Luitpold von Holswig-Schliestein, más conocido como el emperador Luitpold I, fue el cuarto miembro de la dinastía Holswig-Schliestein en ocupar el trono del Imperio, sucediendo a su padre Mattheus II en el cargo, y siendo sucedido por su hijo Karl Franz a su muerte en 2502.
Descripción[]
El emperador Luitpold I fue un gobernante paranoico, que siempre estaba preocupado por la seguridad de su familia. No aprobaba que su hijo Karl Franz participase en ciertas actividades que considerase peligrosas como ir de cacería. Pensaba que el futuro emperador debía ser guardado como si fuese un huevo pintado. Afortunadamente para el Imperio, su paranoia se manifestaba como una disposición a satisfacer a los Electores en lugar de pelearse con ellos. Durante su gobierno, la Casa de Wilhelm III recuperó la confianza que Mattheus había puesto en riesgo.
Tuvo excelentes relaciones con la Casa von Königswald, siendo gran amigo de Maximilian, el Conde Elector de Ostland. Maximilian siempre fue un aliado esencial durante su regencia. En ocasiones, el propio Luitpold acudía a su corte como si el elector fuese el emperador y él un suplicante.
Esta amistad y apreciación también se trasladó al hijo de Maximilian, Oswald von Königswald. Según se rumoreaba, en una ocasión había avergonzado a Luitpold hasta el punto de hacerle retirar una propuesta de edicto contra la prostitución, al preguntarle si el emperador tenía intención de dar ejemplo quemando en la pira a cierta importante adivina tileana muy prominente en las funciones de la corte desde que había fallecido la señora emperatriz.
Luitpold también era conocido por ser propenso a ver espíritus y fantasmas. Se dice que llegó a presenciar no menos de ciento ochenta y tres manifestaciones espectrales a lo largo de su vida.
Historia[]
En el año 2470, el emperador Luitpold, su esposa, hija y un todavía infante Karl Franz, tuvieron que refugiarse en la posada del Jabalí Negro cuando viajaban por el Drakwald en dirección a Altdorf. Mientras se preparaban para pasar la noche, el lugar es atacado por una horda de Hombres Bestia. Liderados por el joven capitán Kurt Helborg, la Reiksguard defendió valerosamente a su señor, pero pronto empezó a verse superada por el antinatural enemigo. Justo cuando parecía que el emperador y su retoño iban a caer ante el hacha de un Minotauro, los Elfos Silvanos salieron en tropel del bosque y acudieron misteriosamente al rescate, matando a todos los Hombres Bestia y salvando a la familia Imperial.
Con una mezcla de curiosidad y cautela, el emperador agradeció profundamente a sus salvadores, pero el líder de aquella partida le respondió que no tenia importancia. El líder elfo entonces clavó sus ojos esmeraldas en el bebé que sostenía la emperatriz. Se acercó para observarlo mejor, asegurando que no haría daño al niño, ya que era demasiado importante. Tras esto, el elfo se retiró y sus guerreros lo siguieron, adentrándose en los bosques y desapareciendo tan rápido como habían llegado.
En el año 2480, Ostwald von Königswald, el hijo de su amigo y principal aliado Maximilian, decidió organizar una expedición para infiltrarse en el Castillo Drachenfels, ya que se habían producido varios portentos que señalaban el regreso de Constant Drachenfels. Ostwald le ofreció la posibilidad de apoyar el plan y matar al temido nigromante, pero tanto su padre Maximilian como el propio emperador se negaron a creer en las pruebas presentadas sobre el regreso del Gran Hechicero, y que emprendería aquella aventura sin ningún tipo de apoyo imperial. Al día siguiente Ostwald partió de Altdorf liderando una banda de guerreros hacia las Montañas Grises.
No sin grandes sacrificios, Ostwald tuvo éxito en su empresa y por todo el Viejo Mundo se produjeron acontecimientos que anunciaron la destrucción de Constant Drachenfels. Luitpold I, avergonzado por su negativa inicial a contribuir a la expedición de Oswald, había enviado un destacamento de la guardia imperial para que limpiara el castillo de los patéticos restos de los inmundos servidores de Drachenfels. Goblins, orcos, trolls, humanos monstruosamente mutados, seres degenerados y hordas de criaturas inclasificables fueron pasados por la espada, quemados en hogueras o colgados de lo alto de las almenas. El emperador había querido arrasar el castillo hasta los cimientos, pero Oswald intercedió e insistió en que debía permanecer en pie y abandonado como recordatorio del mal que había existido en él.
En 2483, el emperador Luitpold I firmó un tratado con las Tierras Desoladas para permitir que los navíos de guerra de la Armada Imperial puedan atravesar la ciudad-puerto de Marienburgo. Por vez primera desde la secesión de las Tierras Desoladas en 2429, la marina de Reikland sale a alta mar, aunque tiene que pagar para ello unas tasas exorbitantes.
Finalmente, en el año 2502, el emperador Luitpold I murió mientras dormía. En una votación muy ajustada, su hijo Karl-Franz es elegido para reemplazarlo en el trono, y se le coronó como emperador en el Gran Templo de Sigmar en Altdorf.
Conflicto Canon[]
- En el libro de ejército de El Imperio de la 8ª Edición indica que Luitpold I y su familia viajaban por el bosque de Reikwald cuando fueron emboscados por los Hombres Bestia, mientras que en la novela "El Príncipe de Altdorf" pone que fue en el Drakwald.
- En el manual de Warhammer Fantasy JdR de la 4ª Edición su nombre aparece como Luitpold III.
Fuentes[]
- Ejércitos Warhammer: El Imperio (8ª Edición), pág. 17.
- Warhammer Fantasy JdR 4ª Edición, pág. 275.
- Warhammer Fantasy JdR - Altdorf: Corona del Imperio (4ª Ed. Rol), págs. 12-13, 16.
- Saga Genevieve, la Vampira: Drachenfels, por Jack Yeovil.
- Prólogo.
- Capítulo 2.
- Primer Acto.
- Capítulo 2.
- Tercer Acto.
- Capítulo 3.
- Capítulo 11.
- Cuarto Acto.
- Capítulo 2.
- Prólogo.
- Novela: El Príncipe de Altdorf, por Andy Hall.
- Prólogo.