Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
Advertisement
Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo

Momia antigua

Trasfondo Antiguo

El trasfondo que puedes leer en esta sección o artículo posee cierta antigüedad, por lo que ha podido quedar obsoleto y/o ha dejado de ser canon en revisiones oficiales más recientes.

Eltharion antiguo

Malal

Malal, por Tony Ackland.

Malal es un Dios del Caos renegado, aparecido en las primeras ediciones de los universos ficticios de Warhammer Fantasy. Según unas fuentes se trataría de una deidad menor, pero según otras Malal sería un ser a la par de los integrantes del panteón principal de los Dioses del Caos.

Malal, conocido también como "El Dios Marginado", "El Dios Perdido", "El Gran Vengador" y "El Dios Renegado", debido a su propia naturaleza, es el aspecto del Caos más terrible, ya que es la personificación última y definitiva de la tendencia indiscriminada y anárquica del Caos hacia la destrucción, incluso de sí mismo y de sus agentes, de la ciega venganza y la maldición eterna. La naturaleza de los poderes de Malal es parasitaria, ya que el poder del Dios Renegado solo aumenta cuando lo hacen los de los demás Poderes Ruinosos.

Malal adora usar engaños y trucos para hacer que los Dioses del Caos y sus seguidores se lancen los unos contra los otros. Un hechizo por aquí, un vial roto por allá, una tela retirada inoportunamente, un alzamiento o una simple palabra; estas son las herramientas que usa Malal para minar y destruir a los Dioses del Caos. Malal toma su poder de un grupo que lucha con relativo poco poder contra la figura de un gran opresor.

Su símbolo es un cráneo, mitad blanco y mitad negro, que puede ser estilizado, real o incluso uno bestial. El número sagrado de Malal es el 11, y sus colores sagrados son el blanco y el negro.

El Dios Renegado[]

Existe un nombre susurrado en silencio y con temor incluso por los más depravados, malvados y enloquecidos adoradores del Caos. Dicho nombre es el de Malal, el Dios Renegado del Caos, un ser que representa a las tendencias caóticas de la Disformidad, y que es conocido por su odio hacia los cuatro Dioses Mayores del Panteón del Caos: Khorne, Nurgle, Slaanesh y Tzeentch.

Son muy pocos los que conocen la existencia de Malal y generalmente son otros herejes caóticos. Si alguien tuviera el valor de arriesgarse a echar un vistazo a las siniestras e impías páginas del Libro de la Desesperación, el odioso tomo sagrado de los cultistas del Caos, podría leer las siguientes líneas:

"[...] y aquel que llegó antes se convirtió en el último, y aquello que era blanco y negro e iba en todas las direcciones se precipitó contra sí mismo. Indignado poderosamente por las palabras de los Dioses, Malal volvió a su corazón en su contra y huyó a los vacíos del espacio... Y desde entonces ningún mortal volvió su faz hacia Malal, excepto aquellos que odian a quienes sirven, que sonríen ante su propia desgracia, y que no albergan amor alguno excepto por los malditos. Entonces, cuando el corazón de un guerrero se consagra a Malal, todos los Dioses del Caos sienten como su miedo aumenta, y la risa del Dios Exiliado llena el sepulcral espacio..."

Hace eones, Malal fue expulsado del seno del Caos, pero nadie sabe si esto sucedió por decisión de los demás Dioses, o si lo abandonó por su propia voluntad. En cualquiera de los dos casos, posteriormente pasó a habitar en su propio reino en la Disformidad. Sea como fuere, la relación de Malal con los demás Dioses del Caos es bastante peculiar, ya que su deseo final es destruirlos a todos y cada uno de ellos, aunque con ello se debilite a sí mismo. Además, a pesar de su pertenencia indiscutible al Caos, representa incluso un peligro para sí mismo, debido a su consciencia autodestructiva. Sin embargo, nadie sabe lo que ocurriría en caso de que Malal venciera a sus hermanos, ya que hay tantas posibilidades de que se convierta en el dios supremo del Caos, como de que se destruya a sí mismo o de que lo destruya todo en una vorágine de destrucción. Nadie lo sabe, pero lo que es seguro es que cuando llegue dicho momento, lo único que habrá será una guerra eterna y sin final.

