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Jungla de Lustria por Jonathan Kirtz

El continente de Lustria es una de las regiones más hostiles de todo el mundo aparte de los Desiertos del Caos. La mayoría de su tierra está cubierta por una jungla en la que priman las enfermedades tropicales que devoran la piel, parásitos voraces que chupan la sangre y fuertes carnívoros prehistóricos. Incluso el tiempo es hostil para todos excepto para la vida nativa, ya que sus junglas se ven devastadas por tormentas tropicales y violentos ciclones. Pero para los Hombres Lagarto, Lustria es un paraíso, un baluarte impenetrable frente al desorden del mundo surgido con la llegada del Caos. El legado de los Ancestrales ha permitido que los Hombres Lagarto se hayan adaptado perfectamente al medio ambiente de su tierra natal.

Junglas Primordiales[]

Más de cuatro quintas partes de Lustria están cubiertas de una selva primitiva tan densa que las copas de los arboles impiden que pueda verse el cielo, de hecho la bóveda parece reemplazar al propio cielo. Se afirma que una criatura como el lagarto arbóreo, podría atravesar todo el continente de rama en rama. En algunos lugares, el paso del sol está bloqueado por árboles más antiguos que la raza humana que se elevan centenares de metros sobre el suelo y cuyos troncos no podrían ser abarcados por veinte hombres cogidos de la mano.

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El suelo de la jungla está cubierto de una densa maleza. Son pocos los caminos que atraviesan este terreno, porque los Hombres Lagarto no tienen necesidad de ellos, ya que se deslizan sin dificultad a través de la vegetación más espesa. El aire bajo el techo de la jungla es tan caliente y húmedo, que cualquier intruso de sangre caliente se sentirá débil en un instante y caerá enfermo. Hilos de densa niebla recorren el suelo de estas junglas, y es imposible abrirse camino a través de la espesa vegetación que crece en el suelo sin desorientarse.

Un gran número de las plantas nativas de Lustria son carnívoras. Algunas plantas atrapan a su víctima mediante unos tentáculos reptantes. Otras pulverizan ácidos o jugos digestivos y después absorben los restos esparcidos mediante raíces buscadoras. Hay un tipo de hongo que se reproduce asfixiando a una criatura que pasa con una nube de esporas y que posteriormente se gesta en el cuerpo de la víctima para transmutarse lentamente en una parodia nauseabunda de mamífero y hongo.

Si alguien consigue llegar lo suficientemente lejos como para alcanzar el corazón de la selva, encontrará cientos de monumentos y tótems en ruinas salpicando la interminable jungla. Estas construcciones son señales y no están allí por casualidad. La jungla no es tan densa en esos lugares, así que puede divisarse el cielo. Quien siga estos tótems llegará hasta las magnificentes pirámides y Pozos de Desove de los Hombres Lagarto que, junto a los edificios que se agrupan alrededor, forman complejos templarios azotados siempre por violentas tormentas tropicales y ciclones. Todas estas Ciudades-Templo forman una matriz invisible de poder que se extiende por todo el continente. Tal era la habilidad y la fuerza de sus creadores que ni siquiera la furia de los elementos ha podido con ellas y se mantienen impasibles al paso del tiempo, clavadas como una inmensa mandíbula en el corazón de la jungla de Lustria.

Cenagales Fétidos[]

Lustria pantanos warhammer total war concept art por Jim Russell

Los cenagales, tremedales y pantanos del continente de Lustria pueden tragarse incluso a la más ágil de las criaturas antes de que se haya dado cuenta de que el suelo que pisaba no era firme. Las ciénagas están llenas de bolsas de gas venenoso y asfixiante que abotagan los pulmones y son capaces de reducir a una criatura en segundos. En estos oscuros y apestosos pantanos embarrados se deslizan gusanos pálidos y ciegos que atacan a todo el que se acerque con un mordisco anestesiante, como el de una lamprea. A continuación, se meterán bajo la piel de sus víctimas e incuban sus huevos en la corriente sanguínea y condenan a su víctima a una larga agonía mientras la voraz larva eclosiona y empieza a devorarlo. Pero incluso peor es el parásito cerebral de Lustria, cuyos hábitos alimenticios es mejor obviar.

