Lutwig von Holzkrug, hijo de Ludwig el Pretendiente, fue el príncipe de Altdorf y pretendiente de Reikland al título de Emperador durante la segunda de las Guerras de los Condes Vampiro, liderada por Konrad von Carstein
Descripción[]
Cuando se hablaba de Lutwig von Holzkrug, se le solía describir como un hombre impresionante, apuesto e imperioso, pero los afanes de la guerra contra los Condes Vampiro habían causado un profundo efecto en el hombre, y ninguno de esos adjetivos se adecuaba a su aspecto. En las últimas etapas de su vida, Lutwig era un hombre de aspecto cansado, flaco como una vara, con pelo lacio y grasiento que le caía sobre el lado derecho de la cara, y mejillas chupadas.
Pese a esto, era un hombre ambicioso y sin escrúpulos, que no dudaba usar cualquier método, incluso el asesinato, para deshacerse de sus rivales políticos.
Historia[]
Tras la muerte de Vlad von Carstein en el asedio de Altdorf del año 2051 CI, su derrotado ejército se retiró de vuelta a Sylvania. Su padre, Ludwig von Holzkrug, tenía la oportunidad de acabar con la amenaza vampírica de manera definitiva, pero temerosos de que tratara de aprovecharse de su nueva popularidad como vencedor del asedio para proclamarse emperador, los restantes pretendientes al trono se unieran contra él, dándoles a los Vampiros el tiempo suficiente para reorganizar sus fuerzas. Debido a su ineficacia, en el año 2057 CI, Lutwig von Holzkrug depuso a su propio padre en el cargo como Príncipe de Altdorf.
Finalmente, en el año 2095 CI, Konrad se hace con el control total del clan Von Carstein tras deshacerse de sus rivales, y lidera sus fuerzas en una serie de campañas sangrientas contra diversas provincias imperiales así como contra varias fortalezas enanas. Konrad era tan depravado que obligó a los tres principales pretendientes al trono Imperial a unir sus fuerzas contra él, contaron con la ayuda de un poderoso contingente enano enviado por el Gran Rey.
El ejercito aliado pudo detener al desquiciado Conde Vampiro tras varios días de enfrentamiento en la conocida Batalla de los Cuatro Ejércitos del año 2100. Sin embargo, en esta batalla se produjo un episodio particularmente infame de traición: el asesinato mutuo de Lutwik y Ottilia IV de Talabecland durante la contienda.
La malignidad del vampiro se había propagado por las profundidades del Imperio pero, en lugar de unirse, las fuerzas imperiales estaban en completo desorden. Dentro de las fuerzas de los vivos se habían producido varios amargos encontronazos, porque tanto Lutwig como Ottilia IV reclamaban el derecho de comandar el ejército. Helmut de Marienburgo, por otro lado, trató de buscar una solución pacifica, pero ellos lo hicieron callar a gritos y lo tacharon de necio idealista. Así pues, los tres se declararon a sí mismos señores y comandantes de los cuatro ejércitos, y se retiraron a discutir las tácticas con sus propios hombres, sin hacer caso de los emisarios enviados por los otros campamentos.
Durante las pocas horas siguientes, se produjeron ataques de varios pequeños grupos relativamente ineficaces, que fueron rechazados por los vivos, aunque se hizo evidente el desorden en que se encontraban. En dos ocasiones, Lutwig y Ottilia se enfrentaron, y sus hombres se volvieron unos contra otros a causa de la frustración. Cansado de las interferencias de su principal rival, Lutwig ordenó el asesinato de Ottilia IV con la esperanza de convertirse en legítimo jefe de los ejércitos de los vivos.
Los asesinos de Lutwig lograron su objetivo pero no escaparon a la justicia. Uno terminó muerto, desplomado sobre su magnificencia, como si estuviera rezando, y el otro había tropezado con una patrulla cuando aún tenía la sangre de Ottilia en las manos. El asesino no había negado nada; se había limitado a sonreír y mirar hacia el sol naciente. Fue ejecutaron al mediodía, cuando el sol estaba en el cenit, pero no antes de que confesara sus pecados y nombrara a quien le había pagado.
La acusación corrió por todas partes e incluso surgieron temores por la vida Helmut de Marienburgo, el tercer pretendiente. Los de Talabheim declararon que el asesinato era un vil acto de cobardía, pero a pesar de eso había rumores contrarios en algunos sectores que decían que era un golpe genial y que habría requerido un gran valor por parte de Lutwig, ya que, por fin, las fuerzas de los cuatro ejércitos podían unirse bajo un solo comandante, y dos muertes garantizarían que se salvaran miles de vidas. Hablar de que los beneficios obtenidos eran mayores que los males causados resultaba peligroso.
Los de Talabheim fueron de inmediato al pabellón de Lutwig para exigir venganza, siendo recibidos por una turba igual de colérica ansiosa por derramar la sangre de los asesinos de su comandante: el pretendiente de Reikland había sido asesinado, muerto tras sucumbir al veneno de la espada de un asesino pese a los intentos de sus médicos por salvarle la vida. Cuando surgió la verdad, fue tan amarga como irónica. Al igual que Lutwig había ordenado la muerte de Ottilia IV, esta igualmente envió a sus asesinos para deshacerse de él.
Con los dos rivales muertos, los hombres se reunieron en torno al estandarte de Helmut de Marienburgo. Enterraron a los muertos, y con ellos el odio que sentían. con sólo una cabeza visible tras la que reunirse, los vivos eran más que capaces de equipararse a los enemigos, logrando derrotar al ejercito de Konrad en el campo de batalla.
Conflicto Canon[]
Al contrario que en las fuentes indicadas, en la cronología aparecida en Manuscritos de Altdorf - Tomo III y en la White Dwarf 105, dice que fue el Conde de Middenheim quien ordenó el asesinato de Ottilia, mientras que en la cronología aparecida en el libro de rol Middenheim: La Ciudad del Lobo Blanco dice que fue el líder de Stirland.
Fuentes[]
- Ejércitos Warhammer: No Muertos (4ª Edición), págs. 28-29.
- Ejércitos Warhammer: Condes Vampiro (5ª Edición), pág. 24.
- Ejércitos Warhammer: Condes Vampiro (7ª Edición), págs. 17, 31.
- Ejércitos Warhammer: Condes Vampiro (8ª Edición), págs. 14.
- Saga Las Guerras de los Vampiros: Dominio, por Steven Savile.
- Cap. 19: Mundo fantasmagórico.
- Cap. 23: Espina Destructora y Colmillo Rúnico.