Al igual que sus otros hermanos, encarna una emoción engendrada de los seres inteligentes. En su caso, representa el sentimiento que posiblemente sea el más destructivo y poderoso de todos: el odio. Si algo define esta emoción es su carácter autodestructivo, por lo que convertirse en seguidor o paladín de esta deidad es una decisión prácticamente suicida. Sus seguidores deberán estar dispuestos a soportar grandes cantidades de sufrimiento, tanto físico como espiritual. Malal es mucho más directo que las otras deidades. Suele aparecerse a aquellos consumidos por el ansia de venganza y el rencor (especialmente hacia los paladines de sus hermanos) y les propondrá convertirse en sus seguidores. Es muy raro que le rechacen. Se menciona en muy pocos textos, aludiendo casi siempre a su carácter autodestructivo y a su inconmensurable odio hacia sus hermanos.

Todos y cada uno de los Dioses del Caos persiguen objetivos y propósitos de su propia cosecha y elección que, posteriormente, imponen a sus fieles. Sin embargo, el incomprensible credo de Malal les sitúa, tanto a él mismo como a sus seguidores, en una posición decididamente parasitaria. Los caóticos seguidores de Malal son guerreros proclives a actos de anarquía, dedicados al derramamiento de sangre y el asesinato, y que se implican en guerras y enfrentamientos no solo con los servidores del Orden como también con seguidores y criaturas afiliadas con los Poderes del Caos. Es por ello que Malal es a la vez temido y odiado por los demás Dioses del Caos y, en una simetría especular, los seguidores de Malal son a la vez odiados por los demás fieles y seres del Caos, quienes los consideran renegados y marginados que no son apreciados ni por los aliados ni por los enemigos del Caos, según sean los deseos más ínfimos engendrados por la cambiante voluntad de su deidad protectora.

Pocos seres humanos adoran a semejante deidad, y muchos menos permanecen con vida durante mucho tiempo a su servicio. Los lazos que unen al señor con sus vasallos siempre acaban por drenar las almas de los guerreros, y muy escasos seres humanos tienen lo que hace falta para liberarse o debilitar los lazos creados por Malal una vez forjados. Sin embargo, sus pocos seguidores son los más serviciales y más entusiastas de los cultistas seguidores del Caos. Cada siervo que trama contra su señor, cada trabajador que odia a su jefe, cada paseante que mira con rabia y odio los palacios de los ricos y poderosos, cada persona que grita con rabia contra los dioses carentes de misericordia por su situación en el mundo, alimenta el poder de Malal.

Forma Física[]

Cuando adquiere forma física, Malal tiene un aspecto humanoide con rasgos lobunos y de cocodrilo. Sus manos tienen 6 dedos y su rostro 3 ojos. De sus fauces sobresalen dientes como de león, tiburón, vaca y rata.

Se le representa como un ser cubierto de heridas, con cadenas atravesando todo su cuerpo y suspendido en un vacío oscuro.

El Templo de Malal[]

Su siniestro templo está desierto y es poco ostentoso y recargado (comparado con los de los demás Dioses). Fuegos encantados iluminan las estancias del templo y se pueden vislumbran entre su parpadeos partes del futuro. La más grande de sus salas muestra los trofeos logrados: en su templo tiene un Señor de la Transformación desplumado y herido y aislado mágicamente en una jaula colgada del techo, a un Devorador de Almas que está clavado a la pared con pinchos que atraviesan sus miembros mientras ruge de furia e impotencia, a un Guardián de los Secretos cegado, sin poder oír ni oler ni saborear ni percibir sensaciones, que está flotando en el aire, y una Gran Inmundicia encerrada en un sótano donde miles de cosas la atacan constantemente solo para que se regenere para así poder volver a atacarle, causándole un dolor mortal, continuo y aterrador. Por si fuera poco hay docenas de Paladines de los otros Dioses exhibidos, impotentes y aislados de sus amos. Múltiples acólitos corren en la oscuridad inscribiendo las características de los que están siendo exhibidos y colocando los nuevos que llegan.

Adoradores de Malal[]

Los seguidores de Malal desencadenan su ira sobre cualquiera que se cruza en su camino, ya pertenezca al bando del Orden o sea un compañero seguidor del Caos. Por lo general, los prisioneros suelen ser ejecutados.

Malal no es el dios ni de los guerreros, ni de los hechiceros, ni de los depravados ni de los desesperados. Es el dios de las clases inferiores, de aquellos que buscan venganza contra aquellos que les roban su parte de gloria. Es el dios de los injuriados que no tienen poder para cambiar su posición. Sus seguidores vienen de la gente que odia tanto el avance del Caos que no dudan en abrazar su causa con tal de poder combatir en igualdad de condiciones. En muchas ocasiones un oficial o un sacerdote demasiado entusiasta han perdido su alma a manos del Caos al permitir que su odio le cegara ante el precio a pagar.