Algunos Magos Sacerdotes afirman que, aunque el Clan Pestilens fue exiliado de Lustria hace milenios, todavía existen pequeños enclaves de Monjes de Plaga acechando en sus pantanos, esperando el momento oportuno y elaborando sus plagas cada vez más virulentas.

Montañas Elevadas[]

A lo largo de la costa oriental de Lustria se halla una cadena montañosa denominada Espinazo de las Montañas Sotek. En las montañas hay centenares de volcanes, por lo que atravesarlos resulta extremadamente peligroso. Allí también pueden hallarse enormes glaciares que descienden hasta los valles y casi alcanzan las junglas. Las montañas están llenas de asentamientos de los Hombres Lagarto, aunque muchos de ellos están abandonados y se erigen vacíos misteriosamente a pesar de que nunca se han visto implicados en una guerra. Para los Hombres Lagarto es de vital importancia el Abismo del Cóndor, un paso entre las faldas este y oeste de la montaña, que es protegido por la Ciudad-Templo de Xhotl. Durante la Gran Catástrofe, se libraron muchas grandes batallas para mantener el paso libre de las hordas de Demonios, aunque finalmente, se perdió y con él la ciudad. Aunque Xhotl cayo, sus ruinas acogen a un grupo pequeño de centinelas, que vigila atentamente el paso inferior para evitar que las fuerzas del Caos regresen.

Ríos Impresionantes[]

Piratas Zombie Lustria

Las junglas están atravesadas por miles de kilómetros de ríos, que van desde pequeños arroyos a ríos enormes. El mayor de ellos es el Río Amaxón, que nace en el Espinazo de las Montañas de Sotek y su cuenca abarca los dominios de tres Ciudades-Templo. En sus puntos más anchos, la orilla opuesta apenas puede distinguirse, y los archipiélagos se extienden kilómetros a lo largo del río. Lo que pueden ocultar estas islas apartadas nunca se ha descubierto, pues incluso los Eslizones acuáticos las evitan por orden de los Slann.

Llanuras Meridionales[]

Al sur de la Ciudad-Templo de Oyxl, las junglas se abren para dar paso a una llanura inmensa y fértil que se extiende muchos centenares de kilómetros en la zona más al sur del continente de Lustria. Las llanuras reciben el nombre de sus principales habitantes, unas aves enormes y fieras denominadas Culchan. Los magos sacerdote a veces viajan a Oyxl para sentarse en la cúspide de la tambaleante Gran Pirámide, alineándose hacia el sur donde disponen de una vista ininterrumpida del horizonte, e incluso pueden lanzar sus pensamientos. Las llanuras son un lugar escalofriante, imbuidas de un misterio arcano, y con luces extrañas que atraviesan los cielos por la noche. Quizás se trate de una forma de lluvia radiactiva producto de las energías terribles desencadenadas durante las batallas ocurridas durante la Gran Catástrofe.

Mapas[]

Ciudades de los Hombres Lagarto[]

Ciudad templo

Lustria es el hogar de los Hombres Lagarto y habitan en ella desde que llegaron los Ancestrales. Estos seres endiosados levantaron impresionantes ciudades que son las más antiguas del mundo, pero su construcción no fue aleatoria, sino que están cuidadosamente erigidas en puntos determinados de la jungla, siendo nexos fundamentales en la Red Geomántica, y, por tanto, vitales para el mantenimiento de la Gran Protección. Las cúspides de los Templos Pirámide son lo suficientemente altas como para verse por encima del follaje de los árboles más altos de la jungla.

Tras la explosión del portal dimensional y la partida de los Ancestrales, muchas de estas ciudades-templo cayeron ante el enemigo o fueron abandonadas por los Hombres Lagarto, siendo reclamadas por la jungla. Aunque estas ciudades-templo no son mas que ruinas medio ocultas por el follaje, no están por completa deshabitadas, pues hay patrullas de Hombres Lagarto que se encargan de vigilarlas y proteger sus secretos y tesoros de los saqueadores.

