una inspiración para el resto del clan, que redoblará sus esfuerzos por mantenerse en la brecha.

Como la mayoría de guerreros de élite, los Martilladores disfrutan de un alto estatus dentro de su fortaleza. Cuando no escoltan a su Señor del Clan o Rey, suelen encargarse de la protección de elementos claves como la sala del trono o la puerta principal. Las fortalezas más grandes tienen muchos regimientos de Martilladores a los que se conoce por el nombre de qué o a quién protegen, como la Guardia de la Puerta del Pico de Karak-Norn o la Guardia de Barbadragón, los Martilladores asignados a proteger al Señor del Clan Ull Manomartillo del Clan Barbadragón en Karak-Kadrin.

Martilladores por Franz Vohwinkel

El primer Martillador fue Kadrin Melenarroja, originalmente un maestro artesano en la forja de las minas de oro de Gunbad. El Gran Rey Morgrim Barbanegra había decidido visitar las minas para reforzar la moral tras años de encarnizadas luchas. Quizás fue un capricho del destino el que decidió que, ese mismo día, los Goblins Nocturnos echasen abajo los muros de la mina. El Rey estaba a su merced, ya que su pequeña guardia personal era incapaz de contener a los cientos de Goblins que invadieron las minas. Cuando el último de los guardaespaldas del rey cayó, Kadrin Melenarroja, viendo lo desesperado de la situación, cogió el martillo que utilizaba para trabajar el oro y cargó contra el enemigo en un intento desesperado de defender a su señor. Al ver la valentía de su acción, el resto de herreros le siguió. Empuñando sus martillos de forjar consiguieron abrir una ruta para escapar de las minas. Como recompensa, el Gran Rey regaló a Kadrin un espléndido martillo rúnico.

Miniaturas

Imágenes

Fuentes

  • Ejércitos Warhammer: Enanos (6ª Edición).
  • Ejércitos Warhammer: Enanos (7ª Edición).
  • Ejércitos Warhammer: Enanos (8ª Edición).
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