Aliados y Enemigos[]

Los seguidores de Malal son solitarios por naturaleza. El mismo odio ardiente hacia el Caos que todos los seguidores de Malal les hace odiar al resto de los seguidores de los Dioses del Caos, incluidos otros seguidores del mismo Malal. Es por ello que la única manera de que se alíen es contra un enemigo común o siendo sometidos por un paladín más poderoso. Desgraciadamente, muy raras veces, surge un paladín poderoso que une a un grupo de seguidores de Malal para un propósito concreto. Es entonces cuando los seguidores mortales del resto de los Dioses del Caos se ven inundados por el terror, ya que si un único seguidor de Malal es peligroso, un grupo de ellos es algo terrorífico. La bendición de su dios hace que todo el daño que reciban les haga cada vez más poderosos. Cosas que normalmente debilitarían a un mortal como el hambre, las heridas, el dolor o la demencia, para ellos son como un estímulo y hace falta mucho esfuerzo para matar a alguien que porte la marca de Malal. Por ello, los verdaderos devotos de esta deidad recurren a múltiples maneras de autoflagelación: se amputan miembros, se injertan pedazos de metal en el cuerpo o guarnecen con agujas y cuchillas las empuñaduras de sus armas (rasgo característico de sus guerreros).

Sus paladines aparentan estar siempre al borde la muerte, tremendamente flacos, con heridas producto de la autoflagelación, mutilados y con varas de metal clavadas en el cuerpo. A algunos en lugar de miedo les inspiran lástima. Pero no hay que dejarse engañar, pues la bendición de su dios les permite eliminar a oponentes que les superan ampliamente en poder o número.

Los pocos hechiceros de los que dispone Malal suelen invocar monstruosidades grotescas que se autoinmolan en batalla o se devoran a sí mismas mientras vuelve a surgir su carne, arrastrando a quienes atrapan en sus fauces a un ciclo infinito de dolor y renacimiento.

Uno de los mayores inconvenientes de sus siervos es su tendencia natural a aniquilar a cualquier corrupto por el Caos... incluso a los del propio Malal. Terroristas, grupos anarquistas, luchadores solitarios, asesinos de cultistas y dementes componen las filas del dios de lo contradictorio; sin embargo, da igual sus motivaciones iniciales, siempre acabarán combatiendo contra las legiones Caóticas.

En lo que respecta al resto de las organizaciones mortales, los seguidores de Malal mantienen una actitud más neutra, sin llegar a ser de colaboración. No obstante, el sentimiento no suele ser recíproco. Es por ello que los seguidores de Malal suelen actuar en solitario y en secreto, y no tienen ningún problema en denunciar a las autoridades la localización o existencia de otros grupos de rivales seguidores del Caos. Muchas de las denuncias cursadas a los Cazadores de Brujas suelen proceder de un susurro en la oscuridad, de una misteriosa nota o de un accidente afortunado. Los seguidores de Malal intentan no interferir con dichas organizaciones, ya que como reza el dicho "El enemigo de mi enemigo...".

Muchas de esas autoridades tienen conocimiento de la existencia de Malal, y no suelen creer a sus seguidores, aunque suelen contentarse con que los monstruos acaben con los monstruos, esperando que se aniquilen los unos a los otros.

Exigencias y Requisitos del Culto[]

Malal solo exige una cosa a sus seguidores: la dedicación completa y absoluta a la hora de destruir a las fuerzas del Caos. Muchas veces, cuando una horda del Caos arrasa un área, los supervivientes cegados por el odio y el dolor se consagran a Malal. Este suele ser bastante más activo y colaborador con su (relativamente) pequeña congregación que el resto de los Dioses del Caos. Por eso, muchos de sus Paladines son admitidos en audiencia en persona con su deidad protectora, e incluso ha llegado a intervenir en persona para llevar a cabo misiones importantes o para ayudar a un seguidor importante.

Suele regalar a sus seguidores la conocida como Hacha del Pánico, una demoníaca arma creada para cazar a los servidores de los demás dioses.

