
En el noroeste de Tilea, desde las costas del Norte del Mar de Tilea hasta las laderas de las Montañas Negras se extiende, como una plaga supurante, una gran masa de siniestras ciénagas y marismas. Denominada como las Marismas Enfermizas, aquí la tierra yace bajo el maligno miasma de las repugnante región; un ancestral y terrorífico reino donde la muerte hace presa de los más incautos.
Descripción[]
Una niebla repugnante y permanente cubre los profundos pozos negros y los resbaladizos lechos de cañas, alimentada por innumerables y hediondas corrientes, creando un vasto y venenoso manto de vapores que ni la misma luz del sol puede penetrar, dejando toda la zona envuelta en la penumbra. Canales estancados y embarrados se esconden entre los cenagales, laberínticos e inescrutables, que quedan oscurecidos en sus orillas por ondulantes formaciones vegetales que se asemejan a trigales ennegrecidos por el fuego. En algunos lugares se forman charcos cubiertos por una oscuridad iridiscente, en los que no puede crecer nada vivo.
El pantano forma una infinita sucesión de fétidos y viscosos estanques en los que viven y se escurren indescriptibles criaturas. Es una tierra sin luz de niebla y vapor, tan repulsiva que los humanos no se acercan. Los pantanos son morada de pestes e incontables insectos portadores de enfermedades, y también de los malignos Skavens, cuyo gran monumento a la putrefacción, la ciudad de Plagaskaven, se alza sobre el hediondo paisaje.
Mucho más allá de los límites del pantano, hay una serie de canales de aguas profundas en los que enormes barcazas y flotillas de esclavos, que rebuscar entre los lechos de juncos y recolectar los nauseabundos cultivos que allí se producen, negros cereales que crecen en medio de los lechos de cañas. Los Capataces Skaven castigan con adictiva crueldad a los esclavos para asegurase de que cumplen su cuota y el peor castigo que cualquier esclavo puede sufrir es ser abandonado a su suerte en esta maloliente y siniestra ciénaga.
Adentrarse en las Marismas Enfermizas supone caminar hacia una muerte segura, pues se perecerá en la insondable oscuridad, ya sea a mano de la enfermedad, de los retorcidos Skavens o bajo las garras de cualquiera de los deformes monstruos que habitan en las Marismas. Los Humanos evitan la región, y son pocos los que se atreven a desafiar los horrores de las Marismas, ya que ninguna leyenda habla de la existencia de riquezas o conocimientos ocultos en sus escalofriantes confines que puedan atraer a los aventureros; se trata tan solo de una vasta extensión de oscuros pantanos, nieblas fétidas y muerte solitaria. Son pocos los que habitan en los territorios cercanos a las Marismas Enfermizas, por miedo a los siniestros secretos que esconden.
Nota aclaratoria[]
En la primera edición de rol se denominaron Pantanos de la Plaga.
Fuentes[]
- Ejércitos Warhammer: Skaven (6ª Edición), págs. 5 y 7.
- Ejércitos Warhammer: Skaven (7ª Edición), pág. 10.
- Warhammer Fantasy JdR 1º Edición, pág. 278.