Lugares de Poder[]

Las Ciudades-Templo no son únicamente las estructuras que sobresalen en el techo de la jungla o que languidecen en la oscuridad brumosa de abajo. La inmensidad de la jungla está salpicada de centenares, si no miles de lugares sagrados, reliquias desmoronadas de la era perdida de los Ancestrales. Muchos de estos lugares ocupan puntos nexo menores de la Red Geomántica. Otros sirven a un propósito más oscuro, largo tiempo perdido, incluso para los magos sacerdote. Estos lugares se denominan “lugares de poder" que son a menudo los lugares de batallas entre los Hombres Lagarto y los que han osado invadir su reino. Esto se debe a que algunos intrusos tienen las fuerzas suficientes o son lo bastante insensatos para lanzar un ataque directo contra un objetivo tan grande y tan bien defendido como una ciudad templo intacta. Sin embargo, muchos de los lugares de poder ocultan riquezas inconmensurables que atraen a los invasores y a los cazadores de tesoros, por lo que son visitados regularmente por patrullas de Eslizones vigilantes.

Localizaciones Importantes[]

Fauna Asesina[]

Fauna y Flora de Lustria por Sam Manley

Aunque el miedo a perderse es una amenaza constante para todos aquellos que se atreven a explorar este infierno verde, no obstante, pocos son los exploradores que viven lo suficiente como para que la desesperanza y la desorientación se conviertan en un problema. Lustría es el hogar de innumerables especies venenosas y agresivas, desde la más pequeña sanguijuela hasta los monstruosos depredadores, comparables en agresividad y tamaño a los Dragones del Viejo Mundo.

Todo tipo de insectos parásitos sobrevuelan las cabezas de aquellos que se adentran en los manglares que se extienden desde las junglas hasta la costa. Una simple picadura puede causar la más horrible de las fiebres o una enfermedad terminal en la que el cuerpo del afectado se vaya pudriendo poco a poco. En estos pantanos anidan sanguijuelas del tamaño del brazo de un hombre, cuyo mordisco anestesiante impide que la víctima se dé cuenta de que tiene una pegada a su cuerpo hasta que ha perdido tanta sangre que cae desmayada a las aguas cenagosas. Estos desafortunados son presas fáciles para los cocodrilos que permanecen ocultos en las orillas de los pantanos. Cuando un intruso se adentra en su dominio de caza, los cocodrilos se tiran al agua y nadan hasta estar al lado del intruso, que no notará su presencia hasta que cierren sus fauces sobre él. La más pequeña gota de sangre es suficiente para atraer miles de pirañas, que atacarán con frenesí y arrancarán de cuajo y salvajemente la carne de la víctima.

Las copas de los árboles son los lugares de caza de los Terradones, depredadores alados prehistóricos vuelan de árbol en árbol en busca de una presa y cuando la detectan se lanzan en picado sobre ella para después devorarla en sus aguileras cubiertas de huesos. Buscan especialmente intrusos de sangre caliente, pues su blanda y sabrosa carne es un manjar para estas bestias. El suelo de la jungla se estremece con el paso del poderoso Estegadón, mientras el rugido del Carnosaurio infunde miedo incluso en los corazones de los más valerosos. Se cree que en la jungla acechan más criaturas, como el casi extinguido Arcanadón, el poderoso Lagarto Rugiente y la extraña serpiente alada denominada Coatl.

Por la noche, en la jungla resuenan diversos ruidos, desde rugidos feroces hasta los pasos de sus monstruosos habitantes, lo que hace imposible conciliar el sueño. Aquellos que estaban tan exhaustos como para conseguir dormir han descubierto con horror, al despertarse por la mañana, que alguno de los suyos había desaparecido, capturado durante la noche por depredadores silenciosos. El amanecer se llena de nubes de mosquitos, insectos dotados de unas alas cuya envergadura puede llegar a ser mayor que la altura de un hombre.

Pero incluso la más diminuta araña letal o parásito infecto puede ser detectado. La verdadera amenaza es la de morir intoxicado, necrotizado por los virus que subyacen en el limo o en la capa de hojas secas y muertas que se extienden por el suelo de la jungla. Hasta las botas más resistentes dejarán pasar alguno de estos virus y, en unas horas, el pie se habrá podrido; además, en pocos días más, la persona infectada morirá sin remedio. Los Ciempiés carnívoros y las hormigas carroñeras no tardarán en aparecer y devorarán el cadáver en cuestión de minutos, dejando solo los huesos, y el suelo de la selva, de naturaleza ácida, irá deshaciendo el esqueleto hasta que no queden restos que puedan atestiguar que aquel aventurero estuvo allí.

Fauna de Lustria[]

Imágenes[]

Fuentes[]

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