Orígenes en el Mundo Real y Cómics[]

TheQuestofKalebDaark14

El concepto del Dios del Caos "Malal", junto con el de su Paladín Kaleb Daark, fue creado por los escritores John Wagner y Alan Grant para el mundo de Warhammer Fantasy en los manuales y compendios de Miniaturas Citadel. En dicho cómic, la misión de Kaleb Daark hizo que tuviera que aliarse temporalmente con las fuerzas del bien, peleando en el Asedio de Praag enfrentándose a los seguidores de Khorne, y encontrándose igualmente con los Skaven. Presenta muchas menos mutaciones que los demás seguidores del Caos, y porta su hacha demoníaca bebedora de almas, el Hacha del Pánico, con su cabezal con forma de pterodáctilo y su asta de hueso. Su escudo tiene la forma del cráneo del blasón de Malal, su armadura es de color negro con detalles en color blanco, y su corcel es un caballo mutante negro. El propio Kaleb es de una palidez extrema, ya que el contacto con Malal le drenó supuestamente de energía. Su grito de batalla es "¡El Hacha del Pánico tiene sed de ti!"

Por el momento hay tres tomos completos de La Búsqueda de Kaleb Daark:

  • Parte 1: La Búsqueda de Kaleb Daark - Tercer Compendio de Citadel, 1985.
  • Parte 2: ¡El Asesino de Dioses! - Diario Citadel, Primavera de 1986.
  • Parte 3: ¡El Mal de la Piedra Disforme! - Diario Citadel, primavera de 1987.
  • Parte 4: ¡Frenesí de Dioses! - Sin imprimir.

En el Diario de Primavera de 1986 existe una página adicional con reglas para Warhammer Fantasy Battle para adaptar e incluir a Kaleb Daark y a su corcel en las partidas, junto con fragmentos del trasfondo de Malal. Dicho número incluyó también los primeros anuncios acerca del conjunto de miniaturas que incluía una figura de Kaleb Daark, tanto de pie como a caballo. En el Diario de Primavera de 1987 apareció el conjunto de miniaturas de los dos Hermanos del Caos, Jaek y Helwud, los principales adversarios de Kaleb en la 3ª parte. También se anunciaba en dicho número la 4ª Parte, ¡Frenesí de Dioses!, pero nunca fue impreso. Se desconoce cuánto de la 4ª Parte fue completado. En principio el cómic fue cancelado técnicamente por un asunto de royalties, debido a las "diferencias creativas" entre los creadores y Games Workshop.

Marca de Malal[]

Dado que Games Workshop decidió interrumpir la historia del personaje, Malal siempre ha estado envuelto en una nube de preguntas sin respuesta, que pueden ser muy bien el motivo por el que aún se le recuerda. Sin embargo, hasta Games Workshop decidió hacer ciertos homenajes a Malal a lo largo de los años, aunque sin decir directamente su nombre:

  • El Ogro renegado Skrag el Carnicero fue presentado como un seguidor de Malal en sus orígenes. Según una corta historia de trasfondo, fue expulsado de su tribu por robar un hacha de "metal estelar", y después Malal guio los pasos de Skrag hasta llegar a un asentamiento de los Enanos del Caos, a quienes forzó a forjarle una armadura, tras lo cual acabó con la vida de todos ellos en nombre de Malal. White Dwarf: U.K. Edition (1983) presentaba un miniescenario para Warhammer Fantasy Battle, titulado "The Crude, the Mad and the Rusty", que enfrentaba al único Enano del Caos superviviente de la masacre, junto con dos fanáticos Goblin y un guerrero mecánico, contra Skrag. El concepto de Skrag fue rehecho posteriormente, y hoy en día es un devoto seguidor de la deidad Ogra conocida como "Las Grandes Fauces".
  • En las primeras ediciones de Warhammer Fantasy Roleplay en 1986, Malal tenía una breve mención junto con Khorne y Nurgle, y se decía que era un Dios del Caos renegado dedicado a la destrucción de los demás Dioses del Caos.
  • En el relato corto La Risa de los Dioses Oscuros, perteneciente a la antología Ejércitos Ignorantes para Warhammer Fantasy, también se hace mención a un Paladín del Caos alineado con Malal, albino y no identificado, que recorría los Desiertos del Caos con su partida de guerra. Dicho Paladín muere a manos del protagonista de la novela. Dentro de la misma historia se hace mención en el siguiente párrafo: "En Caer Deral, entre los túmulos funerarios de reyes muertos largo tiempo atrás, luchó contra los seguidores del renegado dios Malal. Bajo la mirada de una enorme cabeza pétrea mató al líder enemigo, un hombre cuya faz era blanca como la leche y cuyos ojos eran escarlatas como la sangre. Arrancó el corazón del albino con las manos desnudas y lo alzó, todavía latiendo, en ofrenda al Dios de la Sangre."
  • El juego de cartas Chaos Marauders, publicado en 1987, hacía mención a las "Zarpas de Malal" en una de sus cartas. La unidad representada por dicha carta de juego era una partida de guerra de Hombres Bestia ansiosos por luchar, preferiblemente, contra otros seguidores de los Dioses del Caos. En la nueva versión del juego, lanzada en 2009, sigue apareciendo dicha unidad, aunque el trasfondo del juego de cartas poco tiene que ver con el universo actual de Warhammer Fantasy.
  • No está claro si Malal sigue formando parte del trasfondo actual de Warhammer Fantasy. Aunque es descrito en la página 210 de Warhammer Fantasy Roleplay (1ª Edición), no existen referencias posteriores en ninguno de los libros más recientes (manuales de reglas, libros de ejército, material de rol, etcétera).
  • El nombre Malal no aparece en el aviso de derechos de autor de Games Workshop (al contrario que Khorne, Nurgle, Slaanesh y Tzeentch, que sí constan).

El uso de Malal en productos de Games Workshop cesó alrededor de 1988, el mismo año en el que se publicó el primero de los dos libros de trasfondo de la colección Realm of Chaos. Malal no es mencionado ni hay referencia a él en ninguno de dichos productos. También existe la incertidumbre de quién tiene en realidad los derechos de explotación del concepto de Malal, si están en manos de los autores del cómic o en manos de Games Workshop. La única excepción notable a la ausencia de Malal es el suplemento La Muerte de la Luz para Warhammer Fantasy RPG, editado por Hogshead Publishing en 1995. El libro presentaba a un Hechicero del Caos llamado Heinrich Bors quien había sellado un trato con Malal para conseguir escapar de las garras del Dios del Caos Tzeentch. Curiosamente, en fechas más recientes, la idea del retorno de Malal parece cobrar cierta fuerza, ya que entre la información contenida en la historia corta Los Pequeños de la antología La Senda de los Muertos, se hace mención a los diversos Dioses del Caos... y entre estos últimos se menciona a un "Malal, el Caído".

Games Workshop ha dicho en más de una ocasión que existen más de cuatro Dioses del Caos, aunque también sostiene que existe una jerarquía que va desde los simples Demonios, pasando por los Grandes Demonios, hasta los cuatro miembros de la cúspide del panteón, esto es, Khorne, Nurgle, Slaanesh y Tzeentch. Aún deben ponerse de acuerdo los estudiosos acerca de cuántos Dioses del Caos existen en realidad.

Continuidad del Concepto como Malicia[]

Dada la restricción del uso de Malal impuesta por Games Workshop, los autores de la aventura Algo Podrido en Kislev para la campaña El Enemigo Interior del juego de rol de Warhammer Fantasy crearon a Zuvassin, el Gran Destructor, y posteriormente a Necoho, el que Duda, dos deidades caóticas renegadas que ocuparon el puesto que originalmente iba a ser ocupado por Malal. No obstante, si bien ninguno de ellos es considerado en ningún momento como el quinto o el sexto Dios del Caos, sí son dioses en toda la extensión del término, ya que dichos nombres son empleados para referirse a la Gran Rata Cornuda y a Hashut.

La desaparición oficial de Malal por la incapacidad de Games Workshop para hacerse con los derechos sobre él, y su decisión posterior de no utilizar al Dios Renegado, no afectó a los fans más veteranos de Warhammer Fantasy, que desde 1990 han mantenido vivo el recuerdo de la deidad a través de BBS e historias (Como "El Juicio Divino"), que mantuvieron vigente y en activo la historia de Malal, llegando incluso a ser la deidad que los jugadores veteranos solían emplear al jugar con el Caos. De hecho, tanto en Warhammer Fantasy Battle como en Warhammer 40,000, siguen apareciendo ejércitos inspirados en el concepto y credo de Malal.

Algunos especulan que el Señor de las Sombras de Mordheim, Be'lakor, el oscuro señor y Príncipe Demonio del Caos Absoluto, no es sino un intento de Games Workshop de revivir, dentro del universo de Warhammer Fantasy, la idea del Dios del Caos renegado y marginado representada por Malal. No hay que olvidar, sin embargo, que Be'lakor es solo un Príncipe Demonio, mientras que Malal es un Dios del Caos auténtico.

Galería[]

Miniaturas[]

Fuentes[]

Extraído y traducido parcialmente de Lexicanum Alemán (40K), Lexicanum Alemán (Fantasy), Lexicanum Francés (Fantasy), Lexicanum Inglés (40k), Lexicanum Inglés (Fantasy), Malal Lives! y Wikihammer 40K UK.

Advertisement